Había comenzado la Segunda Guerra Mundial y sus padres, Thomas McDonnell y Nora Devaney volvieron a Irlanda, donde Thomas padre entró a servir al Ejército
Tom se crio en las afueras de Galway en Irlanda, en una pequeña cabaña de piedra de dos piezas donde vivían las nueve personas de la familia, sin luz, agua potable ni nada de eso, en plena guerra, recordaba esos como tiempos muy buenos y felices. En Galway estudió hasta la enseñanza secundaria. Cuando cumplió 18 años, en 1960, su padre decidió volver a Nueva York y Tom se fue con él. Su hermano siguió estudiando y llegó a ser un acaudalado médico anestesiólogo en los Estados Unidos, pero a Tom le gustaba la aventura.
Me contaba que iba un día por la calle en Brooklin, donde vivían, y vio uno de esos típicos carteles "Conozca el mundo, únase al Ejército", al lado había otra oficina de reclutamiento de la Marina, sin avisar a nadie se presentó, le hicieron los exámenes y quedó reclutado de inmediato: iba a conocer el mundo.
Cuando fue muy feliz a contárselo a su padre, este le preguntó si se había golpeado la cabeza y quedado tonto ¿Qué no había escuchado que América estaba en plena guerra de Vietnam y los jóvenes soldados caían como moscas? Tom dice que en realidad ni lo había pensado, pero enseguida dijo "¡Bah, debe ser divertido conocer la guerra de cerca"
En su libreta militar, que solo tiene las tapas, veo este viejo recorte de un diario que habla de su enrolamiento voluntario, una rareza en esos años en que todo el que podía se arrancaba aterrado del servicio militar.
Pero la suerte favorece a los audaces y nuestro héroe tuvo el primero de muchos golpes de suerte increíbles que lo persiguieron toda su vida. Se le ocurrió entrar a la especialidad de enfermería y lo destinaron ¡A Alemania! como ayudante de dentista. Se enamoró de Alemania y de algunas alemanas y suizas, en ese tiempo tenía buena pinta y le sacó todo el provecho que pudo. Así fue como quedó como veterano de la Guerra de Vietnam sin haber disparado ni una bala ni conocido a ningún vietnamita.Aquí tenemos al flamante matasanos, desplegado en Alemania, con dos de sus camaradas
Después de unos pocos años de servicio honorable encontró un pretexto de salud para retirarse. En Alemania lo había pasado muy bien, pero lo mejor estaba por venir, porque se le ocurrió irse a vivir a Londres, que en los años 70 era el verdadero centro del universo. Entonces para partir a lo grande entró a trabajar de barman
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El bar estaba en pleno Carnaby Street y era para verdaderos profesionales, me contaba que abrían a las seis de la mañana y todos los días antes de abrir habían regulares esperando en la puerta. Bueno allí fue donde nuestro Tommy se profesionalizó en cuanto a alcohol, promiscuidad y vicios diversos. Me contaba que cuando recién se masificó la píldora anticonceptiva, en Londres hubo un frenesí de las mujeres por el sexo. Dice que duró unos diez años y fue impresionante. De esa época es la foto que encabeza esta entrada.
Y así sus amigos empezaron a caer, uno por uno, como moscas por cirrosis, sobredosis o enfermedades venéreas. Mi amigo, aunque le gustaba el mambo, no era nada de tonto y decidió que era tiempo de volver a la America puritana que lo vio nacer. Pero tampoco quería tanto puritanismo, así es que se fue para la soleada California, donde encontró trabajo como instalador de puertas automáticas.
Estaba un día en un muy lujoso Country Club en Santa Monica instalando unas puertas y le llamó la atención un viejo Volskvagen Escarabajo, sucio y pintado con dibujos psicodélicos, se puso a mirarlo y apareció el dueño, un tipo de pelo afro más estrambótico que su auto. Se cayeron simpáticos enseguida, empezaron a conversar y en poco tiempo ya eran mejores amigos.
Resultó que este tipo raro era pareja de una hija de Barbra Streisand, que en esa época era la diosa de Hollywood, podrida en plata y derrochadora a más no poder. Tom entró a ese círculo y siempre servicial ayudó a la pareja de su amigo que tenía enormes problemas en su cabeza y así entró en el grupo de confianza, un día estaba llevando a Sinatra a algún lado, otro conversaba con Anthony Hopkings, James Stewart y tipos así, conoció en primera fila las dichas y miserias de los famosos de Hollywood.
Así, de manera casi natural fue contratado en Playboy Enterprises el año 1992 más o menos, cuando Playboy era un imperio, Hefner ya se había comprado la mansión y todo eso. Lo contrataron al principio para hacer trabajos de tramoya, pero por su carácter servicial y confiable, pasó a ser del equipo de seguridad privada de la empresa. Su trabajo era básicamente ayudar en situaciones complicadas, poner el pecho a las balas en caso de apuro y cosas por el estilo. Más años esplendorosos.
En la primera foto noten donde Mr. Security tiene las manos en la segunda foto noten su polera de trabajo, entre muchas otras cosas me heredó sus cuatro poleras, que estuvieron en contacto estrecho con famosas delikatessen. Yo me quedaré con dos, una para el Tomás Jr. y me dijo que le regalara una a nuestro amigo el Arquituerto, a quien Tom apreciaba mucho, ya llegaré a su casa con la sorpresa. Miren aquí estoy con la que usé para su funeralPero ya me estoy desviando del tema como de costumbre, volvamos a la no muy triste historia de Tommy McDonnell. Conversando con él cuando ya teníamos claro que se iba a morir pronto me decía "sabes, he tenido tanta suerte en mi vida que me conformo con morirme rápido y no quedar años postrado, ya hice todo lo que tenía que hacer", la cosa que hasta el final tuvo suerte. Pero ¡diablos! me sigo desviando.