Una cabrilla al ajo

Me llaman mi amigo Daniel con urgencia: una importante reunión en casa de Marco Antonio ¿y que vamos a comer? le pregunto -de ahi vemos- Y nos fuimos al terminal pesquero a ver lo más fresco que había, encontramos cabrillas, un pescado chico espinudo pero muy sabroso, así es que nos llevamos tres cabrillas y siete jaibas, vean aquí como "las preparamos" (vamos arando dijo la mosca)

Lo primero es lo primero un rico merlot argentino del Valle de Cayafate que me trajeron Claudia y Tilman desde allá mismo, y un democrático "120" de litro y medio,no fuera cosa que los cuatro comensales quedaramos con sed Estas papas minúsculas de colores se llaman "papines" y crecen en el altiplano (las que se muestra aquí son de Chapiquiña). Una delicia solo para gourmets
Picamos mucho ajo pal carajo, en cuartos y un poquito aplastados para que suelten el sabor Siete grandes jaivas (cangrejos) todavía vivas,pobrecitas,no sabenlo que les espera
Al ají peruano anaranjado se le sacan las semillas y se corta en tiras Ahí están los papines con el resto de los ingredientes, hay rojos, cafés y unos blancos que aquí no aparecen (no encontramos)
Las pobres jaibas cociendose en el sauna (ufff) Igual con los papines, si se dejan mucho rato comienzan a reventar -ojo- solo una cocción ligera
Las cabrillas cubiertas de cilantro y con harto ajo por todas partes, esperando Estos son los papines que reventaron, se comen con cáscara y todo bañados en aceite de oliva. Al lado esa joya de la literatura universal llamada "Confieso que he bebido"
En el wok con aceite bien caliente se echan las cabrillas, una a una Allí están casi listas...pero falta
Luego todas las verduras: cebolla morada, aji naranja, cebollín, ajo, gengibre (ginger), aceite de soya y un poquito del caldo de jaiba para el sabor Ahi sacamos las jaibas para partirlas y sacarles la carne, que servirá de acompañamiento
Las patas solo se machacan con una piedra y se dejan en una bandeja aparte ¡Miren esos papines salteados en aceite de oliva! son una delicia
Encima de las verduras se echan nuevamente las cabrillas y se tapan para que terminen de cocerse al vapor ¡Listo! ahi están a punto de irse para la mesa
Ya casi nos tomamos las dos botellas de vino, y eso que recién estamos empezando a comer Miren ese plato del arquitecto ¡que maravilla! claro que a mi no me gusta el arroz

Quedó tan rica que -aprovechando que el arquitecto tiene un piano y que yo estaba medio borracho- me senté a componer el "himno a la cabrilla al ajo"

Na, la verdad es que solo traté de aporrear la "vereda tropical" y "el reloj" hasta que me pidieron que por favor me callara. No nos comprenden a los artistas...