Las Citas del Presidente Mao

 

    Contenido

                    El Partido Comunista

                   

                    Clases y lucha de clases

                   

                    Socialismo y comunismo

                   

                    El tratamiento correcto de las contradicciones en el seno

                    del pueblo

                   

                    Guerra y paz

                   

                    El imperialismo y todos los reaccionarios son tigres de

                    papel

                   

                    Atreverse a luchar y a conquistar la victoria

                   

                    La guerra popular

                   

                    El ejército popular

                   

                    La dirección de los comités del Partido

                   

                    Línea de masas

                   

                    Trabajo político

                   

                    Relaciones entre oficiales y soldados

                    

                    Relaciones entre ejército y pueblo

                   

                    Democracia en los tres terrenos principales

                   

                    Educación y adiestramiento militar

                   

                    Servir al pueblo

                   

                    Patriotismo e internacionalismo

                   

                    Heroísmo revolucionario

                   

                    Construir nuestro país con laboriosidad y economía.

                   

                    Apoyarse en los propios esfuerzos y trabajar duro

                   

                    Métodos de pensamiento y de trabajo

                   

                    Investigación y estudio

                   

                    Autoeducación ideológica

                   

                    Unidad

                   

                    Disciplina

                   

                    Crítica y autocrítica

                   

                    Comunistas

                   

                    Cuadros

                   

                    Jóvenes

                   

                    Mujeres

                   

                    Cultura y arte

                   

                    Estudio

               

           

 

   

 

    I. EL PARTIDO COMUNISTA   

 

   

    Para hacer la revolución, se necesita un partido revolucionario. Sin un

    partido revolucionario, sin un partido creado conforme a la teoría

    revolucionaria marxista-leninista y al estilo revolucionario

    marxista-leninista, es imposible conducir a la clase obrera y las amplias

    masas populares a la victoria sobre el imperialismo y sus lacayos.

    Fuerzas revolucionarias del mundo, uníos, Iuchad contra la agresión

    imperialista! (noviembre de 1948), Obras Escogidas t. IV.

   

   

   

    Un partido disciplinado, pertrechado con la teoría marxista-leninista y que

    practica la autocrítica y se mantiene ligado a las masas populares; un

    ejército dirigido por tal Partido; un frente único de todas las clases

    revolucionarias y grupos revolucionarios dirigido por tal Partido: éstas son

    las tres armas principales con que hemos derrotado al enemigo.

    Sobre la dictadura democrática popular (30 de junio de 1949), Obras

    Escogidas, tomo IV.

   

   

    Debemos tener confianza en las masas, debemos tener confianza en el Partido.

    Estos son dos principios fundamentales. Si dudamos de ellos, nada podremos

    cumplir.

    Sobre el problema de la cooperativización agrícola (31 de julio de 1955).

   

   

   

    El movimiento de rectificación es, como decíamos, un amplio movimiento de

    educación marxista. Por rectificación entendemos que todo el Partido estudia

    marxismo a través de la crítica y la autocrítica. Podremos sin duda aprender

    más marxismo en el curso del movimiento de rectificación.

    Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre

    el Trabajo de Propaganda (12 de marzo de 1957).

   

   

    La política es el punto de partida de todas las acciones prácticas de un

    partido revolucionario, y se manifiesta en el proceso y el resultado final

    de sus acciones. Toda acción de un partido revolucionario es la aplicación

    de su política. Si no aplica una política correcta, aplica una errónea; si

    no aplica determinada política de modo consciente, la aplica a ciegas. Lo

    que llamamos experiencia es el proceso y el resultado final de la aplicación

    de una política. Sólo a través de la práctica del pueblo, es decir, por la

    experiencia, se puede verificar si una política es correcta o errónea y

    determinar hasta qué grado lo es. Pero la práctica de los hombres,

    especialmente la práctica de un partido revolucionario y de las masas

    revolucionarias, está necesariamente ligada con una u otra política. Por

    tanto, antes de emprender cualquier acción, debemos explicar a los

    militantes del Partido y a las masas la política que hemos formulado a la

    luz de las circunstancias dadas. De otro modo, los militantes del Partido y

    las masas se apartarán de la dirección de nuestra política, actuarán a

    ciegas y aplicarán una política errónea.

    Sobre la política concerniente a la industria y el comercio (27 de febrero

    de 1948), Obras Escogidas, t. IV.

   

   

    Nuestro Partido ha formulado la línea general y la política general de la

    revolución china, así como las líneas específicas para el trabajo y las

    medidas políticas concretas. Sin embargo, muchos camaradas recuerdan sólo

    las líneas específicas para el trabajo y las medidas políticas concretes,

    pero olvidan a menudo la línea general y la política general del Partido. Si

    de verdad las olvidamos, seremos revolucionarios ciegos, inmaduros y de

    ideas confusas, y al aplicar una línea específica para el trabajo y una

    medida política concreta, nos desorientaremos, oscilaremos a izquierda y

    derecha, y perjudicaremos nuestro trabajo.

    Discurso pronunciado en una conferencia de cuadros de la región liberada de

    Shansí-Suiyuán (1 de abril de 1948), Obras Escogidas, t. IV.

   

   

   

    II. CLASES Y LUCHA DE CLASES

    Las clases luchan, una clases salen victoriosas, otras quedan eliminadas.

    Así es la historia, así es la historia de la civilización de los últimos

    milenios. Interpretar la historia desde este punto de vista es materialismo

    histórico; sostener el punto de vista opuesto es idealismo histórico.

    Desechar las ilusiones, prepararse para la lucha (14 de agosto de 1949),

    Obras Escogidas, t. IV.

   

   

    Los cambios que se producen en la sociedad se deben principalmente al

    desarrollo de sus contradicciones internas, es decir, las contradicciones

    entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre las

    clases y entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas

    contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de

    la vieja sociedad por la nueva.

    Sobre la contradicción (agosto de 1937), Obras Escogidas, t. I.

   

   

   

    A nosotros nos incumbe organizar al pueblo. En cuanto a los reaccionarios

    chinos, nos incumbe a nosotros organizar al pueblo para derribarlos. Con

    todo lo reaccionario ocurre igual: si no lo golpeas, no cae. Esto es como

    barrer el suelo: por regla general, donde no llega la escoba, el polvo no

    desaparece solo.

    La situación y nuestra política después de la victoria en la Guerra de

    Resistencia contra el Japón (13 de agosto de 1945), Obras Escogidas, t. IV.

        

   

    Hacer la revolución no es ofrecer un banquete, ni escribir una obra, ni

    pintar un cuadro o hacer un bordado; no puede ser tan elegante, tan pausada

    y fina, tan apacible, amable, cortés, moderada y magnánima. Una revolución

    es una insurrección, es un acto de violencia mediante el cual una clase

    derroca a otra.

    Informe sobre la investigación del movimiento campesino en Junán (marzo de

    1927) Obras Escogidas t. I.

   

        

    Quiénes son nuestros enemigos y quiénes nuestros amigos? Esta es una

    cuestión de importancia primordial para la revolución. Todas las anteriores

    luchas revolucionarias de China sólo obtuvieron magros resultados,

    esencialmente porque los revolucionarios no supieron unirse con los

    verdaderos amigos para atacar a los verdaderos enemigos. Un partido

    revolucionario es el guía de las masas, y cuando las descamina, ninguna

    revolución puede triunfar. A fin de conquistar con seguridad la victoria en

    la revolución y no descaminar a las masas, tenemos que cuidar de unirnos con

    nuestros verdaderos amigos para atacar a nuestros verdaderos enemigos. Y

    para distinguir a los amigos verdaderos de los verdaderos enemigos, tenemos

    que hacer un análisis general del status económico de las clases de la

    sociedad china y de sus respectivas actitudes hacia la revolución.

    Análisis de las clases de la sociedad china (marzo de 1926) Obras Escogidas

    t I.

        

    Quien tome partido por el pueblo revolucionario, es un revolucionario. Quien

    tome partido por el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo

    burocrático, es un contrarrevolucionario. Quien se coloque al lado del

    pueblo revolucionario sólo de palabra, pero no en los hechos, es un

    revolucionario de palabra. Quien se coloque al lado del pueblo

    revolucionario tanto en los hechos como de palabra, es un revolucionario en

    su más pleno sentido.

    Discurso de clausura en la II Sesión del Primer Comité Nacional de la

    Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (23 de junio de 1950).

   

   

    Sostengo que, para nosotros, es malo si una persona, partido, ejército o

    escuela no es atacado por el enemigo, porque eso significa que ha descendido

    al nivel del enemigo. Es bueno si el enemigo nos ataca, porque eso prueba

    que hemos deslindado los campos con él. Y mejor aún si el enemigo nos ataca

    con furia y nos pinta de negro y carentes de toda virtud, porque eso

    demuestra que no sólo hemos deslindado los campos con él, sino que hemos

    alcanzado notables éxitos en nuestro trabajo.

    Ser atacado por el enemigo no es una cosa mala sino una cosa buena (26 de

    mayo de 1939).

   

        

    Después de eliminados los enemigos con fusiles, quedarán aún los enemigos

    sin fusiles, quienes entablarán, inevitablemente, una lucha a muerte contra

    nosotros; jamás debemos subestimarlos. Si ahora no planteamos ni

    comprendemos el problema de este modo, cometeremos errores muy graves.

    Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII

    Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5 de marzo de 1949) Obras

    Escogidas t. IV.

   

       

    Tanto el dogmatismo como el revisionismo son contrarios al marxismo.

    Inevitablemente, el marxismo avanzará, progresará con el desarrollo de la

    práctica y no permanecerá estático. Quedaría sin vida si se estancara y se

    estereotipara. No obstante, nunca se pueden violar los principios básicos

    del marxismo; violarlos es cometer errores. Es dogmatismo enfocar el

    marxismo desde el punto de vista metafísico y considerarlo como algo rígido.

    Es revisionismo negar los principios básicos del marxismo, la verdad

    universal del marxismo. El revisionismo es una variedad de la ideología

    burguesa. Los revisionistas intentan borrar lo que distingue al socialismo

    del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dictadura burguesa.

    Lo que preconizan no es, de hecho, la linea socialista, sino la capitalista.

    En las circunstancias actuales, el revisionismo es más pernicioso que el

    dogmatismo. Una de nuestras importantes tareas presentes en el frente

    ideológico es criticar el revisionismo.

    Ibíd.

   

   

    El revisionismo u oportunismo de derecha es una tendencia ideológica

    burguesa; es más peligroso que el dogmatismo. Los revisionistas,

    oportunistas de derecha, alaban de palabra el marxismo; también atacan el

    dogmatismo, pero lo que atacan es precisamente la quintaesencia del

    marxismo. Combaten o tergiversan el materialismo y la dialéctica; combaten o

    intentan debilitar la dictadura democrática popular y la dirección del

    Partido Comunista; combaten o intentan debilitar la transformación y la

    construcción socialistas. Incluso después de la victoria fundamental de la

    revolución socialista en nuestro país, queda todavía un cierto número de

    gentes que sueñan con restaurar el sistema capitalista; estas gentes luchan

    contra la clase obrera en todos los frentes, incluido el ideológico. Y en

    esta lucha, tienen en los revisionistas a sus mejores asistentes.

    Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo

    (27 de febrero de 1957).

 

 

    III. SOCIALISMO Y COMUNISMO 

    El sistema socialista terminará por reemplazar al sistema capitalista: ésta

    es una ley objetiva, independiente de la voluntad del hombre. Por mucho que

    los reaccionarios traten de frenar la rueda de la historia, tarde o temprano

    se producirá la revolución y, sin duda alguna, triunfara.

    Discurso en la reunión del Soviet Supremo de la URSS en conmemoración del 40

    aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre (6 de noviembre de

    1957).

   

   

    Los comunistas nunca ocultamos nuestras aspiraciones políticas. Nuestro

    programa futuro o máximo es llevar a China a la sociedad socialista y la

    comunista. Esto es definitivo y no admite duda. El nombre de nuestro Partido

    y nuestra concepción marxista del mundo indican de manera inequívoca este

    supremo ideal pare el futuro, infinitamente bello y luminoso.

    Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945) Obras Escogidas t III.

   

   

    Tomado en su conjunto, el movimiento revolucionario chino dirigido por el

    Partido Comunista de China abarca dos etapas: la revolución democrática y la

    socialista. Se trata de dos procesos revolucionarios esencialmente

    diferentes, y sólo después de consumado el primero se puede emprender el

    segundo. La revolución democrática es la preparación necesaria para la

    revolución socialista y la revolución socialista es la dirección inevitable

    para el desarrollo de la revolución democrática. El objetivo final por el

    que luchan todos los comunistas es la instauración completa de la sociedad

    socialista y de la comunista.

    La revolución china y el Partido Comunista de China (diciembre de 1939)

    Obras Escogidas t II.

   

   

    Entre los campesinos acomodados se observa una grave tendencia al

    capitalismo. Esta tendencia se extenderá como una inundación si descuidamos

    en lo más mínimo nuestro trabajo político entre los campesinos, ya sea

    durante el movimiento de cooperativización o durante un muy largo periodo

    posterior.

    Nota de introducción al artículo Es necesario luchar resueltamente contra la

    tendencia al capitalismo (1955), El auge socialista en el campo chino.

   

   

    El movimiento de cooperativización agrícola ha sido, desde su comienzo

    mismo, una seria lucha ideológica y política. No se puede crear ninguna

    cooperativa sin pasar por esta lucha. Para poder construir un sistema social

    completamente nuevo en el sitio del viejo sistema, hay que limpiar el lugar.

    Invariablemente, los residuos de las viejas ideas que reflejan el viejo

    sistema subsisten por largo tiempo en la conciencia de la gente, y no ceden

    con facilidad. Una cooperativa, después de establecida, tiene que pasar por

    muchas otras luchas antes de llegar a su consolidación. Incluso entonces,

    puede fracasar apenas relaje sus esfuerzos.

    Nota de introducción al artículo Una grave lección (1955) El auge socialista

    en el campo chino.

   

   

    Durante los últimos años, las fuerzas espontáneas del capitalismo han venido

    aumentando diariamente en el campo; en todas partes, han surgido nuevos

    campesinos ricos y muchos campesinos medios acomodados procuran hacerse

    campesinos ricos. Por otro lado, multitud de campesinos pobres siguen en la

    miseria por escasez de medios de producción: algunos han endeudado y otros

    han vendido su sierra o la han arrendado. Si se deja que esta tendencia siga

    su curso, se irá agravando día a día la polarización en el campo. Los

    campesinos que hayan perdido su tierra y los que continúen en la pobreza, se

    quejarán de que hacemos poco para salvarlos de la ruina o ayudarlos a salir

    de las dificultades. También se sentirán descontentos con nosotros los

    campesinos medios acomodados que se dirigen hacia el capitalismo, pues jamás

    podremos satisfacer sus demandas, a menos que, queramos emprender el camino

    capitalista. En tales circunstancias, puede permanecer sólida la alianza

    obrero-campesina? Claro que no. Este problema sólo puede resolverse sobre

    una base nueva, lo cual significa efectuar paso a paso la transformación

    socialista de toda la agricultura, simultáneamente con la realización

    gradual de la industrialización socialista y de la transformación socialista

    de la artesanía y de la industria y el comercio capitalistas. En otras

    palabras, significa realizar la cooperativización y eliminar en el campo la

    economía de los campesinos ricos y la economía individual, para que prospere

    conjuntamente toda la población rural. Sostenemos que ésta es la única

    manera de consolidar la alianza obrero-campesina.

    Sobre el problema de la cooperativización agrícola (31 de julio de 1955).

   

   

    Entre otras características de la población de seiscientos millones de

    China, se destaca su pobreza y desnudez. Esta parece una cosa malo, pero en

    realidad es buena. La pobreza impulse el anhelo de cambio, de acción, de

    revolución. En una hoja de papel en blanco, desnuda, se pueden escribir las

    palabras más nuevas y hermosas y pintar los cuadros más originales y bellos.

        

   

    Nuestro Estado es una dictadura democrática popular dirigida por la clase

    obrera y basada en la alianza obrero-campesina. Para qué esta dictadura? Su

    primera función es reprimir, dentro del país, a las clases y elementos

    reaccionarios, a los explotadores que oponen resistencia a la revolución

    socialista y a los que sabotean nuestra construcción socialista; es decir,

    resolver las contradicciones internas entre nosotros y el enemigo. Por

    ejemplo, entra en el radio de acción de nuestra dictadura arrestar y

    condenar a cierto número de elementos contrarrevolucionarios, y privar por

    un tiempo determinado de derechos electorales y libertad de expresión a los

    terratenientes y capitalistas burocráticos. Para mantener el orden público y

    defender los intereses de las masas populares, es necesario igualmente

    ejercer la dictadura sobre los ladrones, bandas de malhechores y otros

    elementos perniciosos que alterar seriamente el orden público. La segunda

    función de esta dictadura es defender a nuestro país de la subversión y

    posible agresión de los enemigos exteriores. En este caso, la dictadura toma

    sobre sí la tarea de resolver la contradicción externa entre nosotros y el

    enemigo. El objetivo de la dictadura es proteger a todo el pueblo para que

    pueda dedicarse al trabajo pacífico y transformar a China en un país

    socialista con una industria, una agricultura, una ciencia y una cultura

    modernas.

    Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo

    (27 de febrero de 1957).

   

   

    La dictadura democrática popular necesita la dirección de la clase obrera,

    porque la clase obrera es la más perspicaz, la más desinteresada y la más

    consecuentemente revolucionaria. Toda la historia de la revolución prueba

    que, sin la dirección de la clase obrera, la revolución fracasa, y que, con

    su dirección, la revolución triunfa.

    Sobre la dictadura democrática popular (30 de junio de 1949), Obras

    Escogidas, tomo IV.

   

   

IV. EL TRATAMIENTO CORRECTO DE LAS CONTRADICCIONES EN EL SENO DEL PUEBLO

   

   

    Existen ante nosotros dos tipos de contradicciones sociales: contradicciones

    entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el seno del pueblo. Estos

    dos tipos de contradicciones son de naturaleza completamente distinta.

    Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo

    (27 de febrero de 1957).

   

   

    Para comprender acertadamente los dos diferentes tipos de contradicciones,

    es necesario, ante todo, precisar qué se entiende por pueblo y qué por

    enemigo. (...) En la etapa actual, período de edificación del socialismo,

    integran el pueblo todas las clases, capas y grupos sociales que aprueban y

    apoyan la causa de la construcción socialista y participan en ella; son

    enemigos del pueblo todas las fuerzas y grupos sociales que oponen

    resistencia a la revolución socialista y se muestran hostiles a la

    construcción socialista o la sabotean.

    Ibíd.

   

   

    En las condiciones actuales de China, las contradicciones en el seno del

    pueblo comprenden las contradicciones dentro de la clase obrera, dentro del

    campesinado y dentro de la intelectualidad; las contradicciones entre la

    clase obrera y el campesinado, entre los obreros y campesinos, por una

    parte, y los intelectuales, por otra; las contradicciones entre la clase

    obrera y los demás trabajadores, por una parte, y la burguesía nacional, por

    otra; las contradicciones dentro de la burguesía nacional, etc. Nuestro

    Gobierno Popular es un gobierno que representa realmente los intereses del

    pueblo, un gobierno que sirve al pueblo. Sin embargo, entre él y las mesas

    populares también existen ciertas contradicciones. Estas incluyen las

    contradicciones entre los intereses estatales, los intereses colectivos y

    los intereses individuales, entre la democracia y el centralismo, entre

    dirigentes y dirigidos, y entre el estilo burocrático de trabajo de ciertos

    trabajadores gubernamentales y las masas. Todas éstas también son

    contradicciones en el seno del pueblo. Hablando en términos generales, las

    contradicciones en el seno del pueblo existen sobre la base de la identidad

    fundamental de los intereses de éste.

    Ibíd.

   

 

    La eliminación de los contrarrevolucionarios es una lucha, una

    contradicción, entre nosotros y el enemigo. Dentro del pueblo, hay gentes

    que consideran esta cuestión desde un punto de vista algo distinto. Dos

    tipos de personas tienen criterios diferentes del nuestro. Las que, con una

    mentalidad derechista, en vez dé establecer una distinción entre nosotros y

    el enemigo, toman al enemigo por gente nuestra; consideran amigos a los que

    las grandes masas miran como enemigos. Las que, con una mentalidad

    izquierdista, exageran el alcance de las contradicciones entre nosotros y el

    enemigo hasta el punto de tomar como tales ciertas contradicciones en el

    seno del pueblo y considerar contrarrevolucionarias a personas que en

    realidad no lo son. Ambas concepciones son erróneas. Con ninguna de ellas se

    puede tratar correctamente el problema de la eliminación de los

    contrarrevolucionarios, ni apreciar en su justo valor nuestra labor a este

    respecto.

    Ibíd.

   

   

    La contradicción y la lucha son universales y absolutas, pero los métodos

    para resolver las contradicciones, esto es, las formas de lucha, varían

    según el carácter de las contradicciones. Algunas contradicciones tienen un

    carácter antagónico abierto, mientras otras no. De acuerdo con el desarrollo

    concreto de las cosas, algunas contradicciones, originalmente no

    antagónicas, se desarrollan y transforman en antagónicas, mientras otras,

    originalmente antagónicas, se desarrollan y transforman en no antagónicas.

    Sobre la contradicción (agosto de 1937), Obras Escogidas, t. I.

   

 

    La rebelión contrarrevolucionaria en Hungría, en 1956, es un caso en que los

    reaccionarios dentro de un país socialista, en confabulación con los

    imperialistas y explotando las contradicciones en el seno del pueblo,

    fomentaron disensiones y provocaron desórdenes, en el intento de alcanzar

    sus designios conspirativos. Merece la atención de todos esta lección de los

    acontecimientos de Hungría.

    Ibíd.

 

 

    V. GUERRA Y PAZ

    La guerra, que ha existido desde la aparición de la propiedad privada y las

    clases, es la forma más alta de lucha para resolver las contradicciones

    entre clases, naciones, Estados o grupos políticos, cuando estas

    contradicciones han llegado a una determinada etapa de su desarrollo.

    Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (diciembre de

    1936) Obras Escogidas, t. I.

   

   

    La guerra es la continuación de la política. En este sentido, la guerra es

    política, y es en sí misma una acción política. No ha habido jamás, desde

    los tiempos antiguos, ninguna guerra que no tuviese un carácter político.

    (...)

    Pero la guerra tiene sus características peculiares, y en este sentido, no

    es igual a la política en general. La guerra es la continuación de la

    política por otros medios. Cuando la política llega a cierta etapa de su

    desarrollo, más allá de la cual no puede proseguir por los medios

    habituales, estalla la guerra para barrer el obstáculo del camino. (...)

    Cuando sea eliminado el obstáculo y conseguido nuestro objetivo político,

    terminará la guerra. Mientras no se elimine por completo el obstáculo, la

    guerra tendrá que continuar hasta que se logre totalmente el objetivo. (...)

    Se puede decir entonces que la política es guerra sin derramamiento de

    sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre.

    Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

   

   

    La historia demuestra que las guerras se dividen en dos clases: las justas y

    las injustas. Todas las guerras progresistas son justas, y todas las que

    impiden el progreso son injustas. Los comunistas nos oponemos a todas las

    guerras injustas, que impiden el progreso, pero no estamos en contra de las

    guerras justas, progresistas. Los comunistas, lejos de oponernos a estas

    últimas, participamos activamente en ellas. En cuanto a las guerras

    injustas, la Primera Guerra Mundial es un caso en que ambos bandos pelearon

    por intereses imperialistas; por lo tanto, los comunistas del mundo entero

    se opusieron resueltamente a ella. La forma de combatir una guerra de este

    tipo es hacer cuanto se pueda por prevenirla antes de que estalle y, si

    llega a estallar, oponer la guerra a la guerra, oponer la guerra justa a la

    guerra injusta, siempre que ello sea posible.

    Ibíd.

   

   

    Todos los comunistas tienen que comprender esta verdad: El Poder nace del

    fusil.

    Problemas de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de 1938), Obras

    Escogidas, tomo II.

   

   

    La tarea central y la forma más alta de toda revolución es la tome del Poder

    por medio de la fuerza armada, es decir, la solución del problema por medio

    de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene

    validez universal, tanto en China como en los demás países.

    Ibíd.

   

 

    Según la teoría marxista del Estado, el ejército es el principal componente

    del Poder estatal. Quienquiera que desee tomar el Poder estatal y retenerlo,

    tiene que contar con un poderoso ejército. Cierta gente nos ridiculiza

    calificándonos de partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra.

    Sí, somos partidarios de la teoría de la omnipotencia de la guerra

    revolucionaria; eso no es malo; es bueno, marxista. Con sus fusiles, los

    comunistas rusos crearon el socialismo. Nosotros crearemos una república

    democrática. La experiencia de la lucha de clases en la era del imperialismo

    nos demuestra que sólo mediante la fuerza del fusil la clase obrera y las

    demás masas trabajadoras pueden derrotar a la burguesía y la clase

    terrateniente armadas; en este sentido cabe afirmar que sólo con el fusil se

    puede transformar el mundo entero.

    Problemas de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de 1938), Obras

    Escogidas, tomo II.

   

   

    Somos partidarios de la abolición de la guerra; no deseamos la guerra. Pero

    la guerra sólo se puede abolir mediante la guerra. Para acabar con los

    fusiles, se debe empuñar el fusil.

    Ibíd.

   

   

    La guerra, ese monstruo de matanza entre los hombres, será finalmente

    liquidada, en un futuro no lejano, por el progreso de la sociedad humano.

    Pero sólo hay un medio para eliminarla: oponer la guerra a la guerra, oponer

    la guerra revolucionaria a la guerra contrarrevolucionaria, oponer la guerra

    revolucionaria nacional a la guerra contrarrevolucionaria nacional y oponer

    la guerra revolucionaria de clase a la guerra contrarrevolucionaria de

    clase. (...) Cuando la sociedad humana llegue a una etapa en que sean

    eliminados las clases y los Estados, ya no habrá guerras,

    contrarrevolucionarias o revolucionarias, injustas o justas. Esa será la era

    de la paz eterna para la humanidad. Al estudiar las leyes de la guerra

    revolucionaria partimos de la aspiración a eliminar todas las guerras. He

    aquí la línea divisoria entre nosotros, los comunistas, y todas las clases

    explotadoras.

    Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China (diciembre de

    1930 Obras Escogidas, t. I.

   

 

    VI. EL IMPERIALISMO Y TODOS LOS REACCIONARIOS SON TIGRES DE PAPEL

    Todos los reaccionarios son tigres de papel. Parecen terribles, pero en

    realidad no son tan poderosos. Visto en perspectiva, no son los

    reaccionarios sino el pueblo quien es realmente poderoso.

    Conversación con la corresponsal norteamericana Anna Louise Strong (agosto

    de 1946), Obras Escogidas, t. IV.

   

   

    Así como en el mundo no hay nada sin doble naturaleza (ésta es la ley de la

    unidad de los contrarios), también el imperialismo y todos los reaccionarios

    tienen un doble carácter: son a la vez tigres auténticos y tigres de papel.

    En la historia, antes de conquistar el Poder y durante algún tiempo después

    de haberlo conquistado, la clase de los esclavistas, la clase terrateniente

    feudal y la burguesía eran vigorosas, revolucionarias y progresistas; eran

    tigres auténticos. Pero, con el tiempo, como sus contrarios--la clase de los

    esclavos, el campesinado y el proletariado-- crecían y se fortalecían

    gradualmente, luchaban contra ellas y se volvían más y más formidables,

    estas clases gobernantes se transformaron poco a poco en su reverso, se

    transformaron en reaccionarias en retrógradas, en tigres de papel, y

    finalmente fueron derrocadas, o serán derrocadas, por el pueblo. Las clases

    reaccionarias, retrógradas y decadentes conservaban este doble carácter

    incluso en la lucha a muerte que el pueblo sostenía contra ellas. Por una

    parte, eran tigres auténticos, devoraban a la gente, la devoraban por

    millones y decenas de millones. La causa de la lucha popular atravesaba un

    período de dificultades y penalidades y un camino lleno de recodos. En

    China, para destruir la dominación del imperialismo, el feudalismo y el

    capitalismo burocrático el pueblo chino necesitó más de cien años y perdió

    decenas de millones de vidas antes de lograr la victoria en 1949. Miren! No

    eran tigres vivos, tigres de hierro, tigres auténticos? Sin embargo, al

    final se transformaron en tigres de papel, tigres muertos, tigres de

    requesón de soya. Estos son hechos históricos. No ha visto u oído contar la

    gente tales hechos? En verdad ha habido millares y decenas de millares de

    ellos! Millares y decenas de millares! Por lo tanto, el imperialismo y todos

    los reaccionarios, mirados en su esencia, en perspectiva, desde el punto de

    vista estratégico, deben ser considerados como lo que son: tigres de papel.

    En esto se base nuestro concepto estratégico. Por otra parte, también son

    tigres vivos, tigres de hierro, tigres auténticos, que devoran a la gente.

    En esto se base nuestro concepto táctico.

    Intervención en la reunión del buro Político del Comité Central del Partido

    Comunista de China, celebrada en Wuchang (1. de diciembre de 1958), véase la

    nota explicativa a la Conversación con la corresponsal norteamericana Anna

    Louise Strong. Obras Escogidas, t. IV.

   

 

    Estimo que la situación internacional ha llegado ahora a un nuevo punto de

    viraje. Actualmente hay dos vientos en el mundo: el viento del Este y el

    viento del Oeste. Reza un dicho chino: O el viento del Este prevalece sobre

    el del Oeste, o el viento del Oeste prevalece sobre el del Este. Creo que la

    situación actual se caracteriza por que el viento del Este prevalece sobre

    el viento del Oeste. Es decir, las fuerzas del socialismo ya han llegado a

    ser abrumadoramente superiores a las del imperialismo.

    Ibíd.

 

 

    VII. ATREVERSE A LUCHAR Y A CONQUISTAR LA VICTORIA

    Si el enemigo nos ataca y las condiciones son favorables para combatirlo,

    nuestro Partido actuará ciertamente en defensa propia para liquidarlo

    resuelta, definitiva, cabal y totalmente ( no lanzarse al combate

    temerariamente, sino con la seguridad de vencer). De ningún modo debemos

    dejarnos intimidar par la arrogancia de los reaccionarios.

    Circular del Comité Central del Partido Comunista de China sobre Las

    negociaciones de paz con el Kuomintang (26 de agosto de 1945), Obras

    Escogidas, t. IV.

   

   

   

    VIII. LA GUERRA POPULAR

    La guerra revolucionaria es la guerra de las masas, y sólo puede realizarse

    movilizando a las masas y apoyándose en ellas.

    Preocupémonos par el bienestar de las masas, prestemos atención a nuestros

    métodos de trabajo (27 de enero de 1934), Obras Escogidas, t. I.

   

   

    Cuál es la verdadera muralla de hierro? Son las masas, los millones y

    millones de hombres que apoyan con toda sinceridad la revolución. Esta es la

    verdadera muralla de hierro, que ninguna fuerza podrá romper, podrá en

    absoluto romper. La contrarrevolución no logrará destruirnos; por el

    contrario, nosotros la destruiremos a ella. Uniendo a los millones y

    millones de hombres del pueblo en torno al gobierno revolucionario y

    desarrollando nuestra guerra revolucionaria, podremos aniquilar toda

    contrarrevolución y tomar el Poder en toda China.

    Ibíd.

   

   

    El objetivo de la guerra no es otro que conservar las fuerzas propias y

    destruir las enemigas (destruir las fuerzas enemigas significa desarmarlas o

    privarlas de su capacidad para resistir, y no significa aniquilarlas todas

    físicamente). En las guerras antiguas, se usaban la lanza y el escudo: la

    lanza para atacar y destruir las fuerzas enemigas, y el escudo para

    defenderse y conservarse a si mismo. Hasta hoy, las armas no son más que una

    extensión de la lanza y el escudo. El bombardero, la ametralladora, el cañón

    de largo alcance y los gases tóxicos son desarrollos de la lanza, en tanto

    que el refugio antiaéreo, el casco de acero, las defensas de hormigón y la

    careta antigás, lo son del escudo. El tanque es una nueva arma que combina

    las funciones de la lanza y el escudo. El ataque es el medio principal para

    destruir las fuerzas enemigas, pero no se puede prescindir de la defensa. El

    ataque se realiza con el objetivo inmediato de aniquilar las fuerzas del

    enemigo, pero al mismo tiempo para conservar las fuerzas propias, porque si

    no aniquilas al enemigo, serás aniquilado. La defensa tiene como objetivo

    inmediato conservar las fuerzas propias, pero al mismo tiempo es un media de

    complementar el ataque o prepararse para pasar al ataque. La retirada

    pertenece a la categoría de la defensa y es una continuación de ésta, en

    tanto que la persecución es una continuación del ataque. Hay que señalar que

    la destrucción de las fuerzas enemigas es el objetivo primario de la guerra

    y la conservación de las fuerzas propias, el secundario, porque sólo se

    puede conservar eficazmente las fuerzas propias destruyendo las enemigas en

    gran número. Por lo tanto, el ataque, como media principal para destruir las

    fuerzas del enemigo, es lo primario, en tanto que la defensa, como media

    auxiliar para destruir las fuerzas enemigas y como uno de los medios para

    conservar las fuerzas propias, es lo secundario. Es cierto que en la

    práctica de la guerra, la defensa desempeña el papel principal en muchas

    ocasiones, mientras que en las demás lo desempeña el ataque, pero si la

    guerra se considera en su conjunto, el ataque sigue siendo lo primario.

    Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

   

 

 

 

 

 

 

 

 

 

    Todos los principios orientadores de las operaciones militares provienen de

    un solo principio básico: esforzarse al máximo par conservar las fuerzas

    propias y destruir las del enemigo. (...) Cómo explicar entonces la

    promoción del espíritu heroico de autosacrificio en la guerra? Toda guerra

    impone un precio, a veces sumamente elevado. No se contradice esto con el

    principio de conservar las fuerzas propias? En rigor no hay contradicción

    alguna; para decirlo con mayor exactitud, los dos aspectos son contrarios

    que se complementan. Porque el sacrificio es necesario no sólo para

    aniquilar las fuerzas del enemigo, sino también para conservar las propias;

    la no conservación (sacrificio o pago del precio) parcial y temporal es

    indispensable para la conservación permanente de las fuerzas propias en su

    conjunto. De este principio básico se desprende la serie de principios que

    guían todas las operaciones militares, desde los principios de tiro (ponerse

    a cubierto para conservarse y emplear al máximo la potencia de fuego para

    aniquilar al enemigo) hasta los principios estratégicos: todos ellos están

    impregnados del espíritu de ese principio fundamental. Todos los principios

    relativos a la técnica militar, a la táctica, a las campañas y a la

    estrategia, están orientados a asegurar la realización de este principio

    básico. El principio de conservar las propias fuerzas y destruir las del

    enemigo es la base de todos los principios militares.

    Problemas estratégicos de la guerra de guerrillas contra el Japón. (mayo de

    1938) Obras Escogidas, t. II.

   

   

    He aquí nuestros principios militares:

        1. Asestar golpes primero a las fuerzas enemigas dispersas y aisladas, y

        luego a las fuerzas enemigas concentradas y poderosas.

        2. Tomar primero las ciudades pequeñas y medianas y las vastas zonas

        rurales, y luego las grandes ciudades.

        3. Tener por objetivo principal el aniquilamiento de la fuerza viva del

        enemigo y no el mantenimiento o conquista de ciudades o territorios. El

        mantenimiento o conquista de una ciudad o un territorio es el resultado

        del aniquilamiento de la fuerza viva del enemigo, y, a menudo, una

        ciudad o territorio puede ser mantenido o conquistado en definitiva sólo

        después de cambiar de manos repetidas veces.

        4. En cada batalla, concentrar fuerzas absolutamente superiores (dos,

        tres, cuatro y en ocasiones hasta cinco o seis veces las fuerzas del

        enemigo), cercar totalmente las fuerzas enemigas y procurar aniquilarlas

        por completo, sin dejar que nadie se escape de la red. En circunstancias

        especiales, usar el método de asestar golpes demoledores al enemigo,

        esto es, concentrar todas nuestras fuerzas para hacer un ataque frontal

        y un ataque sobre uno o ambos flancos del enemigo, con el propósito de

        aniquilar una parte de sus tropas y desbaratar la otra, de modo que

        nuestro ejército pueda trasladar rápidamente sus fuerzas para aplastar

        otras tropas enemigas. Hacer lo posible par evitar las batallas de

        desgaste, en las que lo ganado no compensa lo perdido o sólo resulta

        equivalente. De este modo, aunque somos inferiores en el conjunto

        (hablando en términos numéricos), somos absolutamente superiores en cada

        caso y en cada batalla concreta, y esto nos asegura la victoria en las

        batallas. Con el tiempo, llegaremos a ser superiores en el conjunto y

        finalmente liquidaremos a todas las fuerzas enemigas.

        5. No dar ninguna batalla sin preparación, ni dar ninguna batalla sin

        tener la seguridad de ganarla; hacer todos los esfuerzos para estar bien

        preparados para cada batalla, hacer todo lo posible para que la

        correlación existente entre las condiciones del enemigo y las nuestras

        nos asegure la victoria.

        6. Poner en pleno juego nuestro estilo de lucha: valentía en el combate,

        espíritu de sacrificio, desprecio a la fatiga y tenacidad en los

        combates continuos (es decir, entablar combates sucesivos en un corto

        lapso y sin tomar repose).

        7. Esforzarse por aniquilar al enemigo en la guerra de maniobras. Al

        mismo tiempo, dar importancia a la táctica de ataque a posiciones con el

        propósito de apoderarse de los puntos fortificados y ciudades en manos

        del enemigo.

        8. Con respecto a la toma de las ciudades, apoderarse resueltamente de

        todos los puntos fortificados y ciudades débilmente defendidas por el

        enemigo. Apoderarse, en el momento conveniente y si las circunstancias

        lo permiten, de todos los puntos fortificados y ciudades que el enemigo

        defienda con medianas fuerzas. En cuanto a los puntos fortificados y

        ciudades poderosamente defendidos por el enemigo, tomarlos cuando las

        condiciones para ello hayan madurado.

        9. Reforzar nuestro ejército con todas las armas y la mayor parte de los

        hombres capturados al enemigo. La fuente principal de los recursos

        humanos y materiales para nuestro ejército está en el frente.

        10. Aprovechar bien el intervalo entre dos campañas para que nuestras

        tropas descansen, se adiestren y consoliden. Los períodos de descanso,

        adiestramiento y consolidación no deben, en general, ser muy prolongados

        para no dar, hasta donde sea posible, ningún respiro al enemigo.

        Estos son los principales métodos que emplea el Ejército Popular de

        Liberación para derrotar a Chiang Kai-shek. Han sido forjados por el

        Ejército Popular de Liberación en largos años de lucha contra los

        enemigos nacionales y extranjeros, y corresponden completamente a

        nuestra situación actual. (...) Nuestra estrategia y táctica se basan en

        la guerra popular y ningún ejército antipopular puede utilizarlas.

        La situación actual y nuestras tareas. (25 de diciembre de 1947), Obras

        Escogidas, t. IV.

       

       

        Sin preparación, la superioridad de fuerzas no es superioridad real ni

        puede haber tampoco iniciativa. Sabiendo esta verdad, una fuerza

        inferior pero bien preparada, a menudo puede derrotar a una fuerza

        enemiga superior mediante ataques por sorpresa.

        Sobre la guerra prolongada. (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

 

 

        IX. EL EJERCITO POPULAR

        Sin un ejército popular, nada tendrá el pueblo.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Este ejército es fuerte porque todos sus hombres poseen una disciplina

        consciente; ellos se han unido y luchan, no por los intereses privados

        de unos cuantos individuos o de un estrecho grupo, sino por los

        intereses de las amplias masas populares y de toda la nación. El único

        propósito de este ejército es mantenerse firmemente junta al pueblo

        chino y servirlo de todo corazón.

        Ibíd.

       

       

        El Ejército Rojo de China es una organización armada que ejecuta las

        tareas políticas de la revolución. Especialmente en el momento actual,

        el Ejército Rojo de ningún modo debe limitarse a combatir; además de

        combatir para destruir las fuerzas militares del enemigo, debe tomar

        sobre sí importantes tareas, tales como hacer propaganda entre las

        masas, organizar a las masas, armarlas, ayudarlas a establecer el Poder

        revolucionario, y hasta establecer organizaciones del Partido Comunista.

        El Ejército Rojo no combate meramente por combatir, sino para hacer

        propaganda entre las masas, organizar a las masas, armarlas y ayudarlas

        a establecer el Poder revolucionario. Sin estos objetivos, el combate

        perderá su sentido, y el Ejército Rojo, su razón de ser.

        Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido (diciembre de

        1929), Obras Escogidas, t. I.

       

       

        El Ejército Popular de Liberación es siempre un destacamento de combate.

        Aun después de la victoria nacional, continuará siéndolo durante el

        período histórico en que aún no hayan sido abolidas las clases en

        nuestro país y exista en el mundo el sistema imperialista. Respecto a

        este punto no debe haber ningún malentendido ni vacilación.

        Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VII

        Congreso Nacional del Partido Comunista de China (5 de marzo de 1949),

        Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        Tenemos un ejército de combate y un ejército de trabajo. Nuestro

        ejército de combate lo constituyen el VIII Ejército y el Nuevo 4. Cuerpo

        de Ejército. No obstante, incluso este ejército de combate cumple dos

        tareas: combate y se dedica a la producción. Contando con estos dos

        ejércitos, y siendo el ejército de combate diestro en ambas tareas y en

        el trabajo de masas, superaremos nuestras dificultades y derrotaremos al

        imperialismo japonés.

        Organicémonos (29 de noviembre de 1943), Obras Escogidas, tomo III.

       

       

        Nuestra defensa nacional será consolidada y no permitiremos que ningún

        imperialista vuelva a invadir nuestro territorio. Nuestras fuerzas

        armadas populares deben ser conservadas y ampliadas sobre la base del

        valeroso y probado Ejército Popular de Liberación. Dispondremos no sólo

        de un poderoso ejército, sino también de una aviación y una marina

        poderosas.

        Discurso de apertura en la I Sesión Plenaria de la Conferencia

        Consultiva Política del Pueblo Chino (21 de septiembre de 1949).

       

       

        Nuestro principio es: el Partido manda al fusil, y jamás permitiremos

        que el fusil mande al Partido.

        Problemas de la guerra y de la estrategia (6 de noviembre de 1938),

        Obras Escogidas, tomo II.

       

       

        Todos nuestros mandos y combatientes deben tener siempre en cuenta que

        somos el gran Ejército Popular de Liberación, ejército dirigido par el

        gran Partido Comunista de China. A condición de que observemos

        constantemente las directivos del Partido, alcanzaremos la victoria.

        Manifiesto del Ejército Popular de Liberación de China. (octubre de

        1947), Obras Escogidas, t. IV.

 

 

        X. LA DIRECCION DE LOS COMITES DEL PARTIDO

        El sistema de comités del Partido es una importante institución

        partidaria que garantiza la dirección colectiva e impide que una sola

        persona acapare la gestión de los asuntos. Recientemente, se ha

        averiguado que en algunos organismos dirigentes (desde luego, no en

        todos) es práctica habitual que una sola persona acapare la gestión de

        los asuntos y resuelva los problemas importantes. En lugar de hacerlo la

        reunión del comité del Partido, una sola persona decide la solución de

        los problemas importantes, y los miembros del comité están allí

        únicamente para cubrir las formalidades. Las divergencias entre los

        miembros del comité no logran resolverse y se dejan pendientes por largo

        tiempo. Los miembros del comité del Partido mantienen entre sí una

        unidad sólo formal, y no real. Hay que cambiar esta situación. En

        adelante, es necesario establecer un sano sistema de reuniones del

        comité del Partido en todas partes, desde los burós del Comité Central

        hasta los comités de prefectura del Partido, desde los comités de frente

        hasta los comités de brigada, así como en los órganos del Partido de las

        zonas militares (subcomisiones de la Comisión Militar Revolucionaria o

        grupos dirigentes) y en los grupos dirigentes del Partido en los

        organismos gubernamentales, organizaciones populares, agencia de

        noticias y periódicos. Todos los problemas de importancia (no, desde

        luego, los problemas"insignificantes ni aquéllos cuya solución, ya

        discutida y acordada en las reuniones, sólo necesita ponerse en

        práctica) deben someterse al comité para su discusión, de modo que los

        miembros del comité presentes expresen sin reservas su opinión y lleguen

        a claras y precisas decisiones, que luego serán ejecutadas por los

        miembros correspondientes. (...) Las reuniones del comité del Partido

        deben ser de dos clases, que no hay que confundir: reuniones del comité

        permanente y sesiones plenarias. Además, es necesario cuidar que entre

        la dirección colectiva y la responsabilidad personal no se exagere una

        de ellas desatendiendo la otra. En el ejército, los jefes tienen derecho

        a tomar decisiones de urgencia durante las operaciones y cuando las

        circunstancias lo exigen.

        Sobre el fortalecimiento del sistema de comités del Partido. (20 de

        septiembre de 1948), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        El secretario de un comité del Partido debe saber actuar como un buen

        jefe de escuadra. Un comité del Partido tiene de diez a veinte miembros;

        es como una escuadra del ejército, y el secretario, como el jefe de la

        escuadra. Por cierto, no es fácil dirigir bien esta escuadra. Cada buró

        o subburó del Comité Central dirige actualmente una vasta región y asume

        tareas muy pesadas. Dirigir no significa tan sólo decidir la orientación

        general y las medidas políticas específicas, sino también establecer los

        métodos de trabajo correctos. Aun cuando sean correctas la orientación

        general y las medidas políticas específicas, pueden surgir

        complicaciones si se desatienden los métodos de trabajo. Para cumplir su

        tarea de dirección, un comité del Partido debe apoyarse en los hombres

        de la escuadra y hacerles desempeñar plenamente su papel. Para ser un

        buen jefe de escuadra, el secretario debe estudiar mucho e investigar a

        fondo. Al secretario o subsecretario le será difícil dirigir bien a los

        hombres de la escuadra si no se preocupa de realizar una labor de

        propaganda y organización entre ellos, si no sabe mantener buenas

        relaciones con los miembros del comité ni estudia cómo conducir con

        éxito las reuniones. Si los hombres de la escuadra no marchan a compás,

        que ni piensen en dirigir decenas de millones de personas en el combate

        y en la construcción! Claro está que las relaciones entre el secretario

        y los miembros del comité se fundan sobre el principio de que la minoría

        debe someterse a la mayoría y, por lo tanto, difieren de las relaciones

        entre un jefe de escuadra y sus hombres. Decimos esto sólo a modo de

        analogía.

        Métodos de trabajo de los comités del Partido (13 de marzo de 1949),

        Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        Colocar los problemas sobre la mesa. Esto lo deben hacer no sólo el jefe

        de la escuadra, sino también los miembros del comité. No se debe hablar

        a espaldas de la gente. Cuando surge algún problema, hay que celebrar

        una reunión, colocar el problema sobre la mesa para discutirlo y tomar

        decisiones, y el problema será resuelto. Si existen problemas y no se

        colocan sobre la mesa permanecerán sin resolver por largo tiempo y hasta

        seguirán pendientes durante años. Entre el jefe de la escuadra y los

        miembros del comité debe haber mutua comprensión. Nada hay más

        importante que la comprensión, el apoyo y la amistad entre el secretario

        y los miembros del comité, entre el Comité Central y sus burós, así como

        entre éstos y los comités regionales del Partido.

        Ibíd.

       

       

        Intercambiar informaciones. Esto quiere decir que los miembros de un

        comité del Partido deben mantenerse mutuamente informados e intercambiar

        opiniones sobre los asuntos que hayan llegado a su conocimiento.

        Esto es de gran importancia para lograr un lenguaje común. Algunos no lo

        hacen así y, como los vecinos de que habla Laotsi, no se visitan durante

        toda la vida, aunque cada uno oye el canto de los gallos y el ladrido de

        los perros de los otros. El resultado es que carecen de un lenguaje

        común.

        Ibíd.

       

       

        Consultar a los subordinados sobre lo que no se comprenda o no se

        conozca, y no expresar con ligereza aprobación o desaprobación. (...)

        Nunca debemos fingir saber lo que no sabemos; no hay que sentir

        vergüenza de consultar a los de abajo, por el contrario, debemos

        escuchar las opiniones de los cuadros de los niveles inferiores. Ser

        alumno antes de llegar a ser maestro. Consultar a los cuadros de abajo

        antes de dar órdenes. (...) Lo que dicen los cuadros inferiores puede

        ser correcto y puede no serlo; es preciso analizarlo. Debemos escuchar

        las opiniones justas y actuar en concordancia con ellas. (...) Hay que

        escuchar también las opiniones equivocadas de abajo y es erróneo no

        prestarles ninguna atención; pero, en vez de seguirlas, es necesario

        criticarlas.

        Ibíd.

       

       

        Aprender a tocar el piano. Al tocar el piano se mueven los diez dedos;

        no se puede mover sólo algunos y no los demás. No obstante, si pulsamos

        el teclado con los diez dedos a la vez, no saldrá ninguna melodía. Para

        producir buena música, los diez dedos deben moverse de manera rítmica y

        coordinada. El comité del Partido debe asir firmemente la tarea central

        y, al mismo tiempo, desplegar en torno a ésta el trabajo en otros

        terrenos. En la actualidad, tenemos que preocuparnos de muchos campos;

        debemos atender al trabajo en todas las regiones, unidades militares y

        departamentos, y no fijar nuestra atención únicamente en algunos

        problemas, dejando de lado los demás. Dondequiera que haya un problema,

        tenemos que pulsar la tecla correspondiente: éste es un método que

        debemos dominar. Algunos tocan bien el piano y otros mal, y hay una gran

        diferencia entre las melodías que producen unos y otros. Los camaradas

        de los comités del Partido deben aprender a tocar el piano bien.

        Ibíd.

       

       

        Hacer firmemente. Es decir, el comité del Partido no sólo debe hacer sus

        tareas principales sino que las debe hacer firmemente. Se puede empuñar

        algo sólo cuando se lo agarra con firmeza, sin aflojar en lo más mínimo.

        Hacer, pero no firmemente, es lo mismo que no hacer. Naturalmente, no se

        puede empuñar nada con la mano abierta. Tampoco se empuña nada cuando se

        cierra la mano como para tomar algo, sin apretarla con fuerza. Algunos

        de nuestros camaradas toman en sus manes las tareas principales, pero no

        lo hacen con fuerza y, por eso, no pueden realizar un buen trabajo. No

        asir, no se puede; asir sin firmeza, tampoco.

        Ibíd.

       

       

        Tener las cifras en la cabeza. Es decir, debemos prestar atención al

        aspecto cuantitativo de una situación o problema y hacer un análisis

        cuantitativo básico. Toda calidad se manifiesta en una cantidad

        determinada, sin cantidad no puede haber calidad. Hasta la fecha, muchos

        de nuestros camaradas todavía no comprenden que deben prestar atención

        al aspecto cuantitativo de las cosas: las estadísticas básicas, los

        principales porcentajes y los límites cuantitativos que determinan las

        calidades de las cosas. No tienen las cifras en la cabeza y, en

        consecuencia, no pueden evitar errores.

        Ibíd.

       

        

        Bando a la población. Hay que anunciar con anticipación las reuniones;

        esto es como colocar un bando a la población, para que todo el mundo

        sepa qué se va a discutir y qué problemas hay que resolver y pueda

        prepararse con tiempo. En algunos lugares se convocan reuniones de

        cuadros sin tener listos de antemano los informes ni los proyectos de

        resolución, y se los improvisa, mal que bien, cuando ya han llegado los

        participantes; esto recuerda el dicho: Han llegado las tropas y los

        caballos, pero no está lista la comida ni el forraje. Eso no es bueno.

        No hay que apresurarse a convocar una reunión si no se ha preparado

        bien.

        Ibíd.

       

       

        Menos pero mejores tropas, y una administración más simple. Charlas,

        discursos, artículos y resoluciones, todo debe ser claro y conciso. Del

        mismo modo, las reuniones no deben ser demasiado largas.

        Ibíd.

       

       

        Prestar atención a unirse en el trabajo con los camaradas cuyas

        opiniones difieren de las propias. Hay que tener presente este principio

        tanto en los organismos locales como en el ejército. Esto también se

        aplica a nuestras relaciones con las personas no pertenecientes al

        Partido. Hemos venido desde todos los rincones del país y debemos saber

        unirnos en el trabajo no sólo con los camaradas que comparten nuestras

        opiniones, sino también con los que sostienen opiniones diferentes.

        Ibíd.

       

       

        Guardarse de la arrogancia. Este es un problema de principio para todo

        dirigente, y es también una importante condición para mantener la

        unidad. No deben ser arrogantes ni siquiera quienes no hayan cometido

        errores graves y hayan logrado grandes éxitos en su trabajo.

        Ibíd.

       

       

        Trazar dos líneas divisorias. Primero, entre la revolución y la

        contrarrevolución, entre Yenán y Sían*. Algunos no comprenden que es

        preciso trazar esta línea divisoria. Por ejemplo, cuando combaten el

        burocratismo, hablan de Yenán como si aquí no hubiera nada bueno, y no

        hacen la comparación ni la distinción entre el burocratismo en Yenán y

        el burocratismo en Sían. Cometen así un error fundamental. Segundo,

        dentro de las filas de la revolución es necesario hacer una clara

        distinción entre lo justo y lo erróneo, entre los éxitos y las

        deficiencias, y, además, poner en claro cuál de los dos aspectos es el

        principal y cuál el secundario. Por ejemplo, ¿representan los éxitos el

        30 ó el 70 por ciento? No está bien subestimarlos, tampoco lo está

        exagerarlos. Hay que evaluar en forma global el trabajo de una persona y

        establecer si sus éxitos representan el 30 por ciento y sus errores el

        70 por ciento, o a la inversa. Si los éxitos llegan al 70 por ciento, el

        trabajo de dicha persona debe ser aprobado en lo esencial. Sería

        enteramente incorrecto considerar los errores como lo principal cuando

        lo son, en realidad, los éxitos. Al examinar los problemas nunca debemos

        olvidarnos de trazar estas dos líneas divisorias: entre la revolución y

        la contrarrevolución, entre los éxitos y las deficiencias. Si tenemos

        presentes estas dos líneas divisorias, las cosas marcharán bien; de otro

        modo confundiremos la naturaleza de los problemas. Desde luego,

        establecer bien estas líneas divisorias requiere estudio y análisis

        cuidadosos. Debemos adoptar una actitud de análisis y estudio hacia cada

        persona y cada cuestión.

        Ibíd.

        [* Yenán fue la sede del Comité Central del Partido Comunista de China

        desde enero de 1937 a marzo de 1947; Sian era el centro de la dominación

        reaccionaria del Kuomintang en el Noroeste de China. El camarada Mao

        Tse-tung cita aquí las dos ciudades como símbolos de la revolución y de

        la contrarrevolución.]

        En el plano orgánico, se asegurará la democracia bajo una dirección

        centralizada. Esto se realizará conforme a las siguientes líneas:

            1. Los organismos dirigentes del Partido, a fin de erigirse en

            auténticos centros de dirección, deben trazar una línea correcta de

            orientación y encontrar soluciones cuando surgen problemas.

            2. Los organismos superiores deben conocer bien la situación de los

            organismos inferiores y la vida de las masas, a fin de tener una

            base objetiva para dirigir con acierto.

            3. Ningún organismo del Partido, cualquiera que sea su nivel, debe

            resolver los problemas a la ligera. Toda decisión, una vez adoptada,

            debe ponerse en práctica con firmeza.

            4. Todas las decisiones de alguna importancia de los organismos

            superiores del Partido, serán transmitidas cuanto antes a los

            organismos inferiores y a los militantes de filas del Partido.

            (...).

            5. Los organismos inferiores y los militantes de filas del Partido

            deben discutir en detalle las directivas de los organismos

            superiores, con el objeto de comprender a fondo su significado y

            determinar los métodos para llevarlas a efecto.

        Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido (diciembre de

        1929), Obras Escogidas, t. I.

 

 

        XI. LINEA DE MASAS

        El pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia

        mundial.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Las masas son los verdaderos héroes, en tanto que nosotros somos a

        menudo pueriles y ridículos; sin comprender esto, no podremos adquirir

        ni los conocimientos más elementales.

        Prefacio y epílogo a 'Investigación rural' (marzo y abril de 1941),

        Obras Escogidas, tomo III.

       

       

        Las masas populares poseen un poder creador ilimitado. Pueden

        organizarse y dirigir sus esfuerzos hacia los lugares y sectores de

        trabajo donde puedan poner en pleno juego su energía; pueden dirigir sus

        esfuerzos, tanto en extensión como en profundidad , hacia la producción

        y crear para sí un creciente número de instituciones de bienestar.

        Nota de introducción al articulo El excedente de mano de obra ha

        encontrado una salida (1955), El auge socialista en el campo chino.

       

       

        El actual ascenso del movimiento campesino es un acontecimiento

        grandioso. Dentro de poco, centenares de millones de campesinos en las

        provincias del centro, el Sur y el Norte de China se levantarán como una

        tempestad, un huracán, una fuerza tan impetuosa y violenta que nada, por

        poderoso que sea, podrá contener. Romperán todas las trabas y se

        lanzarán por el camino de la liberación. Sepultarán a todos los

        imperialistas, caudillos militares, funcionarios corruptos, déspotas

        locales y shenshi malvados*. Todos los partidos y camaradas

        revolucionarios serán sometidos a prueba ante los campesinos y tendrán

        que decidir a qué lado colocarse. Hay tres alternativas. Ponerse al

        frente de ellos y dirigirlos? Quedarse a su zaga gesticulando y

        criticando? Salirles al paso y combatirlos? Cada chino es libre de optar

        entre estas tres alternativas, pero los acontecimientos le obligarán a

        elegir rápidamente.

        [ Los déspotas locales y los shenshi malvados eran los terratenientes

        campesinos ricos, funcionarios retirados u hombres ricos en la vieja

        sociedad china quienes, aprovechándose de su influencia y poder, hacían

        y deshacían a su antojo en el campo o la ciudad.. Como representantes

        políticos de la clase terrateniente en las localidades controlaban el

        Poder local y manejaban los pleitos judiciales, se entregaban a la

        corrupción y llevaban una vida disoluta, cometían toda clase de

        fechorías y oprimían cruelmente al pueblo.]

        Informe sobre la investigación del movimiento campesino en Junán (marzo

        de 1927). Obras Escogidas. t. I.

       

       

        El auge de la transformación social en el campo, de la cooperativización

        agrícola, se observa ya en algunas zonas y pronto se extenderá a todo el

        país. Se trata de un vasto movimiento revolucionario socialista que

        abarca a más de quinientos millones de habitantes rurales, movimiento de

        singular importancia mundial. Debemos dirigirlo de manera activa,

        entusiasta y sistemática, y no hacerlo retroceder por un medio u otro.

        En el curso del movimiento se producen inevitablemente ciertas

        desviaciones, lo cual es comprensible, y no será difícil corregirlas.

        Los defectos o errores que se observen entre los cuadros y los

        campesinos, pueden ser superados o subsanados por ellos si les brindamos

        una ayuda activa.

        Sobre el problema de la cooperativización agrícola (31 de julio de

        1955).

       

       

        Existe latente en las masas un entusiasmo inagotable por el socialismo.

        Los que sólo saben seguir los caminos rutinarios aun en un periodo

        revolucionario, son absolutamente incapaces de percibir este entusiasmo.

        Están ciegos, todo es tinieblas delante suyo. A veces llegan hasta

        llamar erróneo a lo justo y confundir lo negro con lo blanco. Acaso son

        pocas las personas de este tipo con que nos hemos encontrado? Los que

        sólo saben seguir los caminos trillados subestiman invariablemente el

        entusiasmo del pueblo. Cuando aparece una cosa nueva, la desaprueban y

        se precipitan a combatirla para admitir más tarde su derrota y hacerse

        un poco de autocrítica. Pero, ante la próxima cosa nueva, repiten de

        punta a cabo el mismo proceso. Esta es su manera de actuar frente a toda

        cosa nueva. Tales personas se ven siempre en la pasividad, nunca avanzan

        en los momentos críticos, y siempre hay que propinarles un fuerte

        empujón para que den un paso adelante.

        Nota de introducción al articulo Este cantón consumó la

        cooperativización en dos años (1955). El auge socialista en el campo

        chino.

       

       

        Durante más de veinte años, nuestro Partido ha llevado adelante

        diariamente el trabajo de masas, y desde hace más de diez años, viene

        hablando a diario de la línea de masas. Siempre hemos sostenido que la

        revolución debe apoyarse en las masas populares y contar con la

        participación de todos, y nos hemos opuesto a que se confíe sólo en unas

        cuantas personas que dictan órdenes. Sin embargo, algunos camaradas

        todavía no aplican a fondo la línea de masas en su trabajo; todavía se

        apoyan sólo en unas pocas personas y trabajan en un frío y quieto

        aislamiento. Una de las razones es que, cualquier cosa que hagan, nunca

        se muestran dispuestos a explicarla a los que ellos dirigen, y no saben

        cómo despertar su iniciativa y energía creadora. Subjetivamente, quieren

        que todos participen en el trabajo, pero no les dan a conocer lo que

        deben hacer ni la forma de hacerlo. De esta manera, cómo puede esperarse

        que todos se pongan en movimiento y que las cosas se hagan bien? Para

        resolver este problema, lo esencial es, naturalmente, llevar a cabo una

        educación ideológica en el espíritu de la línea de mesas; al mismo

        tiempo, es necesario enseñar a esos camaradas muchos métodos concretes

        de trabajo.

        Charla a Los redactores del Diario de Shansí-Suiyuán (2 de abril de

        1948). Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        La experiencia de los últimos veinticuatro años nos demuestra que toda

        tarea, política y estilo de trabajo correctos responden a las demandas

        de las masas en un tiempo y lugar determinados y nos unen con ellas, y

        que toda tarea, política y estilo de trabajo incorrectos van en contra

        de las demandas de las masas en determinado tiempo y lugar y nos apartan

        de ellas. Enfermedades tales como el dogmatismo, el empirismo, el

        autoritarismo, el seguidismo, el sectarismo, el burocratismo y la

        arrogancia en el trabajo son indefectiblemente perjudiciales e

        intolerables y toda persona que las padezca tiene que superarlas, porque

        ellas nos alejan de las masas.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Para mantenernos vinculados con las masas, debemos actuar de acuerdo con

        sus necesidades y deseos. En todo trabajo que se realice para las masas,

        se requiere partir de sus necesidades y no del buen deseo de un

        individuo. Sucede con frecuencia que objetivamente las masas necesitan

        un cambio determinado, pero que subjetivamente no tienen todavía

        conciencia de esa necesidad y no están dispuestas o decididas a

        realizarlo. En tales circunstancias, debemos esperar con paciencia. No

        debemos realizar el cambio hasta que, por efecto de nuestro trabajo, la

        mayor parte de las masas haya adquirido conciencia de la necesidad de

        ese cambio y tenga el deseo y la decisión de hacerlo. De otro modo, nos

        aislaremos de las masas. Todo trabajo que requiera la participación de

        las masas resultará ser una mera formalidad y terminará en el fracaso si

        las masas no están conscientes de la necesidad de ese trabajo ni se

        muestran dispuestas a participar en él. (...) He aquí dos principios:

        uno es las necesidades reales de las masas, y no necesidades imaginadas

        par nosotros, y el otro, el deseo de las masas y la decisión que toman

        ellas mismas y no la que tomemos nosotros en su lugar.

        El frente único en el trabajo cultural (30 de octubre de 1944) Obras

        Escogidas. t. III.

       

       

        Nuestro Congreso debe llamar a todo el Partido a mantenerse vigilante y

        velar porque ningún camarada en ningún puesto de trabajo se aparte de

        las masas. Es necesario enseñar a cada camarada a amar a las masas

        populares y escucharlas atentamente; a identificarse con las masas

        dondequiera que se encuentre y, en lugar de situarse por encima,

        sumergirse en ellas; a despertar a las masas y elevar su conciencia

        política de acuerdo con su nivel del momento, y ayudarlas, ciñéndose al

        principio de plena voluntariedad, a organizarse gradualmente y a

        desplegar paso a paso todas las luchas necesarias que permitan las

        condiciones internas y externas en un tiempo y lugar determinados.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Si tratáramos de pasar a la ofensiva cuando las masas aún no despiertan,

        esto seria aventurerismo. Si insistiéramos en conducir a las masas a

        hacer algo contra su voluntad, iríamos inevitablemente al fracaso. Si no

        avanzáramos cuando las masas exigen avanzar, esto seria oportunismo de

        derecha.

        Charla a los redactores del Diario de Shansí-Suiyuán (2 de abril de

        1943), Obras Escogidas. t. IV.

        

       

        El autoritarismo es erróneo en cualquier tipo de trabajo, porque actúa

        por sobre el nivel de conciencia política de las masas y viola el

        principio de voluntariedad, reflejando el mal de la precipitación.

        Nuestros camaradas no deben dar por sentado que lo que ellos comprenden

        también es comprendido por las masas. Para saber si las masas lo

        comprenden y están dispuestas a actuar, debemos ir a investigar en media

        de ellas. Actuando así, podremos evitar el autoritarismo. También es

        erróneo el seguidismo en cualquier tipo de trabajo, porque significa

        rezagarse del nivel de conciencia política de las masas y violar el

        principio dé dirigirlas en su avance, reflejando el mal de la lentitud.

        Nuestros camaradas no deben suponer que las masas se nos adelantan y

        están ansiosas de avanzar, mientras que nuestros camaradas son incapaces

        de actuar como dirigentes de las masas y, reflejando las opiniones de

        ciertos elementos atrasados y considerándolas equivocadamente como si

        fueran de las masas, se convierten en cola de esos elementos.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Resumir las ideas de las masas y llevarlas luego a las masas para que

        éstas perseveren en ellas y las traduzcan en acción, y, de esta manera,

        formular ideas correctas de dirección: tal es el método fundamental de

        dirección.

        Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección (1. de junio de 1943),

        Obras Escogidas, t. III.

       

       

        En todo el trabajo práctico de nuestro Partido, toda dirección justa es

        necesariamente de las masas, a las masas. Esto significa: recorrer las

        ideas (dispersas y no sistemáticas) de las masas y resumirlas

        (transformarlas en ideas sintetizadas y sistematizadas mediante el

        estudio) para luego llevarlas a las masas, propagarlas y explicarlas, de

        moda que las masas se apropien de ellas, perseveren en ellas y las

        traduzcan en acción; al mismo tiempo, comprobar en la acción la justeza

        de esas ideas; luego, volver a resumir las ideas de las masas y a

        llevarlas a las masas para que perseveren en ellas. Esto se repite

        infinitamente, y las ideas se tornan coda vez más justas, más vivas y

        más ricos de contenido. Tal es la teoría marxista del conocimiento.

        Ibíd.

       

       

        Debemos ir a las masas, aprender de ellas, sintetizar sus experiencias y

        deducir de éstas principios y métodos aún mejores y sistemáticos y,

        luego, explicarlos a las masas (hacer propaganda entre ellas) y

        llamarlas a ponerlos en práctica para resolver sus problemas y alcanzar

        la liberación y la felicidad.

        Organicémonos (29 de noviembre de 1943), Obras Escogidas, t. III.

       

       

        En nuestros organismos dirigentes de algunos lugares, hay quienes creen

        que basta con que los dirigentes conozcan la política del Partido y que

        no hay necesidad de darla a conocer a las masas. Esta es una de las

        rezones fundamentales por la cual parte de nuestra labor no ha podido

        realizarse bien.

        Charla a los redactores del Diario de Shansi-Suiyuán (2 de abril de

        1948), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        En todo movimiento de masas, debemos hacer una investigación y un

        análisis básicos del número de los partidarios activos, de los

        opositores y de los que mantienen una posición intermedia, y no tomar

        decisiones sin fundamento ni de manera subjetiva.

        Métodos de trabajo de los comités del Partido (13 de marzo de 1949),

        Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        En cualquier lugar, las masas están integradas, en general, por tres

        categorías de personas: las relativamente activas, las intermedias y las

        relativamente atrasadas. Por eso, los dirigentes deben saber unir al

        pequeño número de activistas en torno a la dirección y, apoyándose en

        ellos, elevar el entusiasmo de los elementos intermedios y ganarse a los

        atrasados.

        Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección (1. de junio de 1943),

        Obras Escogidas, t. III.

       

       

        Saber convertir la política del Partido en acción de las masas, saber

        conseguir que no sólo los cuadros dirigentes sino también las grandes

        masas conozcan y dominen cada movimiento y cada lucha que emprendamos:

        éste es un arte de dirección marxista-leninista. Es también lo que

        permite determinar si cometemos o no errores en nuestra labor.

        Charla a los redactores del Diario de Shansí-Suiyuán' (2 de abril de

        1948), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        Por activo que se muestre el grupo dirigente, su actividad no pasará de

        ser el infructuoso esfuerzo de un puñado de personas, a menos que sea

        combinada con la actividad de las masas. Por otra parte, la actividad de

        las masas, sin un firma grupo dirigente que la organice en forma

        apropiada, no puede mantenerse mucho tiempo, ni desarrollarse en una

        dirección justa ni elevarse a un nivel más alto.

        Algunas cuestiones sobre los métodos de dirección (1. de junio de 1943),

        Obras Escogidas, t. III.

       

       

        La producción de las masas, sus intereses, sus experiencias y su estado

        de ánimo: todo esto debe ser objeto de la constante atención de los

        cuadros dirigentes.

        Inscripción para la exposición de producción auspiciada par los

        organismos subordinados directamente al Comité Central del Partido

        Comunista de China y a su Comisión Militar, Jiefang Ribao de Yenán, 24

        de noviembre de 1943.

       

       

        Debemos prestar profunda atención a los problemas relativos a la vida de

        las masas, desde los problemas de la tierra y el trabajo hasta los del

        combustible, el arroz el aceite y la sol. (...) Todos estos problemas

        relativos a la vida de las masas deben figurar en nuestro orden del día.

        Es preciso discutirlos y adoptar decisiones sobre ellos, ponerlas en

        práctica y verificar sus resultados. Debemos ayudar a las masas a

        comprender que nos otros representamos sus intereses y vivimos la misma

        vida que ellas. Debemos ayudarlas a que, partiendo de estas cosas,

        lleguen a la comprensión de las tareas aún más elevadas que hemos

        planteado, las de la guerra revolucionaria, de manera que apoyen la

        revolución, la extiendan por todo el país y, respondiendo a nuestros

        llamamientos políticos, luchan hasta el fin por la victoria de la

        revolución.

        Preocupémonos por el bienestar de las masas, prestemos atención a

        nuestros métodos de trabajo (27 de enero de 1934), Obras Escogidas, t.

        I.

 

 

        XII. TRABAJO POLITICO

        En aquel tiempo (durante la Primera Guerra Civil

        Revolucionaria--1924-1927--N. de la Red.) fue instituido en el ejército

        el sistema de representantes del Partido y de departamentos políticos,

        sistema desconocido hasta entonces en la historia china y que cambió

        totalmente la fisonomía del ejército. El Ejército Rojo, fundado en 1927,

        y el VIII Ejército actual han heredado y desarrollado este sistema.

        Entrevista con el corresponsal inglés James Bertram (25 de octubre de

        1937), Obras Escogidas. t. II.

       

       

        Sobre la base de la guerra popular y de los principios de unidad entre

        el ejército y el pueblo, de unidad entre los mandos y los combatientes y

        de desintegración de las tropas enemigas, el Ejército Popular de

        Liberación ha desarrollado su vigorosa labor político revolucionaria,

        que constituye un importante factor para obtener la victoria sobre el

        enemigo.

        La situación actual y nuestras tareas (25 de diciembre de 1947), Obras

        Escogidas, t. IV.

       

       

        Este ejército (el VIII Ejército y el Nuevo 4. Cuerpo de Ejército - N. de

        la Red.) ha creado un sistema de trabajo político indispensable para la

        guerra popular y cuyo objetivo es promover la unidad en sus propias

        filas, la unidad con las tropas amigos y la unidad con el pueblo,

        desintegrar las fuerzas enemigas y garantizar la victoria en el combate.

       

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t, III

       

       

        El trabajo político es la arteria vital de todo nuestro trabajo

        económico. Esto es particularmente cierto en el periodo en que el

        sistema socio-económico experimenta un cambio fundamental.

        Nota de introducción al articulo Una grave lección (1955), El auge

        socialista en el campo chino.

       

       

        La célula del Partido se organiza a nivel de compañía; ésta es una razón

        importante de por qué el Ejército Rojo se mantiene indestructible en una

        lucha tan dura.

        La lucha en las montañas Chingkang (25 de noviembre de 1928), Obras

        Escogidas, tomo I.

       

       

        El trabajo político del VIII Ejército se rige por tres principios

        fundamentales. Primero, el principio de unidad entre oficiales y

        soldados, que significa erradicar las prácticas feudales en el ejército,

        prohibir los castigos corporales e insultos, implantar una disciplina

        consciente y crear un modo de vida en que oficiales y soldados comparten

        penas y alegrías. Gracias a esto, todo el ejército se encuentra

        estrechamente unido. Segundo, el principio de unidad entre el ejército y

        el pueblo, que supone observar una disciplina que proscribe hasta el más

        leve perjuicio a los intereses del pueblo, hacer propaganda entre las

        masas, organizarlas y armarlas; aliviar sus cargos económicas, y

        reprimir a los traidores a la patria, que causan daño al ejército y al

        pueblo. Así el ejército se halla estrechamente unido con el pueblo y es

        bien acogido en todas partes. Tercero, el principio de desintegrar a las

        tropas enemigas y tratar con indulgencia a los prisioneros de guerra.

        Nuestra victoria no depende únicamente de las operaciones militares de

        nuestras tropas, sino también de la desintegración de las tropas

        enemigas.

        Entrevista con el corresponsal inglés James Bertram (25 de octubre de

        1937), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Nuestras tropas deben atenerse a los principios correctos que rigen sus

        relaciones con el pueblo, con el gobierno y con el Partido, así como las

        relaciones entre los oficiales y los soldados, entre el trabajo militar

        y el político y entre los cuadros; jamás deben contaminarse con el

        caudillismo militar. Los oficiales deben preocuparse por sus soldados y

        no mostrarse indiferentes hacia ellos ni recurrir a castigos corporales.

        El ejército debe preocuparse por el pueblo y no perjudicar nunca sus

        intereses; debe respetar al gobierno y al Partido y jamás independizarse

        de ellos.

        Organicémonos (29 de noviembre de 1943), Obras Escogidas. t. III.

       

       

        Nuestra política hacia los prisioneros capturados a las tropas

        japonesas, títeres o anticomunistas es ponerlos en libertad a todos,

        excepto a los que hayan incurrido en el odio profundo de las masas, que

        no merezcan otra cosa que la pena capital y cuya sentencia haya sido

        ratificada por las autoridades superiores. Debemos ganar para el

        servicio de nuestras fuerzas a gran número de los que han sido obligados

        a incorporarse a las fuerzas reaccionarias y que en mayor o menor grado

        se sienten inclinados hacia la revolución, y al resto de los

        prisioneros, dejarlos en libertad. Si vuelven a caer prisioneros, les

        daremos otra vez la libertad. No debemos insultarlos, ni despojarlos de

        sus efectos personales ni arrancarles confesiones, sino tratarlos

        sincera y afablemente. Esta es nuestra política con respecto a todos

        ellos, no importa cuán reaccionarios sean. Este es un media muy eficaz

        para aislar al campo reaccionario.

        Sobre la política (25 de diciembre de 1940), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Las armas son un factor importante en la guerra, pero no el decisivo. El

        factor decisivo es el hombre, y no las cosas. Determinan la correlación

        de fuerzas no sólo el poderío militar y económico, sino también los

        recursos humanos y la moral. El poderío militar y económico es manejado

        por el hombre.

        Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        La bomba atómica es un tigre de papel que los reaccionarios

        norteamericanos utilizan para asustar a la gente. Parece terrible, pero

        de hecho no lo es. Por supuesto, la bomba atómica es un arma de matanza

        en vasta escala, pero el resultado de una guerra lo decide el pueblo y

        no uno o dos nuevos tipos de armas.

        Conversación con la corresponsal norteamericana Anna Louise Strong

        (agosto de 1946), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        Los soldados constituyen los cimientos de un ejército. Si el ejército no

        está imbuido de un espíritu político progresista, si no se realiza, con

        este objetivo, un trabajo político progresista, será imposible alcanzar

        una auténtica unidad entre oficiales y soldados, despertar al máximo su

        entusiasmo por la Guerra de Resistencia y proveer una buena base para

        que nuestra técnica y nuestra táctica pongan en pleno juego su eficacia.

       

        Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        El punto de vista puramente militar está muy difundido entre una parte

        de los camaradas del Ejército Rojo. Se manifiesta en lo siguiente:

        1. Estos camaradas consideran los asuntos militares y la política como

        opuestos entre sí y se niegan a reconocer que los asuntos militares

        representan tan sólo uno de los medios para cumplir las tareas

        políticos. Algunos llegan hasta afirmar que si lo militar marcha bien,

        lo político naturalmente marchará bien; si lo militar no marcha bien,

        tampoco marchará bien lo político, así van tan lejos que conceden a los

        asuntos militares una posición rectora sobre la política.

        ( . . .)

        Sobre la rectificación de las ideas erróneas en el Partido. (diciembre

        de 1929), Obras Escogidas, t. I.

       

       

        La educación ideológica es el eslabón clave que debemos empuñar

        firmemente en la labor de unir a todo el Partido para la gran lucha

        política. De no proceder así, el Partido no podrá cumplir ninguna de sus

        tareas políticas.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        En los últimos tiempos, se ha debilitado la labor ideológica y político

        entre los intelectuales y jóvenes estudiantes, y han surgido algunas

        tendencias malsanas. A los ojos de algunos, ya es innecesario

        preocuparse de la política, del futuro de la patria o los ideales de la

        humanidad, y el marxismo, que estaba antes tan de moda, ya no lo está

        tanto. Para contrarrestar estas tendencias, debemos ahora intensificar

        nuestra labor ideológica y político. Tanto los intelectuales como los

        estudiantes deben estudiar con ahínco. A la par del estudio de sus

        especialidades, tienen que progresar ideológica y políticamente, y para

        eso deben estudiar el marxismo y los problemas políticos y de

        actualidad. No tener una justa concepción política equivale a no tener

        alma. (...) Todos los departamentos y organizaciones deben

        responsabilizarse de la labor ideológica y político. Esto se aplica al

        Partido Comunista, a la Liga de la Juventud, a los departamentos

        gubernamentales encargados de esta labor y con mayor motivo, a los

        directores y profesores de los centros docentes.

        Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del

        pueblo (27 de febrero de 1957).

       

       

        Gracias a la educación político, los soldados del Ejército Rojo han

        adquirido conciencia de clase y conocimientos elementales en lo que

        atañe a cómo distribuir la tierra, establecer los órganos del Poder,

        armar a los obreros y campesinos, etc. Saben que están luchando para sí

        mismos, para la clase obrera y el campesinado. Por lo tanto, soportan

        sin quejarse las penalidades de la dura lucha. Cada compañía, batallón o

        regimiento tiene su comité de soldados, que representa los intereses de

        éstos y realiza el trabajo político y de masas.

        La lucha en las montañas Chingkang (25 de noviembre de 1928), Obras

        Escogidas, tomo I.

       

       

        El correcto desarrollo de la campaña de narración de los sufrimientos

        (sufrimientos infligidos al pueblo trabajador por la vieja sociedad y

        por los reaccionarios) y de las tres verificaciones (del origen de

        clase, del cumplimiento del deber y de la voluntad de lucha), elevó en

        gran medida la conciencia política de los mandos y combatientes de todo

        el ejército en la lucha por la emancipación de las masas trabajadoras

        explotadas, por el cumplimiento de la reforma agraria en todo el país y

        por la destrucción de la pandilla de Chiang Kai-shek enemigo común del

        pueblo. Al mismo tiempo, fortaleció considerablemente la ya firma

        cohesión de todos los mandos y combatientes bajo la dirección del

        Partido Comunista. Sobre esta base, el ejército adquirió un mayor grado

        de pureza, fortaleció la disciplina, desplegó un movimiento de

        adiestramiento masivo de las tropas y siguió desarrollando, con una

        dirección eficaz y en completo orden, la democracia en los terrenos

        político, económico y militar. De esta forma, el ejército se ha unido

        como un solo hombre, aportando cada uno sus ideas y sus esfuerzos; no

        teme ningún sacrificio, sabe vencer las dificultades materiales y da

        prueba de intrepidez y heroísmo colectivos en la destrucción del

        enemigo. Semejante ejército será invencible.

        Sobre la Gran victoria en el Noroeste y el movimiento de educación

        ideológica de nuevo tipo en el Ejército de Liberación (7 de marzo de

        1945), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        En los últimos meses, casi todas las unidades del Ejército Popular de

        Liberación han utilizado los intervalos entre las batallas para

        emprender un vasto trabajo de adiestramiento y consolidación. Esta labor

        se ha llevado a cabo con una dirección eficaz, en complete orden y de

        manera democrática. Con ello se ha estimulado el fervor revolucionario

        de las grandes masas de mandos y combatientes, se les ha hecho

        comprender con claridad el objetivo de la guerra, se han eliminado las

        tendencias ideológicas incorrectas y los fenómenos indeseables

        existentes en el ejército, se ha educado a los cuadros y combatientes y

        ha crecido enormemente la capacidad de combate del ejército. De ahora en

        adelante, debemos continuar realizando este nuevo tipo de movimiento

        democrático de masas para la educación ideológica en el ejército.

        Discurso pronunciado en una conferencia de cuadros de la región liberada

        de Shansi-Suiyuán (1. de abril de 1948), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        La política educacional del Instituto Militar y Político Antijaponés es:

        firme y justa orientación política, abnegación y sencillez en el

        trabajo, flexibilidad y agilidad en la estrategia y la táctica. Estos

        son los tres elementos indispensables para la formación de un soldado

        revolucionario antijaponés, y es en concordancia con ellos como el

        personal del Instituto enseña y los alumnos estudian.

        Ser atacado par el enemigo no es una cosa mala sino una cosa buena (26

        de mayo de 1939).

       

       

        Nuestra nación ha tenido siempre un estilo de lucha tenaz, que debemos

        desarrollar. (...) El Partido Comunista, en particular, ha propugnado

        siempre una firme y justa orientación política, (...) Esta orientación

        es inseparable del estilo de lucha tenaz. Sin una orientación política

        firma y justa, no es posible promover ese estilo de lucha. Y sin un

        estilo así, tampoco es posible aplicar una firma y justa orientación

        político.

        Discurso en el acto público de Yenán en celebración del Día

        Internacional del Trabajo (1. de mayo de 1939).

       

       

        Unidad, dinamismo, seriedad y vivacidad.

        Lema para el Instituto Político y Militar Antijaponés.

       

       

        Lo que realmente cuenta en el mundo es ser concienzudo, y el Partido

        Comunista se esfuerza por ser el más concienzudo.

        Conversación con estudiantes y practicantes chinos en Moscú (17 de

        noviembre de 1957).

 

 

        XIII. RELACIONES ENTRE OFICIALES Y SOLDADOS

        Nuestro ejército se adhiere invariablemente a dos principios: el

        primero, debemos ser implacables con el enemigo, aplastarlo y

        aniquilarlo; el segundo, debemos ser bondadosos y unirnos con los

        nuestros, con el pueblo, los camaradas, nuestros superiores y

        subordinados.

        Discurso en la recepción ofrecida por el Comité Central del Partido en

        honor de la delegación de militares modelo en el estudio de las Unidades

        de Retaguardia (18 de septiembre de 1944).

       

       

        Venimos de todos los rincones del país y nos une un objetivo

        revolucionario común. (...) Nuestros cuadros deben preocuparse por cada

        soldado, y todos los que integran las filas revolucionarias deben

        cuidarse, tenerse afecto y ayudarse mutuamente.

        Servir al pueblo (8 de septiembre de 1944), Obras Escogidas, t. III.

       

       

        Hay que desplegar, en cada unidad del ejército, un movimiento de apoyo a

        los cuadros y preocupación por los soldados, llamando a los cuadros a

        preocuparse por los soldados y a éstos a apoyar a los cuadros. Unos y

        otros deben hacerse ver de manera franca los defectos y errores, y

        corregirlos rápidamente. De este modo se obtendrá una excelente unidad

        interna.

        Las tareas para 1945 (15 de diciembre de 1944).

       

       

        Muchos creen que son los métodos erróneos los que provocan tirantez en

        las relaciones entre oficiales y soldados, y entre ejército y pueblo;

        pero yo siempre les he dicho que la cuestión reside en la actitud

        fundamental (o el principio fundamental), que debe ser de respeto a los

        soldados y al pueblo. De esta actitud nacen la política, los métodos y

        las maneras apropiados. Si nos apartamos de esta actitud, la política,

        los métodos y las maneras serán inevitablemente erróneos, y no se

        lograrán en modo alguno buenas relaciones entre oficiales y soldados y

        entre ejército y pueblo. Nuestro trabajo político en el ejército tiene

        tres principios cardinales: primero, unidad entre oficiales y soldados;

        segundo, unidad entre ejército y pueblo, y tercero, desintegración de

        las fuerzas enemigas. Para aplicar eficazmente estos principios, hay que

        partir de la actitud fundamental de respeto a los soldados, al pueblo y

        a la dignidad humana de los prisioneros de guerra que hayan depuesto las

        armas. Quienes piensan que no se trata de una actitud fundamental sino

        de una cuestión técnica están muy equivocados y deben corregir su error.

       

        Sobre la guerra prolongada. (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Al actuar entre los trabajadores, los comunistas deben emplear el método

        democrático de persuasión y educación y en ningún caso adoptar una

        actitud autoritaria o recurrir a la coacción. El Partido Comunista de

        China observe fielmente este principio marxista-leninista.

        Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del

        pueblo (27 de febrero de 1957).

       

       

        Nuestros camaradas deben comprender que la reeducación ideológica supone

        un trabajo prolongado, paciente y minucioso, y no pueden pretender que,

        con unas cuantas conferencias o reuniones, la gente cambie su ideología

        formada a lo largo de décadas de vida. La única forma de convencer es la

        persuasión, no la coacción. Esta última jamás logrará convencer a nadie.

        Es inútil todo intento de convencer por la fuerza. Semejante método

        puede utilizarse con el enemigo, pero de ningún modo con camaradas o

        amigos.

        Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China

        sobre el Trabajo de Propaganda (12 de marzo de 1957).

       

       

        Debemos trazar una línea divisoria entre el enemigo y nosotros, y no

        adoptar una posición antagónica hacia nuestros camaradas tratándolos

        como a enemigos. Al hablar, debemos hacerlo con el ardiente deseo de

        defender la causa del pueblo y de elevar su conciencia política, y en

        ningún momento ridiculizarlo o atacarlo.

        Ibíd.

 

 

        XIV. RELACIONES ENTRE EJERCITO Y PUEBLO

        Ej ejército debe fundirse con el pueblo, de suerte que éste vea en él su

        propio ejército. Un ejército así será invencible. (...)

        Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Hay que hacer comprender a cada camarada que, si nos apoyamos en el

        pueblo, creemos firmemente en el inagotable poder creador de las masas

        populares y, por lo tanto, confiamos en el pueblo y nos identificamos

        con él, podremos superar toda dificultad, y cualquier enemigo, en vez de

        aplastarnos, será aplastado por nosotros.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        Dondequiera que vayan, nuestros camaradas deben establecer buenas

        relaciones con las masas, preocuparse por ellas y ayudarlas a vencer sus

        dificultades. Deben unirse con las masas populares, y cuanto más

        numerosas sean las masas con las que se unan, tanto mejor.

        Sobre las negociaciones de Chungching (17 de octubre de 1945). Obras

        Escogidas, tomo IV.

       

       

        En las regiones liberadas, el ejército debe apoyar al gobierno y

        preocuparse por el pueblo, y los órganos del Poder democrático, por su

        parte, deben dirigir al pueblo en su esfuerzo por apoyar al ejército y

        preocuparse por las familias de los combatientes de la Guerra de

        Resistencia. De esta manera, se harán aún mejores las relaciones entre

        ejército y pueblo.

        Sobre el gobierno de coalición (24 de abril de 1945), Obras Escogidas,

        t. III.

       

       

        En el ejército debe efectuarse un trabajo ideológico entre todos los

        mandos y combatientes para que comprendan cabalmente la importancia de

        apoyar al gobierno y preocuparse por el pueblo. Si el ejército cumple

        bien este deber, los órganos del Poder locales y la población mejorarán,

        a su vez, sus relaciones con el ejército.

        Orientación de nuestro trabajo para 1946 en las regiones liberadas (15

        de diciembre de 1945), Obras Escogidas, t. IV.

       

       

        En las campañas de apoyar al gobierno y preocuparse por el pueblo y de

        apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los combatientes de

        la Guerra de Resistencia, las unidades del ejército y los organismos del

        Partido y del gobierno deben examinar a fondo sus respectivos defectos y

        errores cometidos en 1943, y corregirlos resueltamente en 1944. De ahora

        en adelante, en el primer mes de cada año lunar, se desarrollarán en

        todas las bases campañas como éstas. En el curso de ellas, se procederá

        a leer una y otra vez los compromisos de apoyar al gobierno y

        preocuparse por el pueblo, y de apoyar al ejército y preocuparse por las

        familias de los combatientes de la Guerra de Resistencia, y se

        efectuarán repetidas autocríticas ante las masas por toda arbitrariedad

        que hayan cometido las tropas en las bases de apoyo contra los cuadros

        del Partido y del gobierno o contra los civiles, y por las

        insuficiencias en la atención de éstos hacia las tropas (cada parte se

        criticará a si misma y no a la otra), para que estos defectos y errores

        se enmienden definitivamente.

        Desplegar en las bases de apoyo las campañas de reducción de arriendos,

        de aumento de la producción y de apoyo del ejército al gobierno y

        preocupación por el pueblo (1. de octubre de 1943), Obras Escogidas, t.

        III.

        XV. DEMOCRACIA EN LOS TRES TERRENOS PRINCIPALES

        Es preciso practicar en un grado apropiado la democracia en el ejército.

        Lo principal es abolir la práctica feudal de castigos corporales e

        insultos, y velar porque oficiales y soldados compartan penas y alegrías

        en la vida cotidiana. Una vez que esto se consiga, será alcanzada la

        unidad entre oficiales y soldados, aumentará extraordinariamente la

        capacidad combativo del ejército y no habrá motivo para inquietarse por

        nuestra capacidad para sostener esta larga y encarnizada guerra.

        Sobre la guerra prolongada (mayo de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Pese a las duras condiciones de vida y los frecuentes combates, el

        Ejército Rojo se mantiene tan firme como antes; esto lo explica, además

        del papel del partido, la práctica de los principios democráticos en el

        ejército. Los oficiales no golpean a los soldados; oficiales y soldados

        reciben trato igual; estos últimos gozan de libertad de reunión y de

        palabra; se ha terminado con las formalidades inútiles, y las finanzas

        se manejan a la vista de todos. (...) En China, la democracia la

        necesita no sólo el pueblo, sino también el ejército. El sistema

        democrático en el ejército es un arma importante para destruir aquellos

        rasgos propios de los ejércitos mercenarios feudales.

        La lucha en las montañas Chingkang (25 de noviembre de 1928), Obras

        Escogidas, tomo I.

       

       

        La orientación del trabajo político en nuestro ejército consiste en

        desplegar sin reservas la actividad de los soldados, los mandos y el

        resto del personal, a fin de lograr, mediante un movimiento democrático

        bajo una dirección centralizada, tres objetivos principales: alto grado

        de unidad política, mejores condiciones de vida y un nivel superior de

        habilidad militar y preparación táctica. Las tres verificaciones y las

        tres rectificaciones* que actualmente se llevan a cabo con entusiasmo en

        las unidades de nuestro ejército, se orientan a lograr los dos primeros

        objetivos a través de la práctica de la democracia en lo político y

        económico.

       

        La democracia en lo económico requiere que se asegure a los

        representantes elegidos por los soldados el derecho de secundar al mando

        de la compañía (sin pasar por encima de su autoridad) en la

        administración de las vituallas y otras provisiones.

        

        La democracia en lo militar requiere que se realice, en los períodos de

        adiestramiento, una instrucción mutua entre oficiales y soldados y entre

        los mismos sóldados, y que, en los períodos de combate, las compañías

        celebren reuniones grandes y pequeñas en el frente mismo. Bajo la

        dirección del mando de la compañía, hay que estimular a los soldados a

        discutir la manera de atacar y tomar las posiciones enemigas y de

        cumplir otras tareas del combate. Cuando la lucha se prolonga par

        algunos días, hay que celebrar varias de tales reuniones. Semejante

        democracia en lo militar fue practicada con gran éxito en la batalla de

        Panlung, Norte de Shensí, y en la batalla de Shichiachuang, región de

        Shansí-Chajar-Jopei. Se ha probado que esta práctica sólo acarrea

        beneficios y no causa perjuicio alguno.

       

        [* Las tres verificaciones y las tres rectificaciones constituyeron un

        importante movimiento para la consolidación del Partido y el

        reforzamiento de la educación ideológica en el ejército, que nuestro

        Partido efectuó en conexión con la reforma agraria durante la Guerra

        Popular de Liberación. Las tres verificaciones significaban, en las

        organizaciones locales del Partido, verificar el origen de la clase, la

        ideología y el estilo de trabajo y, en el ejército, verificar el origen

        de clase, el cumplimiento del deber y la voluntad de lucha. Las tres

        rectificaciones significaban la consolidación de la organización, el

        fortalecimiento de la educación ideológica y la rectificación del estilo

        de trabajo.]

       

        El movimiento democrático en el ejército (30 te enero de 1948), Obras

        Escogidas, t. IV.

       

       

        El Partido Comunista de China, que está empeñado en una grandiosa lucha,

        exige a todos sus organismos dirigentes, miembros y cuadros que

        desplieguen al máximo su iniciativa; sólo así será posible la victoria.

        Esta iniciativa ha de manifestarse concretamente en el poder creador de

        los organismos dirigentes, los cuadros y los miembros del Partido, en su

        sentido de la responsabilidad, en el vigor que pongan en el trabajo, en

        la audacia y habilidad con que planteen los problemas, expongan sus

        opiniones y critiquen los defectos, así como en la supervisión

        camaraderil que ejerzan sobre los organismos y cuadros dirigentes. De

        otro moda, la iniciativa carecerá de contenido. No obstante, el

        despliegue de dicha iniciativa depende del grado de democracia existente

        en la vida del Partido. Sin suficiente democracia en la vida del

        Partido, resulta imposible desplegar esta iniciativa. Sólo en un

        ambiente democrático puede formarse una gran cantidad de hombres

        capaces.

        El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre

        te 1930), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        A quienquiera, siempre que no sea un elemento hostil ni recurra a

        ataques virulentos, hay que permitirle hablar, y no importa que se

        equivoque. Los dirigentes a todos los niveles tienen la obligación de

        escuchar a los demás. Es necesario observar dos principios: 1) decir

        todo lo que se sabe y decirlo sin reservas, 2) no culpar al que habla

        sino tomar sus palabras como una advertencia. A menos que se observe

        auténtica y no falsamente el principio de no culpar al que habla, será

        imposible lograr que se diga todo lo que se sabe, y sin reservas.

        Las tareas para 1945 (15 de diciembre de 1944).

       

       

        Dentro del Partido hay que educar a los militantes en los problemas de

        la democracia para que comprendan qué se entiende por vida democrática ,

        cuál es la relación entre la democracia y el centralismo y cómo poner en

        práctica el centralismo democrático. Sólo de este modo se puede

        desarrollar efectivamente la democracia en el seno del Partido y, al

        mismo tiempo, evitar el ultrademocratismo y la tendencia a dejar pasar

        las cosas, tendencia que socava la disciplina.

        El papel del Partido Comunista de China en la guerra nacional (octubre

        de 1938), Obras Escogidas, t. II.

       

       

        Tanto en el ejército como en las organizaciones locales, la democracia

        interna del Partido debe servir para fortalecer la disciplina e

        incrementar la capacidad combativa, y no para debilitarlas.

        Ibíd.

       

       

        Debemos extirpar las raíces del ultrademocratismo en el plano teórico.

        Es preciso señalar, en primer lugar, que el ultrademoctatismo es

        peligroso porque daña e incluso resquebraja por completo la organización

        del Partido y debilita e incluso destruye totalmente la capacidad

        combativa del Partido, imposibilitándolo para cumplir sus tareas de

        lucha y causando, por consiguiente, la derrota de la revolución. En

        segundo lugar, es indispensable destacar que el ultrademocr