EMIGRACION CROATA A CHILE - IVO BORIC
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También en el lejano norte la colonia desarrollaba actividades sociales, culturales y patrióticas. En 1892, los residentes en Antofagasta fundaban la "Sociedad Dálmata de Socorros Mutuos", que era apoyada por toda la colectividad. En 1898 fue organizada en la misma ciudad la sociedad "Hrvatski Sokol" (El Halcón Croata), institución que atraía a jóvenes de origen croata, deseosos de practicar cultura física. Además, en 1902, cuatro años antes de que ello se llevara a cabo en Punta Arenas, aparece en Antofagasta el periódico "Sloboda" (La Libertad), siendo su director Juan Krstulovic. Nueve años después vio la luz en la misma ciudad otro periódico, "Pokret" (El Movimiento), que editaba Mateo Skarnic.

La colonia croata supo en todo momento reconocer y agradecer al país y al medio ambiente en que se desenvolvía, la prosperidad que allí había logrado. Su reconocimiento y gratitud las pusieron de manifiesto los hombres de la colonia, contribuyendo grandemente al bien común de Iquique y Antofagasta. Participaron con su labor y monetariamente en el mejoramiento del aspecto urbano de las dos ciudades; financiaron la construcción de no pocas escuelas; construyeron y ornamentaron la plaza principal de Antofagasta, y en ambas ciudades fundaron y sostuvieron económicamente sendos cuerpos de bomberos, que en los dos lugares se denominaban "Sociedad de Bomberos III Compañía".

La imagen de la colonia entre los años 1946 1956

Entre 1946 y 1956 no hubo emigración de croatas hacia Chile, y los grupos no muy numerosos que ingresaron procedían de campamentos de refugiados de Austria, Alemania e Italia. Los nuevos inmigrados, por su reducido número, no representaba, de modo alguno, un aumento notable en las familias de la colonia, pues, por causas naturales su número seguía disminuyendo. Así, en 1956, el total de residentes croatas en todo Chile era calculado en 6.000, y estos fueron fundiéndose en sociedad chilena, destino final de toda inmigración. Ese mismo año 1956 continuaban desarrollando sus actividades, en forma no muy dinámica, la institución "Jadranska Vila" y el "Club Croata", y se editaba la revista ilustrada "Jadran", en los tres casos en Santiago. En el campo cultural la colonia fue bien representada por los profesores universitarios Fertilio, Rebune y Weissenberger.

Sin embargo,, fue precisamente en esos años cuando mejor se apreciaba el fruto de los cien años de trabajo y sacrificio de los hombres de la vieja colonia. A lo largo de 3.000 kilómetros de extensión que tiene Chile, en todas las ciudades, y en los campos, era posible contemplar ese fruto. En manos, no ya tanto de inmigrantes, cuanto en las de sus hijos, florecían centenares de industrias, grandes y pequeñas, comercios, empresas de transporte, sociedades financieras, compañías de seguros, industrias de la construcción, campos de ganado, viñedos, olivares, pesca y todas las demás actividades que hacen a la vida económica de un país.

Por último, el fruto más apreciado de un siglo de lucha y sacrificios de los hombres de la vieja colonia, y del que todos los croatas tienen motivo para enorgullecerse, son los hijos y nietos de aquellos lejanos marinos y ganaderos de Punta Arenas, y de pioneros de la industria salitrera del norte. Entre esos hijos surgieron centenares de profesionales, médicos, ingenieros, arquitectos, catedráticos, científicos, diplomláticos, músicos, artistas. periodistas, escritores, deportistas, hombres públicos y sacerdotes.

Monseñor Boric, obispo de Punta Arenas, es hijo de croatas. También es hijo de croatas el internacionalmente valorado escritor Roque Skarpa, y lo son los periodistas Simón Sterovic, Simón Stanisc y Lenka Franulic (directora de "Ercilla"). Es hijo de croatas Radomiro Tomic (ex- candidato a la presidencia de la nación), y es nieta de croatas por parte materna, la cantante lírica señorita Barrionuevo Ansic, nieta -cabe subrayarlo- de Juan Ansic, destacadísimo miembro de la vieja colonia de Punta Arenas.

Hay una anécdota emotiva relacionada con esta cantante, anécdota que constituye la esencia misma del espíritu croatista de la colectividad. En los años 1948-52, esta destacada exponente del arte lírico chileno solía dar conciertos de temporada en su ciudad natal, Punta Arenas, en Valparaíso, Viña del Mar y en Santiago. Como un broche de oro de sus conciertos, previamente solicitada la venia del público asistente, entonaba el Himno Nacional Croata, "Liepa Nasa Domovino" (Hermosa Patria Nuestra). En una oportunidad manifestó a este autor que lo hacía en homenaje a su amadísimo abuelo Juan, a los hombres de la colonia y a la tierra que diera a Chile hijos tan nobles.

¨Cabe agregar algo más? Está todo dicho.

(Mencionado el origen, autorízase reproducción parcial o total).

Quinientos años del éxodo croata Katarina Kosaca de Kotromanic fue la esposa del penúltimo rey croata de Bosnia Esteban Tomas Kotromanic. Hija del conde (herzog) Esteban Vukcic Kosaca, el más grande señor feudal de Herzegovina, Katarina en su niñez de religión patarena, conocida en tierras croatas como "bogumila", abrazó el catolicismo antes de contraer el matrimonio con el rey Tomas. Se destacó por su devoción y apego al pueblo. Edificó varias iglesias y, después de la ocupación turca de Bosnia, tuvo que refugiarse primero en Split y luego en Roma. De allí intento liberar a Bosnia y a sus dos chicos -Sigismundo y Katarina- llevados al cautiverio por los turcos. Lo hizo sin éxito y los dos fueron educados en la doctrina del Islam y murieron en el Imperio otomano sin que su madre los hubiera visto nunca más. Katarina murió el 25 de octubre de 1478 y fue sepultada en la iglesia franciscana de Santa María en la colina Ara Coeli (Roma). Previendo su no lejana muerte llamó al escribano de la ciudad de Split y con otros testigos croatas de Bosnia. Los franciscanos pusieron sobre su sepulcro la inscripción en "sus caracteres" en idioma croata, que luego, al reconstruir a la iglesia, fue reelaborado en el idioma latín.

Los croatas en el mundo entero, especialmente en el exilio, conmemoran esta trágica figura de su historia, considerándola protectora de su secular emigración. Fue la más destacada personalidad -dignatario político- estatal- del éxodo croata, que sigue hoy todavía por la opresión del régimen y la hegemonía de Belgrado en su patria. Cinco siglos de injusticias, creemos, en un futuro próximo terminarían con el triunfo de la justicia. Las plegarias de los croatas ante su sepulcro en Roma contribuirán para la liberación de Croacia, pues Catarina está en el proceso de la beatificación, mientras los católicos croatas en Bosnia, especialmente en la ciudad Sutjeska guardan celosamente recuerdos de la misma, denominando una de sus prendas "catarineas".

Studia Croatica, año 1978, vol. 70-71, pág. 141.