Dos Cementerios del Desierto

Una vez me quedé botado en plena Pampa del Tamarugal, justo en medio de la nada. Así es como llegué a mediodía al pueblito de Huara y, sin nada que hacer me fuí a conocer su cementerio, aislado en la pampa como a un kilómetro del pueblo.

Un lugar muy agradable porque junto con los muertos hay una soledad y silencio absolutos que en pocas partes del mundo se pueden experimentar, solo el viento y algunas latas y fierros interrumpen el majestuoso silencio del desierto. "El Patio de los Callados" se llama popularmente en Chile al cementerio y creo que este es uno de los que le hace más honor a su nombre.

En el cementerio de Huara se pueden ver todas las modas y estilos arquitectónicos con un predominio del georgian victoriano en las viejísimas tumbas de pino oregón. La foto de arriba (derecha) y el lado muestra una muy curiosa tumba repleta de flores artificiales, que a un lado tiene una mesa de comedor con varias sillas. Por estos lados existe la costumbre de esperar el año nuevo con una comida en el cementerio para intergrar a los muertos a la celebración. La "agricultura de la muerte" tal como

decía Quevedo.

Estas fotos las saque en un viaje reciente con un amigo, luego de visitar este cementerio de hombres nos fuimos al pueblo abandonado de Negreiros, que es un cementerio de casas, otro lugar impresionante que da testimonio delo que fue la pampa durante el esplendor del salitre.