EMIGRACION CROATA A CHILE - IVO BORIC
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EMIGRACION CROATA A CHILE

Vida de la colonia y sus obras

Una vista panorámica, fruto de la experiencia personal

Algunas palabras de introducción

IVO BORIC

Antes de iniciar el tema referente a la inmigración croata a Chile, y presentar a la colonia que ellos formaron en dicho país, objetivo que persigue este trabajo, no está demás exponer las causas que determinaron esa emigración, y que fueron las mismas que determinaron la emigración de croatas a la Argentina, y el resto de Latinoamérica, a Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelandia, Sudáfrica y Europa occidental. Antes de hablar del efecto de la emigración, es necesario señalar sus causas. Es imprescindible aclarar por qué, de uno de los países más ricos de Centro-europa, cuya población apenas si alcanza a 8.000.000 de habitantes, emigraron en los últimos 130 años más de 2.000.000 de hombres y mujeres.

Sería más absurdo creer que las oleadas emigratorias de croatas, especialmente aquellas oleadas de principio del siglo, y las que se produjeron al finalizar las dos Guerras Mundiales -cuando tenían carácter de verdaderos éxodos,- pudieron haber tenido por motivo periódicas explosiones del espíritu de aventuras. La avidez de conocer otros horizontes, o el espíritu de aventura si así se prefiere, pudo haber guiado los pasos de un Marco Polo, hijo de la isla croata de Korcula. El espíritu de aventuras pudo haber guiado los pasos de algunos viejo marinos de Dubrovnik (antigua República conocida también como Rausa y Ragusa), que desde la Edad Media tripulaban naves de esa bandera, en viaje a Italia, España e Inglaterra, donde eran bautizados con el nombre de su ciudad, su provincia, o su país (Raus, Ragusso, Dálmata, Croatto), haciéndose de nuevo a la mar, rumbo al Nuevo Mundo, quedando así definitivamente cortados de su tronco nacional. (Según antiguos escritos de navegantes de Hvar, Omis y Losinj, aquellos nombres de neto origen croata, eran conocidos en América ya a comienzos del siglo XV, lo que hace pensar que algún Raus o Ragusco, o Dálmata o Croatto pudieron haber sido tripulantes de carabelas de Colón). Si tal sucedió, siempre se trataba de casos aislados muy común. Lo que nada tiene de común es el éxodo de más de dos millones de seres en solo 130 años, cifra que representa más de un 20 por ciento del actual caudal demográfico de Croacia; porcentaje superado únicamente por Italia y España en el mismo período. Esto habla con claridad que el fenómeno tuvo otro origen, y fue sin duda alguna de carácter político.

De un país nacionalmente oprimido, con limitaciones de todo orden impuestas desde más allá de sus fronteras, sin perspectivas de un pronto cambio de tal condición, el hombre emigra, huye de él, muy a su pesar. Y en esas condiciones se vive en Croacia desde hace siglos. Después de la invasión otomana de Bosnia y partes de Dalmacia, numerosos croatas se refugiaron en Burgeland (Austria), en los Abruzos y Molise (Italia), y en la propia metrópoli otomana. Tres siglos después, debido a la cada vez más intolerable presión que ejercía sobre Croacia la Viena imperial, y a partir de 1918, a causa de una política de sometimiento y desnacionalización practicada en tierras croatas por los gobernantes de Belgrado, centenares de millares de croatas se vieron obligados a dejar su país natal. Y en esa verdadera fuga nada tuvo que ver un supuesto espíritu aventurero.

La fuente de datos en los que se basa esto nota

No es esta la primera vez que se hable sobre la emigración de croatas a Chile, sobre las colonias que surgieron en numerosos puntos de ese país, y sobre hechos y obras que protagonizaron. En años no muy recientes, fueron varios los trabajos publicados sobre el mismo tema. Pero algunos de los trabajos adolecían de una falta de enfoque general, reflejando solo parcialmente la vida y el desenvolvimiento de la colonia. Publicáronse también otros, más amplios, pero negativos y funestos, puesto que sus autores, además de pasar por alto importantes aconteceres, se "olvidaron" de registrar como croata a dicha colectividad, se "olvidaron" de llamar croatas a sus hombres representativos, y de considerar croatas a sus instituciones sociales, culturales y patrióticas. Por eso, para labrar esta nota, debióse recurrir a otras fuentes, pasando por alto los trabajos aludidos.

Studia Croatica, año 1978, vol. 70-71, pág. 141.