"Mis lecturas sobre los 2000 años de la Historia de Croacia" (10)

1566 / Nicolás Zrinski, el Leonidas croata

Terminados los cinco años de paz firmados entre Solimán y Fernando, el Imperio Otomano intenta por una sexta vez la conquista de la codiciada Viena. Solimán aconsejado por su visir Sokolovic (de origen bosnio-croata), prepara un ejército de más de 200 000 soldados y una gran cantidad de cañones. Ya en Hungría, dirige a una parte de su armada (90 000 soldados y 300 cañones) hacia la ciudad de Siguet la cual está siendo defendida por el ban croata Nicolas Zrinski con solo dos mil quinientos soldados.

La ciudad será asediada durante semanas por las fuerzas turcas que lanzan una y otra vez todo su poder de fuego sin lograr quebrar la determinación y el heroísmo de Zrinski y sus soldados. Soliman sigue retardando la continuación del avance hacia Viena, en espera de ver caer Siguet, pero la ciudad no se rinde. Solimán ofrece entonces al ban Zrinski, toda Croacia si se rinde y abandona la ciudad, pero todo es en vano, el ban croata no acepta. Recurre entonces al chantaje, los soldados turcos han apresado al hijo de Zrinski y amenazan con darle muerte si su padre no se entrega. Pero ni esto permite a los otomanos convencer a los valientes defensores de Siguet. Después de miles de muertos entre los soldados turcos, y como ni el chantaje ni las promesas lograban poner término a la resistencia, el visir Sokolovic hace cavar un túnel hasta la ciudad, a través del cual logran penetrar sus soldados.

Nicolás Zrinski, esperaba aun una promesa de ayuda hecha por Maximiliano, el nuevo emperador de Austria, quien se encontraba con sus tropas a menos de 200 kilómetros de la ciudad sitiada.

1566 - El sacrificio de Zrinski.- Ante una ayuda que no llega y la invasión de la ciudad por las tropas otomanas, Zrinski decide morir antes de rendirse. Se viste con sus mejores trajes de soberano, y coloca a continuación en sus bolsillos cien ducados de oro para el que saquee su cadáver y, el 7 de septiembre de 1566, hace abrir las puertas de la ciudad a través de la cual pasa acompañado con sus quinientos últimos soldados. Se lanzan entonces como un solo hombre, en contra de la masa de incontables soldados turcos. Quedarán apenas solo siete combatientes croatas con vida. La cabeza del ban heroico, sobre la punta de una lanza, será enviada por Sokolovic a su hermano en Buda desde donde éste a su vez la enviará a Maximiliano.

Así como Leonidas el héroe griego, muere heroicamente ante los Persas en la batalla de las Termópilas, también este Leonidas croata dió su vida antes de rendirse a Solimán. Pero el sultán turco de todas maneras no logra saborear su victoria, ya que en realidad, tres días antes del derrumbe de la ciudad sitiada, Solimán muere en su tienda de campaña, pero su astuto visir Sokolovic oculta su fallecimiento para que en sus soldados no entrara el desaliento, y solo anuncia la muerte del sultán, cuando sus tropas entran como vencedores en la pequeña pero tenaz fortaleza.

Sokolovic debe hacer regresar a los ejércitos otomanos a Estambul, fracasando una vez más en sus intentos de apoderarse de Viena, y de nuevo serán los Croatas y su heroísmo los que se lo impiden.

Como ya hemos visto, el emperador Maximiliano, con sus tropas compuestas de 100 000 soldados, habría podido salvar a Siguet, ya que se encontraban a una distancia desde la cual podían haber llegado con la ayuda necesaria, pero el emperador hizo primar sus intereses personales en su lucha en contra de Zapolya en Hungría.

1593 - Zagreb ciudad inconquistable la batalla de Sissak.- Solimán El Magnífico llevó ciertamente al apogeo al Imperio Otomano, durante su reinado en el siglo XVI, así como su sucesor Amurat III, vencedor de los Persas, pero a fines del mismo siglo, la expansión y los triunfos de los Otomanos, conocerán serias derrotas que marcarán el comienzo del fin.

El primero de estos reveses turcos, será la famosa batalla de Lepanto (1571), en la cual la escuadra cristiana de Felipe II, el Papa y Venecia, al mando de Juan de Austria, vencen a la flota turca en el golfo de Lepanto o Corinto. Don Miguel de Cervantes Saavedra, el autor de El Quijote, tuvo en esta batalla una actuación heroica.

Veintidós años después, en 1593, el nuevo sultán Amurat III, decide junto a Hassan Pachá de Bosnia, de apoderarse de Zagreb. En viaje hacia la ciudad, los ejércitos turcos deben primero vencer la resistencia que les opone la ciudad-fortaleza de Sissak, la que está siendo defendida por los ejércitos croatas y austríacos. Cien años después de la gran batalla de Krbava perdida por los Croatas ante los Turcos (1493), es el turno esta vez de los otomanos de sufrir una aplastante derrota. El ejército del sultán es destrozado y el mismo Hassan Pachá pierde la vida junto a miles de sus soldados, los que morirán por centenares ahogados en las aguas del río Kupa. Este nuevo triunfo croata y cristiano, repercute en toda Europa como una gran victoria de la Cristiandad. Desde entonces Sissak se convierte en el último límite de las conquistas turcas en Croacia, y jamas los Turcos lograrán conquistar Zagreb.

Después de más de 150 años de estar permanentemente a la defensiva ante el avance y expansionismo turco, estas dos batallas marcan una nueva época en esta guerra, que ahora se convierte en guerra de reconquista, y que durará mas de ciento cincuenta años aún y sin que los Turcos sean totalmente expulsados de los Balcanes. Por eso es que se consideran de igual importancia tanto la batalla de Sissak en 1593, como la de Lepanto en el Mediterráneo, en la cual los Croatas aportaron al triunfo del combate naval, con una docena de barcos de guerra.

En Estambul, conmocionados por la derrota de Sissak, el sultán Amurat III pretende declarar una nueva guerra en contra de Austria, pero Sinan Pachá le hace comprender que debe abandonar sus planes bélicos y concentrar sus esfuerzos en consolidar los territorios que aún domina el Imperio.

Declinación del Imperio Turco.- Mientras tanto en Europa, el Papa Clemente VIII, intenta organizar una nueva cruzada en contra del Imperio Otomano para expulsarlo de todas las naciones cristianas libres o en poder de los Turcos. También en Serbia, se produce una gran agitación por el sacrilegio y gran insulto al pueblo serbio cometido por Sinan Pachá quien hace quemar el cuerpo del santo serbio, san Sava, en pleno Belgrado en el año 1594. En Croacia, la ciudad de Klis es liberada, así como Petrinja al sur-este de Zagreb. Son dos ciudades más, liberadas del yugo turco.

Finalmente en 1606, se firma en Hungría, un pacto de paz por veinte años, entre el sultán Amurat III y Rodolfo II. Cada parte mantiene en su poder los territorios ocupados a esa fecha; Rodolfo debe pagar al sultán la suma de 200 000 ducados y los Otomanos se comprometen a no penetrar en los países cristianos. Por este acto, el primero en doscientos años, ambas partes concluyen una paz en igualdad de condiciones, marcando así, el inicio de las reconquistas cristianas y por ende, la declinación del Imperio Otomano.

Croacia y los Habsburgos Con la entrega de la corona de Croacia-Hungría, en 1526 a Fernando de Austria, entra en escena esta importante familia noble germánica.

Originaria de Alsacia, durante el siglo X empieza a extender sus dominios sobre los territorios de la actual Suiza. Llegan al trono imperial germánico con Rodolfo I en el año 1273. Su preocupación principal es incrementar el patrimonio familiar para lo cual se apodera de Argovia y Turgovia (cantones suizos) y, tras vencer a Otoccar de Bohemia en la batalla de Marchfeld en 1278, llegan a sus manos los territorios de Austria, Estiria, Carintia y Carniola, con lo que el centro de gravedad que hasta entonces se encontraba en Suabia y en Suiza, pasa a Austria, y desde entonces se les conocerá indistintamente con los nombres de Casa de Austria o Habsburgos (el nombre Habsburgo proviene de un castillo-fortaleza en Argovia, Suiza).

Desde entonces los Habsburgos aseguran la sucesión a sus descendientes, los que llegarán a extender el dominio de esta familia, a través de Hungría, España, Países Bajos, una parte de Italia e incluso al Nuevo Mundo. María Teresa, hija del Emperador Carlos VI, llevará sus dominios hasta la Casa de Lorraine por su matrimonio con el duque Francisco III quien será el futuro Emperador germano. A pesar de las batallas libradas en su lucha por el dominio territorial, se dice que el gran mérito de los Habsburgos fue comprender la solidaridad que unía a los diversos estados de la región danubiana: Bohemia, Hungría, Croacia y Austria y en lugar de combatir a sus vecinos, los supo atraer mediante una hábil política matrimonial que inspiró mas tarde un célebre verso:

 

"Bella gerant alii, tu felix Austria nube,

Nam quae Mars aliis, dat tibi regna Venus.»

(que los otros hagan la guerra, tu feliz Austria, contrae matrimonios, ya que los reinados que Marte (la guerra) le da a los otros, a ti es Venus (el amor) quien te los asegura.)

Fue ciertamente esta búsqueda de beneficiosas herencias lo que permite a Rodolfo IV (1358-1365) de adquirir el Tirol; a Alberto II, cuñado del Emperador Segismundo, de recuperar, definitivamente esta vez, la corona imperial (1438), y a su hijo Federico V (1440-1498) de forjar la orgullosa divisa: A.E.I.O.U. «Austria est imperare orbi universe» (Austria debe dirigir el mundo entero).

Al primer Habsburgo sobre el trono de Hungría-Croacia, Fernando I, le sucederá Maximiliano (1564-1576), quien también deberá enfrentar el problema aún pendiente con el rey húngaro Zapolya, y desde luego continuar la defensa del reino en contra de los Turcos. Desgraciadamente Maximiliano da más importancia a su lucha con Zapolya descuidando el verdadero peligro para Croacia como eran los Otomanos. Esto explica la increíble actitud de Maximiliano que no acudió en ayuda del sitio de Siguet en 1566, sacrificando a los defensores croatas con Nicolás Zrinski quien muere heroicamente.