Fiesta Grande de la Virgen de las Peñas 2003
Diario de Viaje

Introducción

Conozco personalmente al menos dos milagros de la Virgen de las Peñas. En 1984, cuando estudiábamos en la universidad mi amigo Matute tenía prácticamente perdida la carrera, había reprobado un ramo por segunda vez y solo le quedaba dar el exámen al año siguiente para salvarse. Con una inteligencia práctica que con el tiempo se le iría perfeccionando, Matute se dió cuenta que tendría que pasarse todo el verano estudiando como loco y aún así el resultado se veía bastante dudoso. Entonces se le ocurrió una mejor y más audaz idea: haría una "manda" (promesa) a la Virgen de las Peñas y ese año iría hasta el santuario sin zapatos, como no conocía el camino, no le pareció que fuese algo demasiado sacrificado así es que nos fuímos ese año a cumplir la manda por adelantado: el sin zapatos y yo acompañándolo. Para qué decirles que el viaje fue terrible, incluso para mi que iba con zapatos, pero el Matute se despreocupó, pasó el verano en pura fiesta y no estudió absolutamente nada. Llegó el día del examen y por cierto lo aprobó porque justo preguntaron sobre lo poco que el sabía. Desde entonces empecé a creer en los milagros.

Luego, hace unos 3 o 4 años atrás a mi suegra le empezaron a aparecer unos bultos en el cuello, se fué al hospital público y de la biopsia salió el temido diagnóstico: Linfoma no Hotkings (cancer a los ganglios), una gran concentración de células malignas, las mismas que han matado a gran parte de su familia. Bueno, mientras nosotros nos hacíamos a la idea y comenzábamos a pensar en el cajón y los servicios funerarios, en plena quimioterapia (un proceso horriblemente molesto) mi suegra se fué a Las Peñas, como lo hace dos veces al año desde 1967 hasta ahora. Me imagino que debe haber rezado bastante porque el cáncer desapareció y hoy está más sana que cualquiera de nosostros.

Yo he ido 4 veces a Las Peñas y cada vez juro que será la última, que nunca más. Bueno, esta vez me invitó mi suegra y ya se me había olvidado lo mal que lo pasé la última vez (con el tiempo yo me recuerdo solo de lo bueno parece) así es que nos fuimos al santuario, esta vez acompañados de mi Palm y la cámara digital que me permitieron hacer este diario de viaje.

a las 22:20 hrs. partimos

Salimos desde la rotonda Diego Portales en un pequeño bus con música sound a todo volúmen, el camino hasta llegar al paradero de Ausipar son como 50 km bastante peligrosos, especialmente en esta fecha en que viaja una enorme cantidad de gente por él, el primer milagro entonces consiste en llegar vivo hasta Ausipar. Me voy sentado justo al lado del chofer así es que si chocamos soy hombre muerto.

En el kilómetro treinta y tantos llegamos a un lugar que se llama "El Rápido" (nunca he sabido por qué) que es adonde llegaba antes el camino para vehículos. En ese momento carabineros le entrega un número al bus porque de allí en adelante es una sola vía. Vamos con suerte porque salimos de inmediato, a veces hay que esperar una hora o más a que lleguen los buses en sentido contrario.

A partir del kilómetro 40 se termina el pavimento y comenzamos a tragar tierra, el camino se estrecha y comienzan a aparecer enormes rocas por el borde, vamos por una cornisa al borde del río San José, subiendo y bajando.

23:00 un vehículo se ha quedado atascado y se forma una enorme fila de buses y automóviles esperando que lo saquen, llevamos más de media hora esperando.

Al fín terminan por sacarlo y el bus sigue como gato encaramándose en las subidas y bajando con extremo cuidado, el camino esta lleno de cerradísimas curvas.

0:21 Al fin llegamos al paradero de Ausipar y para prepararnos nos estamos tomando una taza de café con enormes sopaipillas pasadas de aceite por todos lados, en una de esas típicas fondas que se ponen a lo largo de todo el camino. Nos espera un largo, largo viaje y en el paradero hay cientos de vehículos con miles de personas que vienen de vuelta o que, como nosotros, recién empiezan el camino.

 

 

Son las 01:40, llevamos apenas 40 minutos caminando a buen paso y descansamos en el primer tambo del camino un par de minutos. La noche está muy obscura y es impresionante ver el cielo lleno de estrellas mientras abajo serpentean las linternas por el camino. Apenas comenzamos el viaje pero ya estamos sintiendo los efectos de caminar entre las grandes piedras del lecho del río. Caminamos siguiendo la fila de linternas, si el que va adelante se equivoca en el camino, entonces todos se pierden. Claro que no hay mucho donde perderse porque siempre se llega a lugares sin salida.

 

Después de salir de ese tambo cometimos un error estúpido, salimos caminando en sentido contrario, es decir nos devolvimos por donde mismo habíamos venido. Yo tengo muy buena tolerancia a la frustración pero en ese momento estuve a punto de mandar todo al diablo. En fin, empezamos todo de nuevo y perdimos más de una hora caminando por endiabladas subidas y bajadas entre las piedras. A las 02:30 estamos de vuelta donde mismo nos sacamos la fotografía anterior. Al mal tiempo buena cara

 

Son las 03:29 y paramos un par de minutos en otro de los tambos (descansos) que hay en el camino. Ya estamos realmente cansados, porque lo que hemos caminado demás ha tenido mal efecto sicológico. Nos parece que el santuario está cada vez más lejos y vamos arrastrando los pies y tropezando con cada una de las piedras. Nos quedan todavía unas 2 horas de camino para llegar a Umagata, donde pensamos descansar una hora hasta que amanezca. Las subidas se hacen cada vez más penosas.

 

Son las 04:10 y llegamos a otro tambo, estamos en medio de la Pampa de Oxaca si no me equivoco y no falta demasiado para llegar a Umagata. La mayoría de las personas que encontramos van muy mal, especialmente los más jóvenes que partieron demasiado rápido y en este punto ya están reventados. La gente de más edad no tiene esos problemas porque van extremadamente despacio. Acabo de encontrar tres viejitos de más de 80 años en el camino, paso a paso. Mi suegra aunque tiene 68 todavía se cree joven porque va casi trotando. Claro que como estamos medio reventados ha tenido que aflojar el paso igual.

 

04:55 ¡Por fin llegamos a Umagata! para colmo nos equivocamos nuevamente de camino y nos fuimos por el lado más difícil, por los cerros en lugar de ir por el valle. Mientras tropezabamos y escalabamos como gatos por entremedio de las cornisas, podemos ver la fila de linternas allá abajo caminando felices por el pastito plano. Pero bueno, ya llegamos y ni muertos vamos a seguir caminando en la oscuridad, esperaremos hasta que aclare un poco antes de salir de nuevo.

 

Luego de un café con pan amasado y exquisito queso de la casa, no queda otra que tirarse encima de la tierra a dormir. Hace un viento frio de los mil diablos y es muy poco lo que puedo dormir realmente así es que al poco rato le digo a mi suegra que por qué mejor no seguimos, total, ya ha aclarado un poquito. Así es como seguimos caminando mientras comienza a amanecer.

 

 

Son las 06:33 y ya esta empezando a amnecer, seguimos caminando por los potreros de Umagata que son un poco más fáciles que la parte anterior. Este es el tramo más agradable del camino.

 

 

06:40 al fondo se divisa a la gente subiendo uno de las innumerables cerros que hay que pasar antes de llegar a Molinos. Lo pero es que luego de subir el cero hay que bajarlo, como muestra la foto de al lado, al fin llegamos al tenebroso Paso Caracol que, sin ser demasiado largo es muy empinado y después de llevar tantas horas caminando hay que recurrir a las últimas fuerzas para pasarlo.

Hasta que por fin llegamos a Molinos, un lindo caserío con un par de casas en ruinas donde se alimentan los animales. Hay cultivos de alfalfa, higueras, naranjos y muchos otros árboles

 

 

 

Son las 06:49 y en este preciso lugar se empieza a escuchar la música que viene del santuario. Es la primera buena noticia después de tantas horas de penuria y sacrificio

 

 

 

 

 

Son las 07:05 y hemos llegado al santuario de Livicar.

¡Por fin!

Mi suegra se coloca enseguida en una larguísima fila para saludar a la Virgen, le tocará estar casi una hora más de pie mientras yo entro a la iglesia y me acuesto en el suelo lo mejor que puedo. La iglesia de las Peñas no es nada tradicional pues la muralla donde ese encuentra el altar con la Virgen es la misma roca del acantilado, dentro no existen bancas ni nada de eso sino un gran espacio donde los bailes religiosos hacen sus saludos, alrededor se sienta la gente en el suelo y los que recien llegamos nos tiramos en cualquier lado a dormir tranquilamente en medio del estruendo de bombos, trompetas, tubas y matracas. Me recuerda a una descripción de una iglesia de Viet Nam en plena guerra de Indochina que aparece en el libro The Quiet American de G. Greene. Una multitud de gente acomodada de cualquier modo y cada cual dedicado a lo suyo. La devoción de los peregrinos es impresionante, no creo que exista figura con más cariño en el corazón del pueblo ariqueño que la Virgen de Las Peñas e incluso los herejes como yo le tenemos un tremendo respeto.

08:00 mientras trato de dormir, tirado en el suelo en medio del estruendo, llegan los Gitanos a darle los "buenos días" a la Virgen. Todos los bailes siguen idéntica rutina: entran a la iglesia escoltados por los lados por la cofradía siguiente, con su estandarte al frente. Un pito da inicio a las músicas características de cada baile, todas tienen en comun ser tremendamente estruendosas y por lo general se trata de adaptaciones de melodías tropicales, andinas e incluso clásicos norteamericanos muy conocidos que llevan las letras con los distintos tipos de saludos para cada ocasión (buenos días, víspera, etc.). una vez ingresados al son de la musica otro pito y todo queda en silencio, el estandarte se abate dos o tres veces en saludo al son de las matracas y los bailarines se hincan y se persignan. Luego comienza la fiesta con los bailes característicos de cada grupo.

No se trata de un espectáculo apto para turistas porque lo que menos se ve son cosas "autóctonas" sin embargo dudo que exista un folklore más puro que estos bailes religiosos, salidos del propio pueblo y desarrollados sin la guía de nadie, llenos de tradiciones y repleto de influencias, de modas que para alguien desde afuera pueden parecer ridículas: los propios atuendos de los bailes religiosos son lo más extraño que se pueda imaginar: hay tres clases de indios: pieles rojas, sioux y ¡hawayatas! (la explicación que he escuchado es que nacieros porque los antiguos pampinos veían muchas peliculas del oeste), luego están los Canarios (con traje de raso amarillo), los Chinos, los Diablos, Zambos Caporales y tantos otros, cada cual con una lista de tradiciones y privilegios de los que se sienten orgullosos.

Los bailarines peruanos (llegan muchas cofradías desde el Perú a bailar a la Virgen) visten todos de ternos y las mujeres con una especie de uniforme escolar. Son las "Cofradías de Morenos" e incluso en Chile también hay Morenos que bailan con terno. Lo que los distingue es el color, hay Morenos con terno gris, azul, morado, etc. Mientras en el pueblo se desarrolla un enorme movimiento de gente (se calculan unas cincuenta mil personas que llegan al santuario en los 4 días que dura la fiesta)

Mientras la gente hace largas filas para saludar a la Virgen (la costumbre es tocarla cuando uno llega y cuando se va, afortunadamente yo no soy tan religioso como para eso) el poblado se ve repleto de gente y de eso que es característico de la civilización, la basura, que nos acompaña por todo el camino. Una enorme cantidad de peruanos que vienen desde Tacna, Moquegua, Ica, Ilo, Arequipa y aún de más lejos, creo que vi tantos peruanos como chilenos. También es un punto de encuentro social porque uno se encuentra con muchos amigos de Arica, la tradición es muy fuerte y la cantidad de jovenes (particularmente jovencitas) es enorme.

Medio dormido en el suelo escucho a mi suegra comentar que me va a tomar una fotografía, así es que alcanzo a sonreir por el lado. Una gran cantidad de cosncriptos que están haciendo el servicio militar han llegado a hacer la primera comunión. Luego a eso de las 11:00 AM nos vamos con mi suegra a almorzar un plato de asado con ensalada.

A las 12:00 ocurre algo muy interesante, todos se apretujan al frente de la iglesia en torno a la pequeña plaza donde se sube la bandera chilena y luego la bandera de la Virgen de las Peñas, con una paloma en alusión a la leyenda sobre el origen de la imagen. La bandera chilena se sube al compás del himno nacional que es cantado por las autoridades y una que otra persona. Luego comienzan a subir la bandera de la Virgen con el himno de Arica y todos, hasta yo mismo que soy muy apático para esas cosas nos ponemos a cantar "En nuestro corazon, hay un himno vibrante para tí / Clamor de multitud, juramento de fe en el porvenir" es increible la identificación popular de la gente entre la Virgen y la ciudad de Arica.

Las calles del santuario están repletas de bailarines con sus trajes típicos. Para mi gusto los mejores trajes son los de los gitanos

 

 

En las fotografías del lado vemos a los canarios y unos morenos del Perú, bailándole a la Virgen

 

 

 

Y así los bailes se suceden sin interrupción día y noche, los de la foto del lado son los Canarios haciendo su baile a la Virgen, fíjense el tamaño del mini-canario al final del grupo. Los niños comienzan a bailar desde los 6 o 7 años y muchos de ellos lo hacen durante toda la vida, al igual que sus padres y abuelos. Las cofradías tienen uniformados pero algunas también tienen "figurines" que bailan por su cuenta con un traje especial.

 

15:00, es hora de volver, con los pies hinchados y bastante adoloridos a pleno sol empezamos el regreso. Aquí ya vamos saliendo del santuario, hemos pasado todo el sector verde al borde del río y nos dirigimos al Paso Caracol. Mi suegra adelante se sujeta el sombrero porque el sol está picando como diablos y después del cáncer le dijeron que ni por nada se colocara al sol. Bueno, se supone que la Virgen la va a proteger ¿no?

 

 

 

15:20 Y entramos al terrible Paso Caracol, ahora surge una nueva dificultad para mi pues la bajada es muy empinada lo que me da un dolor intenso en los talones. Luego me comenzaría a fallar una rodilla donde tengo una antigua lesión y a veces me deja inútil toda la pierna, en fin, se supone que después de tanto sacrificio mi cuenta corriente ha quedado en cero así es que de ahora en adelante por un par de años no me va a pasar nada demasiado malo...

El sol esta demasiado fuerte yo creo que no podremos seguir a ese paso porque siento que me estoy comenzando a insolar. Le propongo a mi suegra que paremos nuevamente en Umagata hasta que el sol baje un poco.

 

 

15:30 Miren esto, son formaciones muy extrañas como una especie de sal que ha salido a la superficie. Al principio pensé que era cuando el río se había desbordado y que al secarse habían aflorado estas cosas, pero volví a ver las mismas formaciones en la Pampa de Oxaca en altura y a mucha distancia de cualquier desborde de rio. En fin, al caminar sobre estas cosas me reapareció un antiguo esguince que tengo en el tobillo izquierdo y que nunca sanó completamente, más problemas... A propósito odio usar jokey pero si no fuera por mi gorrito del "Equipo minero Caterpillar" a estas horas estaría con insolación

 

A las 16:00, justo una hora de camino llegamos por fin a Umagata donde hay un lugar de descanso, nos tomamos un agua mineral y nos sentamos a descansar hasta que baje el sol.

 

 

Umagata es un lugar idílico con potreros, árboles frutales y algunos cultivos del dueño de la posada quien dos veces al año hace el negocio de su vida atendiendo a los miles de visitantes que van a la fiesta grande en octubre y a la fiesta chica en diciembre.

 

 

 

 

Ya son las 17:00 hrs y tomamos el camino de nuevo aprovechando que bajó el sol, podríamos haber descansado algo más pero no queremos que nos vuelva a pillar la noche en el sector de los rios lo que es sumamente desagradable. Dejamos el idílico valle de Umagata y nos vamos adentrando entre cañones hasta alcanzar la subida que nos dejará en la Pampa de Oxaca.

Son las 17:30 hrs y ahora viene lo más difícil de todo el viaje: las subidas y bajadas por la Pampa de Oxaca y luego el endiablado camino entre las piedras siguiendo el borde del río. En este punto todavía quedan vestigios de verde porque no nos hemos alejado del cauce del río. luego comenzaremos a subir y allí vendrá lo bueno

 

 

El panorama es grandioso al llegar al alto de Pampa de Oxaca, los enormes cerros de todos los colores imaginables hacen un escenario maravilloso que por unos momentos me hacen olvidar el cansancio y el dolor de prácticamente cada músculo de mi cuerpo.

 

 

 

Sabía por el libro del Doctor Aquirre que esta era una zona de petroglifos y me fui por todo el camino buscándolos. Encontré en Umagata unas pocas rocas "tacitas" pero nada muy impresionante para un amateur como yo. Sin embargo fué mi suegra que me dijo ¡mira, ahí hay uno! y en el mismo borde del sendero estaba un magnífico petroglifo dibujado sobre una pequeña piedra, las figuras representaban a cuatrro llamas y otra cosa que no pude identificar. Fue muy emocionante pensar que desde muchos siglos antes que los incas ya pasaba gente por el mismo sendero por el que estamos caminando ahora.

 

 

 

 

Seguimos por la Pampa de Oxaca y en un tambo nos encontramos con unas preciosas chicas que recién venían desde Arica, cansadas a morir y preguntando si no faltaba mucho (esa es la pregunta que más frecuentemente se escucha en estos viajes). Lástima no haber venido solo jaja

 

 

 

18:00 Y así seguimos sufriendo por la Pampa de Oxaca, Las subidas ya ni me molestan pero en las bajadas el dolor de tobillos, pantorrillas y la rodilla mala me matan. Espero que no me falle la rodilla en medio del camino

 

 

 

18:35 Al fin nos acercamos al lecho del río nuevamente. Este es sin duda el lugar con paisaje más grandioso de todo el camino, donde las dos inmensas paredes del acantilado, lisas como si las hubiesen cortado a cuchillo, se juntan para dejar solo un estrecho paso.

 

 

 

 

 

 

Finalmente llegamos a la boca del cañón donde ambas paredes casi se juntan. Ahora viene lo peor que es caminar por entre las piedras del río. Ojalá que no me vuelva a torcer un tobillo o que no aparezca de nuevo el esguince en el momento menos adecuado.

 

Ya son las 19:00 hrs y la luz comienza a escasear, nos va a tocar una parte muy difícil a la luz de las linternas y espero que no pase nada malo. Ahora viene una serie de puentes improvisados y lugares donde hay que cruzar el rio saltando por las piedras, al estilo Hawaiata, en fin, ya estamos muy cerca, después de todos estos cruces de río viene la larga subida (cosa de niños a estas alturas del partido) y llegaremos por fin al paradero de Ausipar.

 

 

19:40 ¡BANZAI! ¡HURRA! por fin llegamos y sentado en el bus, completamente molido agito mi gorro en señal de victoria. Mi suegra (que viene igual que yo) me pregunta si la voy a acompañar a la Fiesta Chica en diciembre, ni muerto, lo que es yo, no tengo tantos pecados que pagar...Una hora más de viaje en bus y estaré en casita donde una autoindulgente y larga ducha bien caliente me dejará una vez más en condiciones de enfrentar al mundo.

 

Epílogo

Descontados los descansos caminamos alrededor de 6 horas de ida y 3:40 horas de vuelta, es decir más de 9 horas a paso vivo, con mi suegra estamos listos para la infantería en caso de guerra, somos filudos para caminar. Aunque a mi me fallan las bisagras pude comprobar que mi capacidad aerobica está perfecta, llegué con todo el aire al igual que mi suegra, aunque para ella no es tanta gracia porque desde 1967 hasta la fecha ha hecho dos veces al año este mismo "paseo". O sea ha ido la friolera de 52 veces al santuario. En fin, aunque cuando llegué por fin de vuelta me hisce el firme propósito de no hacer nunca más el viaje, es posible que el próximo año, cuando se me haya olvidado todo lo malo, vaya de nuevo. El paseo es fantástico para alguien capaz de admirarse ante las maravillas naturales y además es una tradición a la que todo buen ariqueño debe honrar. Así es que si en octubre del 2004 alguien quiere ir conmigo, está desde ya cordialmente invitado.