EMIGRACION CROATA A CHILE - IVO BORIC
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En 1929 Baburica se retiró del negocio de salitre, vendiendo todas sus empresas a la firma inglesa "Guggenheim". Poco después murió, dejando una trayectoria de hombre de bien, y quedando en paz con Dios, con el pueblo chileno y con los croatas.

Francisco Petriovic Karlovic:

Otro inmigrantes que en su época desempeñó un notable rol en la obra de progreso de Chile, fue Francisco Petrinovic Karlovic, nacido el 13 de marzo de 1882, en Supetar, isla de Brac. En 1900, luego de finalizar sus estudios secundarios, y disconforme con la realidad en que se debatía su tierra natal, gobernada por los Habsburgos, emigró a Chile. Radicóse en Antofagasta, donde, durante un tiempo, fue empleado de la firma "Ivanovic Hnos. y Cía.". En 1906, se radica en Santiago, para fundar allí una empresa comercial e industrial. En 1913 ingreso en la firma salitrera "Baburica, Bruna y Cía.", la que a partir de entonces es conocida por su nueva denominación, "Baburica, Petrinovic y Cía.". Dieciséis años después, cuando se inició la venta de las grandes empresas salitreras, también ésta fue vendida a la firma inglesa "Guggenheim".

En el mismo año 1929, Petrinovic reestructura su firma comercial de Santiago, conocida a partir de entonces bajo el nombre de "Francisco Petrinovic y Cía.", en la que incluye negocios diversos, transportes marítimos, industrias y su "Hacienda Chacabuco", productora, envasadora y exportadora única de aceite de oliva chileno. Simultáneamente, organiza otra empresa en Londres, denominándola "Francisco Petrinovc y Cía. Limitada". También fue uno de los principales accionistas de "La Fabulosa Mines Co.", productora de estaño, con sede en La Paz, Bolivia.

Lo mismo que Baburica, a quien le unían no solo asuntos de negocios sino, primordialmente, una sincera amistad, afecto y convicciones comunes, también Petrinovic aporta capitales a sociedades navieras surgidas en Split y Dubrovnik; que luego, como fuera dicho, se fusionan en la "Compañía Atlantia de Navegación Ivo Racic S. A.". Y en 1939 funda su propia empresa de navegación transoceánica.

No será difícil imaginar cuánta dedicación y cuán enormes sacrificios representaba para este hombre la atención de tan numerosos y variados negocios. Sin embargo, cometeríase un error si se creyera que dicha atención podía impedir vivir confundido con su colectividad, o formar parte de sus instituciones y ayudarlas económicamente. Supo él estar siempre en todas partes, y cumplir con todas sus obligaciones. Bregó incansablemente por la separación de Croacia del Imperio Austro-húngaro, y con más determinación durante la contienda de 1914. (Sobre la actitud asumida por Petrinovic en aquellos años, que fuera cuestionada y polemizada en su tiempo, se hablara más adelante).

Francisco Petrinovic amó entrañablemente a su isla, Brac, y a su provincia, Dalmacia, de la que decía era "un rincón del paraíso". Su amor él lo practicaba, a lo largo de su vida, y en primer lugar, prestando ayuda económica a su pueblo natal, Supetar, y a su isla, en forma directa, y apoyando instituciones culturales y caritartivas de Croacia toda. También, en repetidas ocasiones, enviaba importantes sumas de dinero a la institución "Hrvatski Radisa", de la capital croata.

A esta altura de la narración cabe admitir la posibilidad de que algunas interesantes facetas de la vida de Francisco Petrinovic no fueron muy conocidas, razón demás para hablar de las conocidas. Se ha dicho más arriba cuánto ha amado este hombre a la tierra que lo vio nacer. Sí, la amó tanto que no concebía entregarse al último sueño en ningún otro lugar. Por eso, en la plenitud de su vida, diseñó con su propia mano, y luego hizo construir un monumental mausoleo en su pueblo natal, dejando a su familia un ruego supremo en el que pidió que, dondequiera se extinguiera su vida, sus restos fueran trasladados a ese mausoleo, al lado de sus padres. La conmovedora resolución es precisamente una de las facetas poco conocida de Petrinovic. De la misma faceta habla también el propio mausoleo, del que, como fue dicho, él mismo fuera artífice intelectual. Lo construyó el escultor splitense Toma Rosandic, y era su obra maestra en su tipo. Las líneas arquitectónicas del mausoleo, sus ornamentos y símbolos, su portal de bronce en el que, en altos relieves, es presentada la eterna lucha entre el bien y el mal, con el triunfo del bien, más otros detalles que armonizan con el conjunto, constituyen un himno sublime de devoción, de recogimiento, plegaria, piedad y amor; amor a lo eterno, amor a sus padres, amor a su patria. Y en ello precisamente ha quedado reflejada la vida, la verdadera vida de Francisco Petrinovic.

A fin de conocer algo más sobre esta interesante figura, este autor, entre otros, preguntóle en una ocasión a su hermano Jorge, cómo era, cómo pensaba y qué se sentía Francisco. En su respuesta quedó todo definido. "No puede negarse que Francisco fue un hombre de empresa, un hombre de finanzas, un caballero de los solares de Nueva York y Londres. Pero su verdadera esencia fue otra. Era un hijo cariñoso, un padre y esposo tierno, un buen hermano, un amigo leal. Era piadoso y creyente. Se sentía un hombre libre, un demócrata. Se sentía también un "veliki" (gran) supetrense, un "veliki" Bracense, un "veliki" Dálmata, un "veliki" croata, y tanto se sentía croata que a su hijo, nacido en Inglaterra, lo bautizó con el nombre de Ivo. Y todas esas cualidades armonizaban en él" .Luego añadió: "Si después de tantos "veliki" aun ha quedado algo, que con ese "algo" se quedan los que se lo disputan". En los mismos términos, respecto a la personalidad de Petrinovic, se expresaba el doctor Ilic, su ex apoderado en Split, refugiado en Chile después de la última contienda.

Studia Croatica, año 1978, vol. 70-71, pág. 141.