THE HACKER CRACKDOWN

 

Parte II. El Underground digital

 Era el 9 de mayo de 1990. El Papa estaba de gira por la ciudad de México. Los mafiosos del cartel de Medellín intentaban comprar en el mercado negro de Florida misiles Stinger. En la sección de cómics, el personaje de Doonesbury Andy estaba muriendo de SIDA... Y, de repente, un tema realmente inusual por su actualidad y retórica calculada ganó la perpleja atención de los periódicos en toda América.

 

El fiscal de distrito en Phoenix, Arizona, había enviado un comunicado de prensa anunciando una actuación nacional de las fuerzas de la ley contra "las actividades ilegales de hacking". Esta caza sería conocida oficialmente como "Operación Sundevil [1] ". Ocho párrafos del comunicado de prensa ofrecían los hechos desnudos: 27 registros llevados a cabo el 8 de mayo, con tres arrestos y un número de ciento cincuenta agentes distribuidos en "doce" ciudades en toda América. (Otras cuentas en otros comunicados de prensa hablaban de "trece", "catorce" y "dieciséis" ciudades). Los agentes estimaban que las pérdidas de ingreso de las compañías telefónicas por actuaciones criminales podrían ser "de millones de dólares". El artífice principal de las investigaciones Sundevil parecía ser el Servicio Secreto de los Estados Unidos, el fiscal asistente Tim Holtzen de Phoenix y la asistente de fiscal general de Arizona, Gail thackeray.

 

Los comentarios elaborados por Garry M. Jenkins que aparecieron de un comunicado de prensa del Departamento de Justicia eran particularmente interesantes. El Sr. Jenkins era el Director asociado del Servicio Secreto de los Estados Unidos, y el funcionario federal de más alto rango que tuviera algún rol público en la caza de hackers de 1990.

 

"Hoy, el Servicio Secreto está enviando un mensaje muy claro a todos aquellos hackers informáticos que han decidido violar las leyes de esta nación debido a la creencia errónea de que pueden evitar ser detectados escondiéndose en el relativo anonimato de sus terminales de ordenador. (...)

 

"Los grupos del underground se han formado con el propósito de intercambiar información relevante sobre sus actividades criminales. Estos grupos a menudo se comunican entre sí a través de sistemas de mensajería entre ordenadores conocidos como "tableros de anuncios" [2]

 

"Nuestra experiencia demuestra que muchos sospechosos de ser hackers informáticos ya no son adolescentes descarriados, jugando maliciosamente con sus ordenadores en sus dormitorios. Algunos de ellos son operadores de ordenadores de alta tecnología y usan los ordenadores para llevar a cabo prácticas ilegales".

 

¿Quiénes eran estos "grupos del underground" y los "operadores de alta tecnología?” ¿De donde venían? ¿Qué querían? ¿Quiénes eran? ¿Eran "maliciosos?” ¿Cómo unos "adolescentes descarriados" habían conseguido alarmar al Servicio Secreto de los Estados Unidos? ¿Y cómo había podido expandirse una cosa así?

 

De todos los jugadores principales de la Caza de Hackers (las compañías telefónicas, los defensores de la ley, los libertarios civiles y los propios "hackers", los "hackers" eran de lejos los más misteriosos: de lejos, los más difíciles de entender, de lejos los más raros.

 

No sólo son los "hackers" novedosos en sus actividades, también se presentan en una variedad extraña de subculturas, con una variedad de lenguajes, motivos y valores.

 

Los primeros proto-hackers fueron probablemente aquellos poco conocidos chicos de los telegramas que fueron expulsados por la compañía Bell en 1878.

 

 

Los "hackers" legítimos, aquellos entusiastas de los ordenadores que tienen una mente independiente pero que se pierden con las leyes, generalmente trazan sus antecesores espirituales a la élite de las universidades técnicas, especialmente M.I.T. y Stanford en los sesenta.

 

 

Pero las raíces genuinas del moderno hacker underground seguramente se pueden buscar de forma más exitosa en un tipo de movimiento hippy anarquista particularmente oscuro conocido como los yippies. Los yippies tomaron su nombre de un partido de ficción el "Youth International Party", [3] que llevaron a cabo una política escandalosa y surrealista de subversión surrealista y una maldad política desproporcionada. Sus principios clave eran una promiscuidad sexual flagrante, un uso abierto y copioso de las drogas, el rechazo político a cualquier detentador de poder con más de treinta año, y un fin inmediato a la guerra de Vietnam, mediante cualquier medio necesario, incluyendo la levitación psíquica del Pentágono

 

Los dos yippies más activos eran Abbie Hoffman y Jerry Rubin. Rubin acabó convirtiéndose en un broker de Wall Street. Hoffman, buscado ardientemente por las autoridades federales, estuvo escondido durante siete años en México, Francia y los Estados Unidos. Mientras estaba oculto, Hoffman continuó escribiendo y publicando, con la ayuda de simpatizantes en el underground americano anarquista de izquierdas. Durante buena parte de su tiempo, Hoffman sobrevivió gracias a tarjetas de identidad falsas y trabajos atípicos. Finalmente, se hizo la cirugía facial plástica y adoptó una personalidad totalmente nueva como "Barry Freed". Después de entregarse a las autoridades en 1980, Hoffman pasó un año en la prisión por posesión de cocaína.

La visión del mundo de Hoffman se fue haciendo más oscura según se desvanecían los días de gloria de los sesenta. En 1969, intentó -por lo visto- suicidarse en unas circunstancias extrañas y bastante sospechosas.

 

 

Se dice que Abbie Hoffman ha provocado que el FBI haya amasado el más grande archivo de investigación abierto a un ciudadano individual americano (Si ello es cierto, sigue siendo cuestionable que el FBI considerara a Abbie Hoffman como una amenaza pública seria. Seguramente, su fichero es grande porque Hoffman se convertía en una animada leyenda a dondequiera que fuera). Era un publicista con talento, y consideraba los medios electrónicos tanto como un patio de juegos como un arma. Le encantaba participar activamente en manipular la televisión por cable y otros medios hambrientos de imágenes. Mediante mentiras estrambóticas, rumores alucinantes, suplantaciones de personalidad y otras siniestras distorsiones - con la garantía de que todas ellas molestarían a la poli, los candidatos presidenciales y los jueces federales. El libro más famoso de Hoffman era el libro autoreferencialmente conocido como roba este libro, que divulgaba un conjunto de métodos mediante el que los jóvenes agitadores hippies sin dinero podrían buscarse la vida en un sistema mantenido por androides sin humor. Roba este libro, cuyo mismo título urgía a sus lectores a dañar el propio medio de distribución que lo había puesto en sus manos, podría describirse como el antecesor espiritual de un virus de ordenador.

 

Hoffman, como muchos otros conspiradores de última hora, hizo extensivo el uso de teléfonos de pago para su campaña de agitación, en su caso utilizando chapas baratas de metal como monedas falsas.

 

Durante la guerra del Vietnam, había un impuesto extra sobre el servicio telefónico; Hoffman y sus cohortes podían -y de hecho lo hacían- argumentar que al robar sistemáticamente servicio telefónico estaban activamente implicados en desobediencia civil, negando virtuosamente financiar mediante los impuestos telefónicos una guerra inmoral e ilegal.

 

 

Pero este débil velo de decencia cayó rápidamente. Destripar al Sistema encontró su propia justificación en la profunda alienación y una repugnancia del fuera de ley por los valores convencionales de la burguesía. Estos principios podrían describirse como "anarquía por conveniencia" y se hicieron muy populares entre el propio movimiento yippie, y ya que destripar es tan útil, sobrevivió al propio movimiento yippie.

 

A principios de los setenta, se requería una experiencia bastante limitada e ingenuidad para hacer trampa en los teléfonos de pago, obtener electricidad o gas "gratis" o robar en máquinas distribuidoras o parquímetros para tener algo de líquido. También se necesitaba una conspiración para extender ese movimiento, y el valor y el nervio para cometer pequeños hurtos, pero los yippies tenían una nota alta en todo eso. En junio de 1971, Abbie Hoffman y un entusiasta del teléfono conocido sarcásticamente como "Al Bell" empezaron a publicar un boletín de noticias conocido como Party Line de la Juventud Internacional. Este boletín estaba dedicado a reunir y divulgar las técnicas yippies de destripar, especialmente los teléfonos, ante la alegría del underground de espíritu libre y la rabia insensata de la gente normal.

 

En tanto que táctica política, el robo de servicio telefónico aseguraba que los defensores de los yippies siempre tendrían acceso inmediato a las llamadas de larga distancia como medio, a pesar de la falta crónica de organización, disciplina o dinero de los yippies, por no decir de una dirección fija.

 

 Party Line estaba dirigida desde Greenwich Village durante un par de años, pero entonces "Al Bell" desertó más o menos de las filas del yippismo y cambió el nombre del boletín por TAP o Technical Assistance Program [4] . Una vez finalizada la guerra del Vietnam, el vapor empezó a escaparse de la disidencia americana radical. Pero en aquel entonces "Bell" y más o menos una docena de colaboradores habituales habían cogido el bit por los cuernos y habían empezado a generar una satisfacción interna tremenda ante la sensación de puro poder técnico.

 

Los artículos en TAP , antes altamente politizados, se fueron convirtiendo en una jerigonza técnica, en homenaje o parodia a los propios documentos técnicos del sistema de Bell, que TAP estudiaba con detalle, interiorizaba y reproducía sin permiso. La élite de TAP estaba en posesión del conocimiento técnico necesario para golpear al sistema.

 

"Al Bell" dejó el juego a finales de los setenta, y lo substituyó "Tom Edison"; los lectores de TAP (entre todos, unos 1400) en los interruptores del telex y el fenómeno creciente de sistemas de ordenadores.


En 1983, a "Tom Edison" le robaron su ordenador y algún imbécil quemó su casa. Era un golpe mortal para TAP (aunque ese nombre legendario resucitó en 1990 gracias a un joven informático fuera de la ley de Kentucky llamado "Predat0r.")

 

Desde el primer momento en el que los teléfonos empezaron a ser rentables, ha habido gente interesada en defraudar y robar a las compañías telefónicas. Existen legiones de insignificantes ladrones telefónicos que superan con creces el número de "phone phreaks" que "exploran el sistema" por el simple reto intelectual. En el área metropolitana de Nueva York (desde siempre en la vanguardia del crimen en América) se denuncian unos 150.000 robos al año a cabinas telefónicas, hechos reventando el cajetín de monedas. Estudiándola con detenimiento, podemos ver una cabina moderna como una pequeña fortaleza, cuidadosamente diseñada y rediseñada a través de generaciones para enfrentarse a monedas con un hilo atado, descargas de electricidad, pedazos de hielo con forma de moneda, palancas, imanes, ganzúas, petardos... Las cabinas públicas han de sobrevivir en mundo lleno de gente hostil y cruel, por lo que en la defensa personal las cabinas modernas han alcanzado un grado de desarrollo evolutivo similar al de un cactus.

 

Debido a que la red telefónica es anterior a las redes de ordenadores, el colectivo formado por los "phone phreaks" es anterior a los "hackers". En la práctica, hoy en día la línea que separa el "phreaking" y el hackear está muy difuminada, al igual que la que separa a los teléfonos y los ordenadores. El sistema telefónico ha pasado a ser digital, y los ordenadores han aprendido a "hablar" a través de las líneas telefónicas. Y lo que es peor - y ésta era la clave de los argumentos defendidos por Mr. Jenkins, del Servicio Secreto - algunos hackers han aprendido a robar, y algunos ladrones han aprendido a hackear.

 

A pesar de que casi han desaparecido las distinciones, aún se pueden señalar algunos aspectos de comportamiento que distinguen a los "phreaks" de los "hackers". Los hackers están muy interesados en el sistema en sí mismo, y disfrutan estando entre máquinas. Los "phreaks" tienen una vertiente más socializadora, y manipular el sistema es simplemente una manera directa de contactar con otros seres humanos de una manera rápida y barata.

 

Los phreaks disfrutan sobre todo con los "bridges" ("puentes"), conferencias telefónicas ilegales de entre diez y veinte conspiradores charlatanes, de una punta a otra del país, y que duran muchas horas - a cuenta, por supuesto, de otra persona, preferentemente alguna gran compañía.

 

A medida que una conferencia de phreaks se va desarrollando, hay gente que la abandona (o simplemente dejan el teléfono descolgado, mientras se van al trabajo, a clase, a cuidar a los hijos...), y se llama a más gente para que se incorpore, incluyendo si es posible a gente que viva en otros continentes. Se intercambian cuestiones técnicas, se fanfarronea con diversas hazañas, se difunden rumores y se cotillea libremente.

 

El nivel más bajo de phreaking es el robo de códigos de acceso a teléfonos. Pasar el coste de una llamada telefónica a la cuenta de otra persona es una manera simple de robar un servicio telefónico, sin necesidad de grandes conocimientos técnicos. Esta práctica está muy difundida, especialmente entre gente solitaria sin muchos recursos y que viva lejos de casa. El robo de códigos ha florecido especialmente en colegios mayores, bases militares, y curiosamente, entre la gente dedicada a transportar y montar los equipos de grupos musicales en gira. Actualmente, la técnica se ha extendido rápidamente entre inmigrantes residentes en los Estados Unidos, que evitan el enorme coste de las llamadas de larga distancia al Caribe, Sudamérica, o Pakistán.

 

La manera más simple de robar un código telefónico es mirar por encima del hombro de la víctima cuando introduce su código en una cabina telefónica. Esta técnica, conocida como "colgarse del hombro", es muy común en aeropuertos y estaciones de tren o autobuses. El ladrón vende el código por unos pocos dólares. El comprador del código no es ningún experto en ordenadores, pero puede llamar a su madre a Nueva York, Kingston o Caracas y gastar una gran cantidad de dinero impunemente. Las pérdidas causadas por esta modalidad tan simple de phreaking son muchísimo mayores que las causas por los hackers que acceden a un ordenador ajeno.

 

En la segunda década de los ochenta, hasta la introducción de medidas de seguridad más fuertes en las telecomunicaciones, el robo de códigos utilizando ordenadores funcionó sin problemas, y fue algo casi omnipresente en el underground digital formado por phreaks y hackers. Se realizaba probando aleatoriamente con un ordenador códigos en un teléfono hasta que se daba con uno correcto. Había a disposición de todo el mundo de este underground programas simples que podían hacer esto; un ordenador que permaneciera funcionando durante toda la noche podía obtener aproximadamente una docena de códigos correctos. Este proceso podía repetirse semana a semana hasta que se conseguía una gran biblioteca de códigos robados.

 

Hoy en día, puede detectarse y rastrearse en pocas horas el marcado de centenares de números hecho utilizando un ordenador. También puede rastrearse en pocas horas el uso con demasiada frecuencia de códigos robados. Pero durante años, en los ochenta, la difusión de códigos robados fue una norma de etiqueta básica para los hackers novatos. La manera más simple de dejar clara tu "buena fe" era robar un código utilizando el marcado aleatorio y ofrecerlo a la "comunidad" para que lo usara. Se podía robar y usar códigos de una manera simple desde el refugio seguro que es el hogar, sin miedo a ser detectado o castigado.

 

Antes de que los ordenadores y los módems llegaran masivamente a los hogares americanos, los phreaks disponían de su propio dispositivo de hardware especial, la famosa "blue box" ("caja azul"). Este dispositivo utilizado para el fraude (hoy en día cada vez menos útil debido a la evolución digital del sistema telefónico) podía engañar a las centrales de conmutación consiguiendo acceso gratuito a las líneas de larga distancia. Lo hacía imitando una señal del propio sistema telefónico, un tono de 2600 hertzios.

 

Steven Jobs y Steve Wozniak, los fundadores de Apple Computer Inc., se dedicaron en su día a vender "cajas azules" en colegios mayores de California. Para muchos, en los primeros tiempos del phreaking, el uso de una caja azul era apenas considerado un robo, y más bien como una manera divertida (si se hacía a escondidas) de utilizar el exceso de capacidad de las líneas sin causar ningún daño. Después de todo, las líneas de larga distancia estaban ahí... ¿A quién se iba a causar daño realmente? Si no dañas el sistema, y no están ocupando recursos apreciables, y si nadie se da cuenta de lo que has hecho, entonces, ¿qué daño estás causando? A fin de cuentas, ¿qué has "robado" exactamente? Si un árbol cae en el bosque y nadie lo oye caer, ¿qué importancia tiene el ruido? Incluso hoy en día esta cuestión sigue abierta.

 

Sin embargo, el uso de "cajas azules" no era una broma para las compañías telefónicas. De hecho, cuando la revista Ramparts ("Murallas"), una publicación radical de California, lanzó un número en el que se detallaban los esquemas de circuitos necesarios para construir una "mute box" ("caja muda") en junio de 1972, la policía y empleados de la compañía telefónica Pacific Bell secuestraron la edición. La "caja muda", una variante de la "caja azul", permitía al que la usaba recibir llamadas de larga distancia sin que le costara dinero a la persona que llamaba. Este dispositivo se mostraba con detalle en el artículo de Ramparts irónicamente titulado "Cómo Regular a la Compañía Telefónica desde Casa". Se dictaminó que la publicación de dicho artículo era una violación de la sección 502.7 del Código Penal del Estado de California, que establece como delito la posesión de dispositivos que permitan el fraude en las comunicaciones y la venta de "planos o instrucciones para construir cualquier tipo de instrumento, aparato o dispositivo diseñado para evitar pagar los costes de una comunicación telefónica".

 

Se retiraron o secuestraron números de Ramparts de los quioscos, y las pérdidas de ingresos resultantes hicieron que la revista quebrara. Éste fue un ominoso precedente en asuntos relacionados con la libertad de expresión, pero el aplastamiento por parte del sector de telecomunicaciones de una revista del sector radical pasó desapercibido sin que nadie le plantara cara en aquel momento. Incluso en la alocada California de los setenta, estaba muy difundido un sentimiento de sacralización hacia lo que conocía la compañía telefónica; un sentimiento según el cual los telecos tenían el derecho legal y moral de protegerse a sí mismos interrumpiendo la circulación de dicha información ilegal. La mayoría de la información sobre telecomunicaciones era tan "especializada" que difícilmente habría resultado comprensible por cualquier ciudadano honesto. Si no era publicada, nadie la echaría de menos. Publicar dicha información no parecía ser parte del papel legítimo de la prensa libre.

 

En 1990, tuvo lugar un ataque también inspirado desde el sector de las telecomunicaciones contra la revista electrónica Phrack, dedicada al phreaking y el hacking. El caso de Phrack fue un asunto clave en la Caza de Hackers, y provocó una gran controversia. Al final, Phrack también sería cerrada, al menos durante un tiempo, pero esta vez tanto los telecos como sus aliados de la policía pagaron un precio mucho más caro por sus acciones. Examinaremos el caso de Phrack con detalle más adelante.

 

El phreaking es todavía una práctica social muy activa. Hoy en día, se desarrolla con mucha más fuerza que el mucho más conocido y temido hacking. Se están extendiendo rápidamente nuevas formas de phreaking, utilizando nuevos puntos débiles existentes en diversos servicios telefónicos sofisticados.

 

Los teléfonos móviles son especialmente vulnerables; se puede reprogramar sus chips para que muestren un identificador falso y conseguir llamar gratis. Hacer esto también evita que la comunicación sea pinchada por la policía, por lo que el uso ilícito de teléfonos móviles es el favorito entre traficantes de droga. La venta de llamadas utilizando teléfonos móviles piratas puede hacerse, y se hace, desde el asiento trasero de un coche, cambiando de una estación repetidora a otra, vendiendo servicios de larga distancia robados, y moviéndose de un lado a otro, como una loca versión electrónica del camión de los helados del vecindario.

 

Se puede entrar en los sistemas telefónicos privados de grandes compañías; los phreaks marcan un número de una compañía local, entran en su sistema telefónico interno, lo hackean, y usan el sistema privado de la compañía para hacer llamadas a teléfonos de la red pública, haciendo que sea la compañía la que reciba la correspondiente factura por llamadas a larga distancia. Esta técnica es conocida como "diverting" ("distracción"). La técnica de "distracción" puede salir muy cara a la compañía, sobre todo porque los phreaks tienden a ir en grupos y nunca paran de hablar. Posiblemente el peor resultado de este tipo de fraude es que las compañías afectadas y los telecos se han reclamado mutuamente la responsabilidad financiera de las llamadas robadas, enriqueciendo así no sólo a phreaks con pocos recursos, sino también a abogados muy bien pagados.

 

También se pueden reventar los sistemas de "correo de voz"; los phreaks pueden hacerse con una parte de estos sofisticados contestadores electrónicos, y utilizarlos para intercambiar códigos o técnicas ilegales. Este tipo de fraude no daña a la compañía directamente, pero el encontrarte con cartuchos supuestamente vacíos del contestador de tu compañía repletos de phreaks charlando y gastándose bromas unos a otros utilizando un argot incomprensible puede provocar una sensación casi mística de repulsión y terror.

 

Aún peor, se sabe que a veces los phreaks han reaccionado violentamente frente a los intentos por "limpiar" los sistemas de correo de voz. En lugar de aceptar humildemente que han sido expulsados de su patio de recreo, pueden llamar a los empleados de la compañía al trabajo (o a casa) y reclamar a voz en grito direcciones de correo de voz gratuitas. Estas intimidaciones son tomadas muy en serio por sus atemorizadas víctimas.

 

Los actos de venganza phreak contra personas concretas son raros, pero los sistemas de correo de voz son tentadores y vulnerables, y una invasión de phreaks enfadados en tu sistema de correo de voz no es ninguna broma. Pueden borrar mensajes importantes; o curiosear en mensajes privados; o molestar a los usuarios grabando insultos y obscenidades. En algunos casos, incluso han tomado el control de la seguridad del sistema de correo de voz y han bloqueado usuarios, o tirado el sistema.

 

Se puede monitorizar llamadas de teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos y teléfonos de servicio marítimo utilizando diversos sistemas de radio; esta clase de "monitorización pasiva" se está extendiendo con gran rapidez hoy en día. La interceptación de llamadas hechas con teléfonos móviles e inalámbricos es el área de mayor crecimiento del phreaking hoy en día. Esta práctica satisface ansias de poder y proporciona una gratificante sensación de superioridad técnica sobre la víctima. La interceptación está llena de toda clase de tentadores males. La actividad más común es la simple escucha sin más. Pero si durante la comunicación se habla de números de tarjetas de crédito, estos números pueden ser anotados y usados. Y pinchar comunicaciones ajenas (utilizando sistemas activos o monitorización pasiva por radio) es una vía perfecta para la política sucia o para llevar a cabo actividades como el chantaje y el espionaje industrial.

 

Se debería insistir en que el fraude en telecomunicaciones, el robo de servicio telefónico, causa unas pérdidas mucho mayores que el acceso a ordenadores ajenos. Los hackers suelen ser jóvenes americanos de raza blanca y sexo masculino que viven en suburbios, y son unos cuantos centenares - pero los phreaks pertenecen a ambos sexos, proceden de multitud de países, tienen muy diversas edades, y son miles.

 

El término "hacker" ha tenido una historia adversa. Este libro, The Hacker Crackdown, tiene poco que contar sobre "hacking" en su sentido original más sutil. El término puede significar la libre exploración intelectual del potencial más profundo y más grande de los sistemas informáticos.

 

El hacking se puede describir como la determinación para hacer el acceso a la información y los ordenadores tan libre y abierta como sea posible. El hacking puede implicar la convicción más sincera de que la belleza puede ser hallada en los ordenadores, que la elegante estética de un programa perfecto puede liberar la mente y el espíritu. Esto es el "hacking" tal y como fue definido en la muy elogiada historia de Steven Levy sobre los pioneros en el mundo del ordenador, Hackers, publicado en 1984.

 

Hackers de todas las clases están absolutamente calados con heroicos sentimientos anti-burocráticos. Los Hackers anhelan el loable reconocimiento de un arquetipo cultural, el equivalente electrónico posmoderno de un vaquero y el trampero.

 

Si ellos merecen tal reputación es algo que le toca a la historia decidir. Pero muchos hackers - incluyendo esos hackers fuera de la ley que son los intrusos de los ordenadores, y cuyas actividades son definidas como criminales - realmente intentan vivir con esta reputación tecno-vaquera. Y dado que la electrónica y las telecomunicaciones son aún territorio ampliamente inexplorado, simplemente no hay quien diga lo que los hackers podrían descubrir.

 

Para algunos, esta libertad es el primer aliento de oxígeno, la espontaneidad ingeniosa que hace que la vida merezca la pena y eso abre de golpe las puertas a maravillosas posibilidades y facultades individuales. Pero para muchas personas - y cada vez más - el hacker es una figura siniestra, un sociópata inteligente listo para salir repentinamente de su sótano de soledad y atacar las vidas de otras personas en su propia anárquica conveniencia.

 

Cualquier forma de poder sin responsabilidad, sin frenos y equilibrios directos y formales, es aterradora para la gente - y razonablemente por cierto. Francamente debería ser admitido que los hackers son aterradores, y que la base de este temor no es irracional. El temor a los hackers va más allá del miedo a las actividades meramente criminales.

 

La subversión y la manipulación del sistema telefónico es un acto con inquietantes matices políticos. En América, los ordenadores y los teléfonos son poderosos símbolos de la autoridad organizada y de la élite de los negocios tecnocrática.

 

Pero hay un elemento en la cultura Americana que se ha revelado siempre fuertemente contra esos símbolos; rebelado contra todas las grandes compañías de ordenadores y teléfonos. Una cierta anarquía matiza hondamente las encantadas almas americanas al causar confusión y dolor a las burocracias, incluidas las tecnológicas.

 

A veces hay vandalismo y malicia en esta actitud, pero es una profunda y querida parte del carácter nacional americano. Los fuera de la ley, los rebeldes, los individuos duros, los exploradores, los pequeños y fuertes propietarios jeffersonianos, el ciudadano privado resistiendo intromisiones en su búsqueda de la felicidad - ésas son figuras que todos los americanos reconocen, y que muchos tenazmente aplaudirán y defenderán.

 

 Muchos ciudadanos escrupulosamente decentes con la ley realizan hoy su trabajo vanguardista con la electrónica - trabajo que ya ha tenido una tremenda influencia social y que tendrá mucha más en años venideros. En verdad, esos talentosos, trabajadores, decentes, maduros, adultos son mucho más perturbadores para la paz y el status quo que cualquier grupo burlador de la ley de románticos chicos adolescentes punk. Esos hackers decentes tienen el poder, la habilidad, y voluntad de influir en la vida de otras personas muy impredeciblemente. Tienen medios, motivos, y oportunidad de entrometerse drásticamente con el orden social americano. Cuando son acorralados en gobiernos, universidades, o grandes compañías multinacionales, y forzados a seguir reglas y usar traje y corbata, tienen al fin algún freno convencional en su libertad de acción, pero cuando se les deja solos, o en pequeños grupos, encendidos por la imaginación y el espíritu empresarial, pueden mover montañas - causando corrimientos de tierra que probablemente se estrellarán contra tu oficina y cuarto de estar.

 

Esas personas, como una clase, instintivamente admiten que un ataque público politizado sobre los hackers finalmente se extenderá hacia ellos -que el término "hacker", una vez demonizado, podría ser usado para golpear sus manos fuera de las palancas del poder y asfixiarlos hasta estar fuera de existencia . Hoy en día hay hackers que fiera y públicamente resisten cualquier mancillamiento al noble título de hacker. De forma natural y comprensible, se ofenden profundamente con el ataque a sus valores implícitos al usar la palabra "hacker" como un sinónimo de criminal informático.

 

Este libro, tristemente pero en mi opinión inevitablemente, más bien se suma a la degradación del término. Tiene que ver en sí mismo más con "hacking" en su definición actual más común, esto es, intromisión en un sistema informático a escondidas y sin permiso. El término "hacking" se ha usado rutinariamente hoy en día por casi todos los policías con algún interés profesional en el abuso y el fraude informático. La policía americana describe casi cualquier crimen cometido con, por, a través, o contra un ordenador como hacking.

 

Más importante aún, "hacker" es lo que los asaltantes informáticos eligen para describirse a ellos mismos. Nadie que asalte un sistema de buena gana se describe a él mismo (raramente a ella misma) como un "asaltante informático", "intruso informático", "cracker", "wormer", "hacker del lado oscuro" o "gangster callejero de alta tecnología". Se han inventado algunos otros términos degradantes con la esperanza de que la prensa y el público dejarán el sentido original de la palabra sola. Pero en realidad pocas personas usan esos términos. (Excluyo el término "cyberpunk", que usan algunos hacker y gentes de la ley. El término "cyberpunk" está extraído de la crítica literaria y tiene algunas extrañas e improbables resonancias, pero, al igual que hacker, cyberpunk también ha llegado a ser un peyorativo criminal hoy en día.

 

En cualquier caso, allanar sistemas informáticos era más bien extraño a la tradición hacker original. Los primeros sistemas poco seguros de los 60 exigían bastante cirugía simplemente para funcionar día a día. Sus usuarios "invadían" los más profundo, los más arcanos escondrijos de su software operativo por rutina. La "Seguridad informática" en esos tempranos y primitivos sistemas era en el mejor de los casos una idea adicional. La seguridad que había, era enteramente física, pues se suponía que quien tuviera acceso a este caro y arcano hardware debería ser un profesional experto altamente cualificado.

 

En el entorno de un campus, sin embargo, esto significaba que los estudiantes graduados, asistentes de enseñanza, estudiantes, y finalmente todos los tipos de marginados y parásitos terminaban accediendo y a menudo ejecutando programas.

 

Las universidades, incluso las universidades modernas, no están en el negocio de mantener la seguridad sobre la información. Por el contrario, las universidades, como instituciones, son antecedentes de la "economía de la información" desde hace muchos siglos y no son entidades culturales sin ánimo de lucro, cuya razón de existencia (supuestamente) es descubrir la verdad, codificarla a través de técnicas de erudición, y luego enseñarla. Las universidades son medios de pasar la antorcha de la civilización, no sólo bajar datos a los cerebros de los estudiantes, y los valores de la comunidad académica están fuertemente reñidos con los de los que podrían ser imperios de la información. Los profesores a todos los niveles, desde el jardín de infancia hacia arriba, han probado ser descarados y persistentes piratas de software y datos. Las universidades no son meramente "filtros de información" sino que vigorosamente divulgan pensamientos libres.

 

Este choque de valores ha estado cargado de controversia. Muchos hackers de los sesenta recuerdan su aprendizaje profesional como una gran guerra de guerrillas contra el tenso ordenador-central "sacerdocio de información". Esos jovencitos hambrientos de ordenadores tenían que luchar duro para acceder al poder de la informática, y muchos no estaban por encima de ciertos, umm, atajos. Pero, con los años, esta costumbre liberó a la informática de la reserva estéril de los tecnócratas con bata de laboratorio y fue en gran parte responsable del crecimiento explosivo de la informática en la sociedad en general - especialmente la informática personal.

 

El acceso al poder tecnológico tenía un poder irresistible sobre algunos de esos jovencitos. La mayoría de las técnicas básicas de intrusión por ordenador: rompimiento de palabras clave, trampas, puertas traseras, caballos de troya - fueron inventadas en ambientes universitarios en los sesenta, en los primeros días de la informática de redes. Algunas experiencias espontáneas en la intrusión por ordenador deberían estar en el resumen informal de la mayoría de los "hackers" y muchos gigantes futuros de la industria. Fuera del débil culto de los entusiastas por los ordenadores, pocas personas pensaron mucho acerca de las implicaciones del "allanamiento" con ordenadores. Este tipo de actividades no había sido aún publicado, mucho menos criminalizado.

 

En los 60, las definiciones de "propiedad" y "privacidad" no se habían extendido aún al ciberespacio. Los ordenadores no eran aún indispensables para la sociedad. No había enormes bancos de datos de información vulnerable y propietaria, que pudiera ser accedida, copiada sin permiso, borrada, alterada, o saboteada. Las oportunidades eran pocas en esos tempranos días - pero crecían cada año, exponencialmente, a medida que crecían los mismos ordenadores.

 

En los noventa, las presiones políticas y comerciales han llegado a ser arrolladoras, y rompieron los límites sociales de la subcultura hacking. El hacking ha llegado a ser demasiado importante para ser dejado a los hackers. La sociedad estaba ahora forzada a hacer frente a la naturaleza intangible del ciberespacio como propiedad, el ciberespacio como un estado-irreal que es propiedad privada. En el nuevo, severo, responsable y fuerte contexto de la "Sociedad de la información" de los noventa, el "hacking" fue puesto en entredicho.

 

¿ Qué significó introducirse en un ordenador sin permiso y usar su poder computacional, o fisgonear dentro de sus ficheros sin robar nada? ¿Qué eran estos hacker que se introducían en los ordenadores, de todas formas - cómo mejor deberían definir la sociedad y la ley sus acciones? ¿Eran solo navegadores, inofensivos exploradores intelectuales? ¿Eran mirones, fisgones, invasores de la privacidad? ¿Deberían ser tratados severamente como potenciales agentes de espionaje, o quizás como espías industriales? ¿ O sería mejor definirlos como intrusos, un delito común entre adolescentes? ¿El hacking era robo o servicio? (Después de todo, los intrusos obtenían acceso al ordenador de alguien para ejecutar sus órdenes, sin permiso y sin pagar). ¿Era el hacking un fraude? Seguramente, como mejor se puede describir es como imitación. El tipo más común de intrusión en ordenadores era (y es) guindar o fisgonear la palabra clave de alguien, y entrar en el ordenador con la apariencia de otra persona - a quien normalmente se le carga con las culpas y las facturas.

 

Quizás una metáfora médica fuera mejor - los hackers deberían ser definidos como "enfermos", como adictos a los ordenadores incapaces de controlar su irresponsable, comportamiento compulsivo.

 

Pero esos enjuiciamientos de peso significaron poco para las gentes que en realidad estaban siendo juzgadas. Desde dentro del mismo mundo underground del hacking, todas esas percepciones parecían curiosas, obstinadas, estúpidas, o sin sentido. La auto-percepción más importante de los hackers del underground - desde los sesenta hasta hoy en día - es que ellos son una élite. La lucha del día a día en el underground no es sobre definiciones sociológicas - ¿a quién le importa? sino de poder, conocimiento, y estatus entre los de tu mismo nivel.

 

Cuando eres un hacker, son tus propias convicciones internas de tu estatus de élite las que te capacitan para romper, o digamos "exceder", las reglas. No es que todas las reglas sean abandonadas. Habitualmente las reglas rotas por los hackers no son reglas importantes - las reglas de los imbéciles avariciosos burócratas de las compañías de telecomunicaciones y de la estúpida plaga de los gobernantes. Los hackers tienen sus propias reglas, que separan el comportamiento que es cojonudo y de élite del comportamiento de rata, estúpido y de perdedor. Sin embargo, esas "reglas", más bien no están escritas, están forzadas por presiones del nivel y sentimientos tribales. Como todas las reglas que dependen de convicciones no expresadas que los demás son todos unos buenos chavales, esas reglas son susceptibles de abuso. Los mecanismos de presión que ejercen los compañeros del hacker, "teleprocesos" y el ostracismo, raramente son usados y raramente funcionan. Calumniosas puñaladas por la espalda, amenazas, y acoso electrónico también son ampliamente usadas en las decadentes disputas de los intrahacker, pero raramente esto fuerza al rival a dejar la escena enteramente. La única solución real para el problema de un hacker completamente perdedor, traidor y rata es entregarlo a la policía. A diferencia de la Mafia o el Cártel de Medellín, la élite del hacker simplemente no puede ejecutar al soplón, rastrero y alborotador en medio de sus filas, de modo que los entregan con asombrosa frecuencia.

 

No hay tradición de silencio u omertá en los bajos fondos del hacker. Los hackers pueden ser tímidos, incluso reclusivos, pero cuando hablan, los hackers tienden a fanfarronear, ostentar y pavonearse. Casi cualquier cosa que los hackers hacen es invisible; si no fanfarronean, ostentan o se pavonean de ello, nadie lo sabrá. Si no tienen nada de lo que fanfarronear, ostentar o pavonearte, entonces nadie en el underground te reconocerá y te favorecerá con importantes cooperaciones y respeto.

 

La manera de ganar una sólida reputación en el underground es contarle a otros hackers cosas que solo han podido ser aprendidas con una cautela y astucia excepcional. Sin embargo, el conocimiento prohibido es la moneda básica del underground digital, como las conchas entre los Isleños de Trobiand. Los hackers acumulan su conocimiento, y se explayan en él obsesivamente, y lo refinan, y regatean con él, y hablan y hablan sobre él. Muchos hackers incluso sufren de una extraña obsesión por enseñar - extender el carácter y el conocimiento del underground digital. Harán esto incluso cuando no les reporte ventaja alguna y represente un serio riesgo personal.

 

Y cuando el riesgo les alcance, van directos a la enseñanza y la predicación - esta vez a una nueva audiencia, sus interrogadores los policías. Casi todos los hackers arrestados cuentan todo lo que saben - todo sobre sus amigos, sus mentores, sus discípulos - leyendas, amenazas, historias de horror, rumores de calamidades, chismes, alucinaciones. Por supuesto, esto es conveniente para los policías - excepto cuando el policía empieza a creer en el hacker legendario.

 

Los phreaks del teléfono son únicos entre los criminales en su buena voluntad de llamar la atención de los policías - en la oficina, en sus casas - y darles un buen repaso de lo que piensan. Es difícil no interpretar esto como una súplica para que los arresten, y de hecho es un acto de una increíble temeridad. La policía está naturalmente irritada por los actos de estos caraduras y se pondrán en camino para arrestar a esos ostentosos idiotas. Pero también puede ser interpretado como el producto de una visión-mundial tan elitista, tan cerrada y hermética, que la policía electrónica no es percibida como "policía", sino más bien como enemigos de los phreaks del teléfono quienes deberían ser reprendidos y comportarse "decentemente".

 

Los hackers en su más grandilocuencia se perciben a sí mismos como una élite de exploradores de un nuevo mundo electrónico. Los intentos para hacer que obedezcan las leyes democráticamente establecidas de la sociedad americana contemporánea son vistas como persecución y represión. Después de todo, argumentan, si Alexander Graham Bell hubiera seguido con las reglas de la compañía de telégrafos Western Union, no habría habido teléfonos. Si Jobs y Wozniak hubieran creído que IBM era lo que hay-que-tener y lo-último-para-todos, no hubiera habido ordenadores personales. Si Benjamin Franklin y Thomas Jefferson hubieran intentado "trabajar dentro del sistema" no hubiera habido Estados Unidos.

 

Confidencialmente los hacker no solamente creen esto como un objeto de fe, sino que han sido conocidos como escritores de ardientes manifiestos sobre ello. Aquí hay algunos extractos de un manifiesto hacker especialmente expresivo: "The TechnoRevolution" de "Dr. Crash", que apareció en formato electrónico en Prack Volumen 1, Número 6, Phile 3.

 

"Para explicar completamente los verdaderos motivos detrás del hacking, debemos primero echar un rápido vistazo al pasado. En los sesenta, un grupo de estudiantes del MIT construyó el primer sistema informático moderno. Este grupo salvaje de jóvenes rebeldes fueron los primeros en llevar el nombre de 'hackers'. Los sistemas que desarrollaron fueron pensados para ser usados para solucionar problemas mundiales y beneficiar a toda la humanidad".

 

"Como podemos ver, éste no ha sido el caso. Los sistemas informáticos solamente han estado en las manos de las grandes empresas y el gobierno. El dispositivo maravilloso que pretendía enriquecer las vidas se ha transformado en un arma que deshumaniza a las gentes. Para el gobierno y las grandes empresas, las personas no son más que espacio de disco, y el gobierno no usa ordenadores para disponer ayudas para los necesitados, sino para controlar armas nucleares de muerte. El Americano medio solo tiene acceso a un microordenador que solo merece la pena en una fracción de lo que pagó por él. Las empresas mantienen el auténtico equipo más moderno apartado de la gente detrás de un muro de acero de burocracia y precios increíblemente altos. Es debido a este estado de las cosas que nació el hacking. (...)

 

"Por supuesto, el gobierno no quiere el monopolio de la tecnología se pierda, de modo que declaran ilegal el hacking y arrestan a cualquiera que sea cogido. (...) La compañía telefónica es otro ejemplo de abuso de tecnología y se mantuvo fuera del alcance de las gentes con precios altos. (...)

 

"Los hackers encuentran a menudo que sus equipos actuales, debido a las maniobras monopolísticas de las empresas de ordenadores, son ineficientes para sus propósitos. Debido a los precios tan desorbitados, es imposible adquirir legalmente el equipo necesario. Más aún, esta necesidad ha creado otro segmento para la lucha: el Credit Carding. El Carding es una forma de obtener los bienes necesarios sin pagar por ellos.

De nuevo, es debido a la estupidez de las empresas el que el carding sea tan fácil, y demuestra que el mundo de los negocios está en manos de esos con considerablemente menos conocimiento técnico de cómo hacer las cosas [5] que nosotros, los hackers. (...)

 

"El hacking debe continuar. Debemos preparar a los recién llegados en el arte del hacking. (...) Y, en cualquier cosa que hagas, continuar con la lucha. Tanto si sabes como si no, si eres un hacker, eres un revolucionario. No te preocupes, estás en el lado correcto."

 

La defensa del "carding" es rara. La mayoría de los hackers considera el robo de tarjetas de crédito como "veneno" para el underground, una tentativa inmoral y asquerosa, peor aún, es duro salir impune. Sin embargo, manifiestos abogando por el robo de tarjetas de crédito, el "crashing" deliberado de sistemas informáticos, e incluso actos de violencia física destructiva como vandalismo e incendios existen en el underground. Esos alardes y amenazas son tenidos muy en cuenta por la policía. Y no todos los hackers son un abstracto, platónico novato de los ordenadores. Unos cuantos son bastante expertos en la apertura de cerraduras, robar camiones de la telefónica [6] , y allanamiento de moradas.

 

Los hackers se diferencian en su grado de odio a la autoridad y la violencia de su retórica. Pero, en el fondo, son unos burladores de la ley. No respetan las actuales leyes del comportamiento electrónico como esfuerzos respetables para preservar la ley y el orden y proteger la salud pública. Consideran esas leyes como las tentativas inmorales de desalmadas sociedades anónimas para proteger sus márgenes de beneficio y aplastar disidentes.

 

La gente "estúpida", incluyendo a policías, hombres de negocios, políticos, y periodistas, simplemente no tienen derecho a juzgar las acciones de esos poseídos de genio, de metas tecno-revolucionarias, y conocimientos técnicos.

 

Normalmente, los hackers son adolescentes y estudiantes universitarios que no han de trabajar para vivir. Normalmente provienen de ambientes de clase media y media-alta, y son claramente anti-materialista (salvo que hablemos de equipo informático, claro está). Cualquiera que esté motivado por avaricia de mero dinero (opuesto a la avaricia de poder, conocimiento y estatus) es rápidamente descrito como un cabeza hueca cuyos intereses no pueden ser sino corruptos. Al haber crecido en los setenta y los ochenta, estos jóvenes bohemios del underground digital consideraban a la sociedad normal como hundida en la corrupción plutócrata, en la que todo el mundo, del presidente para abajo, están en venta y quienquiera que tenga el oro es el que decide las reglas.

 

Curiosamente, hay una imagen distorsionada en el espejo de feria de esta actitud al otro lado del conflicto. La policía también es uno de los grupos más marcadamente antimaterialista de la sociedad americana, motivada no por el mero dinero sino por ideales de servicio, justicia, camaradería y, desde luego, su propia rama especializada de conocimiento y poder. Es remarcable que la guerra propagandística entre la policía y los hackers siempre implique airadas alegaciones de que el otro lado está intentando conseguir algo de dinero fácil. Los hackers siempre filtran de forma consistente que los fiscales anti-phreak intentan encontrar trabajos mejores como abogados de los telecos y que la policía contra el crimen informático quien después reconvertirse en muy bien pagados consultores de seguridad en el sector privado.

 

Por lo que hace referencia al otro lado, la policía siempre compara los crímenes de hackers con robar cabinas telefónicas mediante palancas. Las alegaciones de "pérdidas monetarias" ante intrusiones en ordenadores están notablemente infladas. El acto de copiar ilícitamente un documento de un ordenador se equipara moralmente a robar directamente a las compañías unos -pongamos- medio millón de dólares. El intruso informático adolescente en posesión de este documento "propietario" que ciertamente no ha sido vendido por tal suma, no tiene ni idea de donde podría venderlo y es bastante probable que no entienda lo que tiene. No ha conseguido ni un centavo por esta felonía pero se le sigue comparando moralmente con un ladrón que ha robado el cepillo de la iglesia y se ha fugado a Brasil.

 

La policía quiere creer que todos los hackers so ladrones. Es una acción tortuosa y casi insoportable por parte del sistema judicial americano poner a la gente en la cárcel simplemente porque quieren aprender cosas que les esta prohibido saber. En un contexto americano, casi cualquier pretexto para el castigo es mejor que meter a la gente en la cárcel para proteger ciertos tipos restringidos de información. De todas formas controlar la información es una parte y una parcela de la lucha contra los hackers.

 

Este dilema estaba muy bien ejemplificado por las remarcables actividades de "Emmanuel Goldstein", editor de una revista impresa conocida como 2600: hacker quatrimestral. Goldstein se había licenciado en la universidad de Long Island, en Nueva York en los setenta, y allí se metió e la estación de radio de la universidad. Su creciente interés por la electrónica hizo que se desplazara a los círculos yippies de TAP y de ahí al underground digital, donde se convirtió, según su propia confesión, en una techno-rata. Su revista publica técnicas de intrusión en ordenadores y "exploración" telefónica así como denuncias de malas actuaciones por parte de los telecos y fracasos gubernamentales.

 

Goldstein vive plácidamente y de forma muy privada en una grande y vapuleada mansión victoriana en Setauket, Nueva York. Esta casa costera está decorada con objetos de teleco, conglomerados de restos traídos por la marea y los típicos cacharretes del lugar de descanso de un hippie. No está casado y sobrevive a base de comida precocinada y relleno de pavo comido directamente de la bolsa. Goldstein es una persona con un encanto considerable, con un habla muy fluida, una sonrisa breve pero desarmante y una integridad a prueba de bomba que la policía electrónica de América encuentra genuinamente alarmante.

 

Goldstein tomó su nombre -de-plume o seudónimo de un personaje 1984 de Orwell, lo cual puede considerarse, correctamente, como un síntoma de la gravedad de su visión sociopolítica del mundo. El no practica la intrusión en ordenadores, aunque defiende de forma vigorosa que esas acciones, especialmente cuando se efectúan en contra de grandes corporaciones o agencias gubernamentales. Tampoco es un ladrón, pues desaprueba el mero robo de servicio telefónico, en favor de "explorar y manipular el sistema". La mejor forma de describirlo y comprenderlo es como un disidente.

 

Extrañamente, Goldstein vive en una América moderna bajo condiciones muy similares a las de los antiguos disidentes intelectuales de los países del Este de Europa. En otras palabras, está casado con un sistema de valores que está profunda e irrevocablemente opuesto al sistema de aquellos que están en el poder, así como la policía. Los valores de 2600 se expresan generalmente en términos irónicos, sarcásticos, paradójicos o simplemente confusos, pero no hay confusión por lo que hace a su tono anti-autoritario. 2600 mantiene que el poder técnico y el conocimiento especializado, sea del tipo que sea, pertenece por derecho a aquellos individuos suficientemente valientes y atrevidos como para descubrirlo, por cualquier medio que sea necesario. Aparatos, leyes o sistemas que prohiban el acceso y la libre distribución del conocimiento son provocaciones que cualquier hacker que se respete a sí mismo debería atacar sin dudar. La "privacidad" de los gobiernos, corporaciones y otras organizaciones tecnocráticas no deberían estar protegidas a expensas de la libertad y las iniciativas libertarias de la tecno-rata individual.

 

Sin embargo, en nuestro mundo cotidiano contemporáneo, tanto los gobiernos como las corporaciones están realmente ansiosas de controlar la información que es secreta, propietaria, restringida, confidencial, protegida con copyright, patentada, peligrosa, ilegal, no ética, embarazosa o sensitiva de cualquier otra forma. Ello convierte a Goldstein en una persona non-grata y a su filosofía en una amenaza.

 

Muy poco de la vida diaria de Goldstein podría sorprender a Vaclav Havel -por poner un ejemplo. (Observemos, de pasada, que una vez la policía checoslovaca confiscó su procesador de texto a Vaclav Havel). Goldstein vive como en un samizdat, actuando de forma semi-abierta como un centro de datos para el underground, mientras reta a los poderes de todo tipo a vivir según sus propias normas: libertad de expresión y la primera enmienda.

 

 

Goldstein cumple a rajatabla su papel de techno-rata, con unos aretes que le llegan hasta los hombros y una gorra negra de pirata inclinada sobre su cabeza. A menudo se aparece como el fantasma de Banquo en encuentros de profesionales de la informática, donde presta atención de forma relajada, con una media sonrisa y tomando muchas notas.

 

Los profesionales de la informática acostumbran a encontrarse de forma pública, y les resulta muy difícil librarse de Goldstein sin llevar a cabo acciones extralegales e inconstitucionales. Muchos de sus simpatizantes son gente responsable, con trabajos de responsabilidad, y admiran a Goldstein por su actitud y, de forma soterrada, le pasan información. Un número desconocido seguramente grande de los más de 2000 lectores de Goldstein son profesionales de la seguridad para los telecos, así como la policía, que está obligada a subscribirse a 2600 para estar enterados de lo último en hacking. Así descubren que están pagando el sueldo de este tipo mientras les rechinan los dientes de angustia, una situación que habría encantado a Abbie Hoffman (uno de los pocos ídolos de Goldstein).

 

Goldstein es seguramente el representante público más conocido del underground hacker de hoy, y sin duda es el más odiado. La policía lo considera un Fagin, un corruptor de menores, y hablan de él con una repugnancia nada disimulada. Es una verdadera mosca cojonera.

 

Tras la caída del sistema el día de Martin Luther King Day Crash en 1990, Goldstein se dedicó a poner sal en la herida desde las páginas de 2600. "Pues sí, ha sido algo divertido para los phone phreakers ver como la red se derrumbaba", admitía de forma despreocupada. "Pero también es un signo ominoso de lo que está por venir... Algunos tipos de AT&T, ayudados por unos medios bien intencionados, pero ignorantes, estuvieron extendiendo la idea de que muchas compañías tienen el mismo software y por tanto podrían enfrentarse con el mismo problema algún día. Eso es un error. Se trata de una deficiencia exclusiva de AT&T. Desde luego, otras compañías podrían enfrentarse ante problemas enteramente diferentes con el software, pero claro, eso también le podría pasar a AT&T.

 

Después de una discusión técnica de los fallos de sistema, la techno-rata de Long Island, empezó a presentar una crítica devastadora de los cientos de ingenieros cualificados de la gigantesca multinacional. "Lo que no entendemos es cómo una fuerza de gran importancia en las telecomunicaciones como AT&T ha podido ser tan descuidada. ¿Qué ha pasado con las copias de seguridad [7] ? Desde luego, los sistemas se caen de tanto en cuanto, pero la gente que hace llamadas telefónicas no es la misma que se conecta a ordenadores. Tenemos que hacer esa distinción. No es aceptable para el sistema telefónico o para cualquier otro servicio esencial que se caiga. Si continuamos confiando en la tecnología sin entenderla, podemos prever muchas variaciones sobre este tema.

 

"AT&T debe a sus clientes que estén preparados para cambiar instantáneamente a otra red si empieza a suceder algo extraño e impredecible. La noticia no es la caída de un programa de ordenador, sino el fallo de toda la estructura de AT&T".

 

La misma idea de esta... persona... ofreciendo sus "consejos" acera de "toda la estructura de AT&T" es más que lo que mucha gente estaría dispuesta a soportar. ¿Cómo se atreve este quasi-criminal a dictar qué es y qué no es un comportamiento "aceptable" de AT&T? Sobre todo cuando está publicando, en el mismo número, unos diagramas bastante detallados acerca de cómo crear diversos tonos de señal para cambiar de red que no son de dominio público.

 

"Mira lo que pasa cuando dejas caer un par de tonos desde una "caja plateada" en tu sistema de llamada local o través de diferentes portadores de servicio a larga distancia" recomienda el articulista de 2600 Mr. Upsetter [8] en "Cómo construir una caja de señales". "Si experimentas de forma sistemática y mantienes un registro de todo lo que pasa, seguramente descubrirás algo interesante".

 

Desde luego, se trata del método científico, normalmente considerado como una actividad digna de encomio y una de las flores de la civilización moderna. Uno puede realmente aprender mucho con este tipo de actividad intelectual estructurada. Los empleados en telecos consideran este modo de "exploración" similar a meter cartuchos de dinamita en un estanque para ver qué seres vivos hay al fondo.

 

2600 se viene publicando de forma continuada desde 1984. También dispone de una BBS, camisetas estampadas de 2600, llamadas de fax... El número de primavera de 1991 contenía un anuncio interesante en la página 45: "Acabamos de descubrir un conjunto extra de cables enganchados a nuestra línea de fax, dirigidos a un poste (Así pues, les habían pinchado las líneas). Los faxes que nos enviéis podrían ser monitorizados".

 

En la visión del mundo de 2600 el pequeño grupo de hermanos techno-ratas (rara vez hermanas) son la vanguardia de los verdaderamente libres y honestos. El resto del mundo es un maestro de crimen corporativo y corrupción gubernamental de alto nivel, rebajada ocasionalmente con ignorancia bienintencionada. Leer unos cuantos números de una tirada es entrar en una pesadilla similar a la de Solzhenitsyn's, aunque rebajada por el hecho de que 2600 es muy divertida.

 

Goldstein no se convirtió en un objetivo de la Caza de Hackers, aunque protestó sonadamente, elocuentemente y públicamente acerca de ello, y ello permitió que su fama subiera muchos puntos.

 

No es que no se le considerara peligroso, pues sí que se le consideraba. Goldstein se había llevado unos cuantos arañazos en su lucha con la ley en el pasado: en 1985 un ordenador con una BBS de 2600 fue secuestrado por el FBI, y una parte del software que contenía fue declarado como "un instrumento de robo en la forma de programa de ordenador". Pero Goldstein escapó de la represión directa en 1990, pues su revista esta impresa en papel, y por tanto sujeta a la libertad constitucional de la protección a la prensa. Tal y como sucedió en el caso de Ramparts, eso no es una garantía absoluta. Así y todo, desde una perspectiva práctica, cerrar 2600 mediante una orden judicial crearía tanto jaleo legal que sería simplemente imposible llevarlo a cabo, al menos en el presente.

 

Así pues, la Caza de 1990 tendría como objetivos la versión computerizada de los datos robados. La propia caza, en primer y en mayor grado, se ocupaba de sistemas de tablón de anuncios. [9] Conocidos corrientemente con el acrónimo feo y no pluralizable de BBS, estos sistemas son la sangre del underground digital. Las BBS también son centrales en las tácticas policiales y la estrategia en la caza de hackers.

 

Una BBS puede definirse formalmente como un ordenador que sirve como centro de información y mensajes para usuarios que se conectan desde las líneas telefónicas mediante módems. Un "módem", o modulador-demodulador, es un aparato que traduce los impulsos digitales de los ordenadores en señales analógicas audibles de un teléfono, y viceversa. Los módems conectan a los ordenadores con los teléfonos y así pueden conectarse los unos con los otros.

 

Los grandes ordenadores o "mainframe" han estado conectados entre sí desde los sesenta, pero los ordenadores personales , dirigidos por individuos desde sus casas, empezaron a conectarse a finales de los setenta. La BBS creada por Ward Cristensen y Randy Suess en febrero de 1978 en Chigaco (Illinois) se considera generalmente como la primera BBS para ordenadores personales que realmente mereciera el nombre.

 

Las BBS se implementan en máquinas muy diferentes, utilizando software también muy diferentes. Las primeras BBS eran muy rudas y llenas de errores y sus administradores conocidos como "operadores de sistema" o "sysops" eran expertos técnicos que trabajaban duro y escribían su propio software. Pero como casi cualquier cosa en el mundo de la electrónica, las BBS se hicieron más rápidas, más baratas, mejor diseñadas y, en general mucho más sofisticadas durante los años ochenta. También empezaron a abandonar el regazo de los pioneros para ir con el público en general. En 1985 debería haber alrededor de 4000 BBS en América. En 1990 se calcula que, vagamente, debían haber unos 30000 en los Estados Unidos, y con un número desconocido al otro lado del océano.

 

Las BBS son actividades no reguladas. Poner en marcha una es dicho y hecho. Cualquiera con una computadora, un módem y una línea telefónica puede empezar una BBS. Con un equipo de segunda mano y software de dominio público, el precio de una BBS puede ser muy pequeño, menos de lo que costaría publicar una revista o un panfleto decente.

 

Las BBS no son "prensas". No son revistas, ni bibliotecas, ni teléfonos, ni radios CB ni los tradicionales tablones de anuncios en la lavandería local, aunque tienen algunos parecidos con estas formas de comunicación. Las BBS son un nuevo medio, quizás hasta sean un gran número de nuevos medios.

 

Consideremos estas características únicas: las BBS son baratas y, sin embargo, puede tener un alcance nacional, incluso global. Se puede tener acceso a una BBS desde cualquier parte de la red telefónica, sin ningún coste para la persona que mantiene la BBS -el que llama paga la cuenta telefónica, y si el que llama es local, la llamada es gratis. [10] Las BBS no implican una élite editorial dirigiéndose a una audiencia masiva. El "sysop" de una BBS no es un editor exclusivo, está manteniendo una tertulia electrónica, en la que los individuos pueden dirigirse al público en general, y también intercambiar correo privado con otros individuos. La "conversación" e las BBS, aunque es fluida, rápida y altamente interactiva, no es hablada, sino escrita. También es relativamente anónima: a veces completamente.

 

Y cómo que las BBS son baratas y ubicuas, las regulaciones y las licencias son prácticamente inaplicables. Sería más fácil "regular", "inspeccionar" y "licenciar" el contenido de nuestro correo privado -ya que el sistema de correos está dirigido por el gobierno. Las BBS están operadas por individuos, de forma independiente, a su propio albur.

Para el operador de sistema, el coste de la operación no es el principal factor limitador. Una vez se ha hecho la inversión en una computadora y un módem, el único coste estable es mantener la línea telefónica (o más de una).

 

Los principales límites para los operadores de sistemas son tiempo y energía. Las BBS requieren mantenimiento. Normalmente, hay que "validar" a los nuevos usuarios; hay que darles contraseñas, y telefonearlos a casa, para determinar su identidad. También hay muchos usuarios repelentes y agresivos, a los que hay que hacer callar o purgar. Los mensajes que van proliferando hay que borrarlos según se van volviendo anticuados, de forma que no se acabe consumiendo toda la capacidad del sistema. Y los programas de ordenador (si es que se mantienen en la BBS) se han de examinar a la búsqueda de posibles virus informáticos. Si hay que pagar para usar la BBS (algo cada vez más común, sobre todo en los sistemas más grandes y chulos), entonces hay que mantener una contabilidad y hay que cobrar a los usuarios. Y cuando la BBS cae -algo muy común- hay que hacer reparaciones.

 

Las BBS pueden distinguirse por la cantidad de esfuerzo utilizado en regularlas. Primero tenemos la BBS completamente abierta, aquella cuyo operador de sistema se dedica a tomar y ver repeticiones de series televisivas mientras sus usuarios van degenerando con el tiempo en una anarquía total hasta el silencio final. En segundo lugar viene la BBS supervisada, en la que el operador de sistema aparece de vez en cuando para poner un poco de orden, calmar las peleas, lanzar anuncios y librar a la comunidad de repelentes y de buscaproblemas. En tercer lugar está la BBS altamente supervisada, en la que se pide una y otra vez un comportamiento adulto y responsable, y donde se editan aquellos mensajes que se consideran ofensivos, impertinente, ilegales o irrelevantes. Y finalmente viene la "publicación electrónica" completamente editada, que se presenta ante una audiencia silenciosa a la que no se la permite responder de ninguna forma.

 

Las BBS también se pueden agrupar por su grado de anonimato. Está la BBS completamente anónima, donde todo el mundo usa seudónimos --"nicks"-- y ni siquiera el operador de sistema conoce la identidad real de los usuarios.

En segundo lugar, y de forma mucho más común, está la BBS en la que el operador de sistema sabe (o cree que sabe los verdaderos nombres y direcciones de todos los usuarios, pero los usuarios no saben los nombres de los demás y quizás ni el del operador de sistema. En tercer lugar está la BBS en la que todo el mundo usa sus nombres reales y el actuar como otra persona o los seudónimos están prohibidos.

 

Las BBS también se pueden agrupar por su inmediatez. "Las líneas de chat" son BBS que conectan varios usuarios a la vez a través de diferentes líneas telefónicas de forma simultánea, de manera que los usuarios pueden intercambiarse mensajes en el mismo momento en que teclean (muchas BBS tienen capacidad de "chat" entre sus servicios). Las BBS menos inmediatas, quizás con una sola línea telefónica, almacena los mensajes de forma serial, uno a la vez. Y algunas BBS están solo abiertas en las horas de oficina o los fines de semana, con lo que la respuesta se ralentiza mucho. Una red de BBS, como "Fidonet" puede transmitir correo electrónico de BBS en BBS, de continente a continente, a través de enormes distancias, pero a la velocidad de un caracol, así que un mensaje puede tardar varios días en alcanzar su objetivo y provocar una réplica.

 

Las BBS pueden agruparse también por su grado de comunidad. Algunas BBS enfatizan el intercambio de correo electrónico privado, de persona a persona. Otras enfatizan los envíos públicos e incluso purgan aquellas personas que "acechan", limitándose a leer mensajes pero negándose a participar activamente. Algunas BBS son íntimas y vecinales. Otras son glaciales y altamente técnicas. Algunas son poco más que vertederos de almacenamiento de software, donde los usuarios "suben" y "bajan" programas, pero prácticamente no interactúan

 

Las BBS pueden agruparse por la facilidad de acceso. Algunas BBS son completamente públicas. Otras son privadas y restringidas a amigos personales del operador de sistema. Algunas BBS dividen a los usuarios por estatus. En estas BBS, algunos usuarios, sobre todo los principiantes, extraños o niños quedarán restringidos a los temas generales, y quizás se les prohiba enviar mensajes.

Los usuarios con trato de favor, sin embargo, se les garantiza la habilidad de enviar mensajes según les apetezca, y a estar "conectados" todo el tiempo que quieran, incluso si impiden la conexión a otras personas que intentan acceder.

 

Los usuarios de alto standing pueden tender acceso a áreas secretas de la BBS, como pueden ser temas crípticos, discusiones privadas y/o software valioso. Los usuarios con trato de favor pueden llegar a convertirse en "operadores de sistema remotos", con la capacidad de tomar el control remoto de la BBS mediante su ordenador personal. A menudo, los "operadores de sistema remotos" acaban haciendo todo el trabajo, teniendo el control formal de la BBS, a pesar de estar físicamente situada en la casa de otro. A veces, diversos co-operadores de sistema comparten el poder.

 

Y las BBS también se pueden agrupar por tamaño. Redes comerciales nacionales como CompuServe, Delphi, GEnie y Prodigy, se ejecutan en mainframes y generalmente no se consideran "BBS", aunque tengan muchas de sus características, como puede ser el correo electrónico, temas de discusión, bibliotecas de software, y problemas persistentes y crecientes con cuestiones de derechos civiles. Algunas BBS privadas tienen hasta treinta líneas telefónicas y un hardware bastante sofisticadas, y también tenemos BBS diminutas.

 

Las BBS pueden variar en popularidad. Algunas BBS son enormes y están abarrotadas, en ellas los usuarios han de enfrentarse continuamente con una señal constante de "comunicando". Otras son enormes y están vacías; hay pocas cosas más tristes que una BBS floreciente en la que ya nadie envía mensajes, y las conversaciones muertas de usuarios desaparecidos languidecen recogiendo polvo digital. Algunas BBS son pequeñas e íntimas, sus números telefónicos se mantienen secretos a propósito de forma que sólo un número pequeño de personas se puedan conectar.

 

Y algunas BBS son underground.

 

Las BBSs pueden ser misteriosas entidades. Puede llegar a ser difícil diferenciar las conspiraciones de las actividades de sus usuarios. Algunas veces llegan a ser una conspiración. Las BBSs han albergado, o han sido acusadas de albergar, a todo tipo de grupos marginales y han apoyado, o han sido acusadas de apoyar, todo tipo de actividades dudosas, de mala fama, radicales o criminales. Existen BBSs satánicas. BBSs nazis. BBSs pornográficas. BBSs de pedófilos. BBSs que comercian con drogas. BBSs anarquistas. BBSs comunistas. BBSs gays y lesbianas (estas existen en gran profusión, algunas de ellas bien establecidas). BBSs religiosas. BBSs evangélicas. BBSs que practican brujería, de hippies, punkies, de chavales que hacen skateboard. BBSs de creyentes en los ovnis. De seguro habrá BBSs de asesinos en serie, terroristas aéreos y asesinos profesionales. No se pueden contar. Las BBSs aparecen, florecen y desaparecen en grandes cantidades en la mayoría de los rincones del mundo desarrollado. Aparentemente inocuas, las BBSs públicas pueden, y a veces lo hacen, albergar áreas secretas conocidas solo por unos pocos. Incluso en los extendidos servicios públicos comerciales, el correo es privado - y posiblemente con contenidos criminales.

 

Las BBSs cubren la mayoría de temas imaginables y alguno que es incluso difícil de imaginar. Abarcan un vasto espectro de actividades sociales. Sin embargo, todos los miembros de una BBS tienen algo en común: la posesión de ordenadores y teléfonos. Naturalmente, ordenadores y teléfonos son temas de conversación en casi cualquier BBS.

 

Y los hackers y phreakers, esos devotos de los ordenadores y los teléfonos, viven por las BBSs. Se arremolinan y reproducen en torno a ellas. A finales de los ochenta, los grupos de phreakers y hackers, unidos en BBSs, han proliferado fantásticamente.

 

Como evidencia de esto, lo que aquí sigue es una lista de grupos de hackers recopilada por los editores de la revista Phrack el 8 de agosto de 1988.

 

La Administración (The Administration). Telecomunicaciones Avanzadas

Inc. (Advanced Telecommunications, Inc.) ALIAS. Los Viajeros del Tono Americano (American Tone Travelers). Anarquía Inc. (Anarchy Inc.) Apple Mafia. La Asociación (The Association.) Gremio de Piratas del Atlántico (Atlantic Pirates Guild.) Los Jodidos de Mal Asiento (Bad Ass Mother Fuckers.) Bellcore. Fuerza Bell Shock (Bell Shock Force.) La Bolsa Negra (Black Bag.) Camorra. C&M Productions. Católicos Anónimos (Catholics Anonymous.) Caos Computer Club (Chaos Computer Club.) Los Ejecutivos (Chief Executive Officers.) El Círculo de la Muerte (Circle Of Death.) El Círculo de Deneb (Circle Of Deneb.) Club X. Coalición de Piratas de Alta Tecnología (Coalition of Hi-Tech Pirates.) De Costa a Costa (Coast-To-Coast.) Informática Corrupta (Corrupt Computing.) El Culto a la Vaca Muerta (Cult Of The Dead Cow.) Venganzas a Medida (Custom Retaliations.) Daño, Inc. (Damage Inc.) D&B Communications. La banda Dange (The Dange Gang.) Cazadores Dec (Dec Hunters.) La Banda Digital (Digital Gang.) DPAK. Alianza del Este (Eastern Alliance.) Gremio de Hackers de Elite (The Elite Hackers Guild.) Club de Hackers y Phreakers de Elite (Elite Phreakers and Hackers Club.) La Sociedad de Elite de America (The Elite Society Of America.) EPG. Ejecutivos del Crimen (Executives Of Crime.) Elite Extasis (Extasyy Elite.) Fargo 4A. Los Granjeros de la Perdición (Farmers Of Doom.) La Federación (The Federation.) Nosotros Somos los Federales (Feds R Us.) Primera Clase (First Class.) Five O. Five Star. Fuerza Hackers (Force Hackers). The 414s.Hack-A-Trip. Hackers de América (Hackers Of America.) Hackers de la Montaña Alta (High Mountain Hackers.) Alta Sociedad (High Society.) Los Autoestopistas (The Hitchhikers.) Sindicato IBM (IBM Syndicate.) Los Piratas de Hielo (The Ice Pirates.) Los Señores de la Guerra Imperial (Imperial Warlords.) Círculo Interior (Inner Circle.) Círculo Interior II (Inner Circle II.) Locura Inc. (Insanity Inc.) Bandidos Informáticos Alternativos Internacionales (International Computer Underground Bandits.) Liga de la Justicia de América (Justice League of America.) Kaos Inc. Caballeros de la Sombra (Knights Of Shadow.) Caballeros de la Tabla Redonda (Knights Of The Round Table.) Liga de Adeptos (League Of Adepts.) Legión de Perdición (Legion Of Doom.) Legión de Hackers (Legion Of Hackers.) Señores del Caos (Lords Of Chaos.) Laboratorios Lunáticos Unlimited (Lunatic Labs, Unlimited.) Maestros Hackers (Master Hackers.) MAD! Los Merodeadores (The Marauders.) MD/PhD. Comunicaciones Metálicas, Inc. (Metal Communications, Inc.)

 MetalliBashers, Inc. MBI. Metro Communications. Gremio de Piratas del Medio Oeste (Midwest Pirates Guild.)

 

NASA Elite. La Asociación OTAN (The NATO Association.) Caballeros de Neón (Neon Knights.) Orden Nihilista (Nihilist Order.) Orden de la Rosa (Order Of The Rose.) OSS. Gremio de Piratas del Pacífico (Pacific Pirates Guild.) Acceso Fantasma Asociados (Phantom Access Associates.) PHido PHreaks. La Empresa (The Phirm.) Phlash. Los Fantasmas de la Línea Telefónica (PhoneLine Phantoms.) Phreakers de América (Phone Phreakers Of America.) Phortune 500. Delincuentes Phreak Hack (Phreak Hack Delinquents.) Destructores Phreak Hack (Phreak Hack Destroyers.) La Banda de los Phreakers, Hackers y Empleados de Lavandería (Phreakers, Hackers, And Laundromat Employees Gang -PHALSE Gang-.) Phreaks Contra Individuos (Phreaks Against Geeks.) Phreaks Contra Phreaks Contra Individuos (Phreaks Against Phreaks Against Geeks.) Phreaks y Hackers de América (Phreaks and Hackers of America.) Phreaks Anónimos del Mundo Entero (Phreaks Anonymous World Wide.) Proyecto Génesis (Project Genesis.) La Mafia Punk (The Punk Mafia.) Los Alborotadores (The Racketeers.) Archivos de Texto del Amanecer Rojo (Red Dawn Text Files.) La Banda Roscoe (Roscoe Gang.) SABRE. Círculo Secreto de Piratas (Secret Circle of Pirates.) Servicio Secreto (Secret Service.) 707 Club. Hermandad de la Sombra (Shadow Brotherhood.) Sharp Inc. 65C02 Elite. Fuerza Espectral (Spectral Force.) Liga Estrella (Star League.)

Polizones (Stowaways.) Strata-Crackers. Equipo de Hackers'86 (Team Hackers '86.) Equipo de Hackers'87 (Team Hackers '87.) Equipo del Boletín TeleComputist (TeleComputist Newsletter Staff.) Tribunal del Conocimiento (Tribunal Of Knowledge.) Triple Convenio (Triple Entente.) Volver y Morir (Turn Over And Die) Síndrome (Syndrome) -TOADS-. 300 Club. 1200 Club. 2300 Club. 2600 Club. 2601 Club. 2AF. La Fuerza Warez del Software Unido (The United Soft WareZ Force.) Underground Técnico Unido (United Technical Underground.) Brigada Alerta (Ware Brigade.) The Warelords. WASP.

 

Contemplar esta lista es algo impresionante, casi humillante. Como producto cultural se aproxima a la poesía.

 

Los grupos clandestinos -las subculturas- se pueden distinguir de las culturas independientes por su hábito de referirse constantemente a sus culturas padre. La clandestinidad, por naturaleza, siempre mantiene un elemento diferenciador. La ropa distintiva y el peinado, el habla, los ghetos en las ciudades, las horas de levantarse, trabajar, dormir... La clandestinidad digital, que se especializa en la información, se apoya fuertemente en el lenguaje para distinguirse. Como se puede ver en esta lista, hacen bastante uso de la parodia y la burla. Es curioso ver a quién eligen para burlarse.

 

Primero, grandes empresas. Tenemos a Phortune 500, Los Ejecutivos (Chief Executive Officers), Bellcore, Sindicato IBM (IBM Syndicate), SABRE (un servicio de reservas aéreas por ordenador). El uso normal de "Inc." lo dice todo - ninguno de estos grupos son empresas, pero dejan claro a quién parodian.

 

Segundo, los gobiernos y la policía. Elite NASA (Nasa Elite) Asociación

OTAN (NATO Association). Nosotros Somos los Federales (Feds R Us) y Servicio Secreto (Secret Service) son ejemplos de burlas atrevidas. Los OSS (Office of Strategic Services) eran los precursores de la CIA.

 

Tercero, los criminales. El uso de palabras peyorativas como insignia honorífica es otra táctica de las subculturas: punk, banda (gang), delincuentes (delinquents), mafias, piratas (pirates), bandidos (bandits), alborotadores (racketeers).

 

El uso de ortografía especializada, especialmente el uso de "ph" por "f" y "z" para el plural en vez de "s" son símbolos de distinción. También lo es el uso del numeral "0" en vez de la letra "O" - el texto generado por ordenador suele poner una barra inclinada en el cero para hacer obvia la distinción.

 

Algunos términos son poéticamente descriptivos de la intrusión en ordenadores: Los Polizones (The Stowaways), Los Autoestopistas (The Hitchhikers), Los Fantasmas de la Línea de Teléfono (The PhoneLine Phantoms), De Costa a Costa (Coast-to-Coast). Otros términos son simplemente chulerías para dar vanagloria a los nombres. (Nótese el uso insistente de términos como "elite" o "master" -maestro-.) Algunos términos son blasfemos, otros obscenos, otros crípticos - cualquier cosa para intrigar, ofender y salirse de la raya.

 

Muchos grupos hacker re-encriptan sus nombres con el uso de siglas: United Technical Underground es UTU, Farmers of Doom son FoD, The United SoftWareZ Force, a base de insistir mucho, "TuSwF", y hay de aquel que se equivoque con las mayúsculas.

 

Debería saberse que los miembros de estos grupos también tienen seudónimos. Tan sólo basta echar un vistazo a "Los Fantasmas de la Línea de Teléfono" (PhoneLine Phantoms), encontrarás que están formados por "Carrier Culprit" (Delincuente Portadora), "The Executioner" (El Ejecutor), "Blak Majik" (Magia Negra), "Egyptian Lover" (Amante Egipcio), "Solid State" (Estado Sólido) y "Mr. Icom". Carrier Culprit es conocido por sus amigos como "CC".

 

Es bastante posible que esta lista se refiera tan solo a unas mil personas. No es una lista completa de grupos underground - nunca ha existido una lista de eso y nunca existirá. Los grupos nacen, florecen, declinan, comparten miembros y mantienen una nube de fans y aficionados enganchados. La gente entra y sale, son expulsados, se aburren, son capturados por la policía, son arrinconados por la seguridad de las empresas de telecomunicaciones y multados. Muchos "grupos underground" son piratas de programas informáticos, "warez d00dz", que rompen las protecciones de copia y piratean programas pero que no se atreven a entrar en sistemas informáticos. Es difícil hacer una estimación de la población underground digital. Aumenta constantemente. La mayoría de los hackers empiezan de jóvenes, van y vienen y lo dejan a los 22 años - la edad de la graduación escolar. Y la mayoría de los hackers acceden a agrupaciones piratas, adoptan una postura, piratean software y quizás abusen de un código telefónico o dos pero nunca entran en la élite.

 

Algunos confidentes profesionales, que se ganan la vida comercializando contenidos sacados de la clandestinidad digital a terceros en empresas de seguridad, han estimado que la población hacker llega a los cincuenta mil. Esto parece bastante exagerado, a menos que se cuenten todos y cada uno de los adolescentes piratas de software y los inofensivos ladrones de cabinas de teléfono. Mi mejor aproximación son unas 5.000 personas. De estos, adivino que sólo unos cientos son la verdadera "élite" - intrusos informáticos activos preparados lo suficiente como para entrar en sofisticados sistemas y comprometer de verdad a los cuerpos de seguridad y la ley.

 

Otra especulación interesante es si este grupo crece o no. Los hackers jóvenes están convencidos de que los hackers existen por todos sitios y que pronto dominarán el universo cibernético. Los más viejos y listos, los de 24 y 25, están convencidos de que los días de gloria ya pasaron, que los polis controlan el underground y que los niños hoy día son tan estúpidos que sólo quieren jugar a la Nintendo.

 

Mi punto de vista es que la intromisión en sistemas informáticos como acto no lucrativo de exploración intelectual y maestría está decayendo poco a poco, al menos en los Estados Unidos; pero el fraude electrónico, especialmente la delincuencia en las telecomunicaciones, está creciendo a pasos agigantados.

 

Se pueden encontrar paralelismos al underground digital en los ambientes análogos de la droga. Había un tiempo, tampoco hace mucho, en que los bohemios compartían libremente sus porros en los conciertos y los pequeños traficantes de marihuana colocaban a la gente sólo por el placer de mantener una conversación sobre los Doors y Allen Ginsberg. Ahora se rechaza cada vez más a la droga, excepto en el arriesgado mundo criminal de las drogas altamente adictivas. Durante años de desencanto y hostigamiento policial, un lento movimiento ideológico underground ha renunciado al negocio del comercio con drogas para pasar a acciones más salvajes y criminales. No es un panorama muy alentador, pero la analogía es convincente.

 

¿A qué se parecen las BBSs underground? ¿Qué las distingue de las otras?

No es necesario discutirlo - los hackers suelen hablar acerca de temas relacionados con las BBSs, como hardware, software, sexo, ciencia ficción, noticias de actualidad, política, cine, cotilleos personales. Las BBSs underground se distinguen mejor por sus ficheros, (o "philes"), textos que muestran las técnicas y cultura underground. Estos son como valiosos depósitos de conocimiento prohibido. Algunos son anónimos, pero algunos llevan orgullosamente el sello del "hacker" que los creó y de su grupo, si lo tiene. Esta es una relación parcial de contenidos de ficheros extraídos de una BBS underground en algún lugar del corazón de América alrededor de 1991.

La mayoría de las descripciones hablan por ellas mismas.

 

5406 06-11-91 Hackear el Banco de America BANKAMER.ZIP

4481 06-11-91 Hackear Chilton CHHACK.ZIP

4118 06-11-91 Hackear Citibank CITIBANK.ZIP

3241 06-11-91 Hackear Mtc Credit Company CREDIMTC.ZIP

5159 06-11-91 Boletín Hacker DIGEST.ZIP

14031 06-11-91 Como Hackear HACK.ZIP

5073 06-11-91 Principios de Hacking HACKBAS.ZIP

42774 06-11-91 Diccionario Hacker HACKDICT.ZIP

57938 06-11-91 Información Hacker HACKER.ZIP

3148 06-11-91 Manual del Hacker HACKERME.ZIP

 

4814 06-11-91 Manual del Hacker HACKHAND.ZIP

48290 06-11-91 Tesis Hacker HACKTHES.ZIP

4696 06-11-91 Hackear Sistemas Vms HACKVMS.ZIP

3830 06-11-91 Hackear Macdonalds MCDON.ZIP

15525 06-11-91 Guía de Unix de Phortune 500 P500UNIX.ZIP

8411 06-11-91 Hacking por radio RADHACK.ZIP

4096 12-25-89 Como buscar en la basura TAOTRASH.DOC

5063 06-11-91 Hacking Técnico TECHHACK.ZIP

 

Estos ficheros son manuales hágalo-vd-mismo para entrar en ordenadores. Los que siguen son una pequeña selección de una biblioteca mucho mayor de técnicas hacking y phreaking e historia. Nos movemos ahora a un área diferente y quizás sorprendente.

 

+------------+     |  Anarquía   |      +------------+     

 

3641 06-11-91  Ficheros Anarquistas ANARC.ZIP     

63703 06-11-91 Libro del Anarquista ANARCHST.ZIP

 

2076 06-11-91  Anarquía en Casa ANARCHY.ZIP     

6982 06-11-91  Anarquía Nº 3 ANARCHY3.ZIP     

2361 06-11-91  Juguetes Anarquistas ANARCTOY.ZIP     

2877 06-11-91  Armas Anti-modem ANTIMODM.ZIP     

4494 06-11-91  Como hacer una bomba atómica ATOM.ZIP     

3982 06-11-91  Fórmula Barbitúrica BARBITUA.ZIP     

 

2810 06-11-91  Fórmula con Pólvora BLCKPWDR.ZIP     

3765 06-11-91  Como hacer Bombas BOMB.ZIP     

2036 06-11-91  Cosas que hacen Boom BOOM.ZIP     

1926 06-11-91  Bomba de Cloro CHLORINE.ZIP     

1500 06-11-91  Libro de Recetas Anarquistas COOKBOOK.ZIP     

3947 06-11-91  Material de Destrucción DESTROY.ZIP     

2576 06-11-91  Bomba de Polvo DUSTBOMB.ZIP     

3230 06-11-91  Terror Electrónico ELECTERR.ZIP     

2598 06-11-91  Explosivos 1 EXPLOS1.ZIP

 

18051 06-11-91 Más Explosivos EXPLOSIV.ZIP

 

4521 06-11-91  Robo EZSTEAL.ZIP

2240 06-11-91  Lanzallamas FLAME.ZIP

2533 06-11-91  Bomba Flash FLASHLT.ZIP

2906 06-11-91  Como ocultar un micrófono de FM FMBUG.ZIP

2139 06-11-91  Explosivos Caseros OMEEXPL.ZIP

3332 06-11-91  Como entrar en HOW2BRK.ZIP

2990 06-11-91  Carta Bomba LETTER.ZIP

2199 06-11-91  Como forzar candados LOCK.ZIP

3991 06-11-91  Cerraduras de Maletas MRSHIN.ZIP

3563 06-11-91  Napalm en Casa NAPALM.ZIP

 

3158 06-11-91  Diversión con Nitrogricelina NITRO.ZIP

2962 06-11-91  Información Paramilitar PARAMIL.ZIP

3398 06-11-91  Rompiendo Candados PICKING.ZIP

2137 06-11-91  Bomba con Tuberías PIPEBOMB.ZIP

3987 06-11-91  Fórmulas con Potasio POTASS.ZIP

11074 08-03-90 Más bromas para gastar a los idiotas PRANK.TXT    

4447 06-11-91  Tácticas de Venganza REVENGE.ZIP

2590 06-11-91  Diversión con Cohetes ROCKET.ZIP

3385 06-11-91  Como Hacer Contrabando SMUGGLE.ZIP

 

 

¡Dios Santo! ¡Esto está lleno de material sobre bombas!

¿Qué vamos a hacer con todo esto?

 

Primero hay que reconocer que difundir información sobre destrucción a los jóvenes es un acto deliberadamente antisocial.

 

Sin embargo no es ilegal.

 

Segundo, se debería reconocer que la mayoría de estos ficheros han sido escritos por adolescentes. La mayoría de los varones americanos que puedan recordar sus años de juventud se acordarán de como construir un lanzallamas en el garaje, aunque fuera difícil. Rellenar de pólvora un recipiente con una lámpara dentro para arrancarle el brazo al sub-director del colegio puede ser algo oscuramente bello de contemplar. Cometer tropelías con explosivos actualmente hará que se gane uno la atención del Comité Federal del Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.

 

Algunas personas, sin embargo, intentarán poner en marcha estos planes. Un atrevido adolescente americano podrá probablemente comprar o robar una pistola mucho más fácilmente que fabricar "napalm" en el fregadero de la cocina. No obstante, si la tentación se extiende antes de que algunos sucumban en el intento, una pequeña minoría lo intentará. Una gran cantidad dentro de esa pequeña minoría fallará o, lo más seguro, quedarán mutilados, ya que esos ficheros no han sido revisados para comprobar su exactitud, no son el resultado de la experiencia profesional y a menudo están llenos de cosas inventadas. De todas formas, la amenaza real de estos ficheros no ha de ser menospreciada.

 

Los hackers no van en "serio" cuando se trata de bombas; si lo fueran, oiríamos más sobre explosiones, bazokas caseros y profesores de gimnasia envenenados por cloro y potasio. Sin embargo, los hackers sí son serios cuando se habla de conocimientos prohibidos. Están poseídos no solamente por la curiosidad, sino por un positivo deseo de saber. El deseo de conocer lo que otros desconocen no es nuevo. Pero la intensidad de este deseo, tal como manifiestan estos jóvenes ciudadanos tecnófilos de la Era de la Información, es, de hecho, actual y representa un cambio básico en los valores sociales - un presagio de hacia donde se dirige el mundo, tal y como la sociedad basa más y más sus valores en la posesión, asimilación y comercialización de la información como una comodidad más de la vida diaria.

 

Siempre han existido jóvenes con interés obsesivo en estos temas. Nunca antes, sin embargo, han tenido la oportunidad de estar conectados de manera tan fácil y extensa y de propagar sus intereses con tanta impunidad a otros iguales a ellos. Los profesores de instituto reconocerán que siempre es uno dentro del conjunto, pero cuando ese uno escapa al control entrando en las líneas telefónicas y llegando todos a ser cientos en las BBSs, entonces el problema crece considerablemente. La urgencia de las autoridades para hacer algo, incluso algo drástico, es difícil de resistir. Y en 1990, la autoridad hizo algo. De hecho, la autoridad hizo de las suyas.

 

El proceso mediante el que una BBS engendra un hacker podría ser algo así: un chaval se interesa por los ordenadores – generalmente por sus juegos. Se entera por sus amigos de la existencia de “tableros de noticias” (BBS) donde se pueden obtener juegos gratis. (Muchos juegos de ordenador son de libre distribución, no están protegidos por las leyes de la propiedad intelectual; inventados simplemente por el placer de crearlos y donarlos al público, algunos de estos juegos son bastante buenos). El chaval convence a sus padres para que le compren un módem, o lo más probable, use el propio módem de los padres. Finalmente alcanza el mundo de los “tableros” o BBS. Los juegos de ordenador pueden ser muy caros, auténticas ruinas para un crío, pero los juegos pirateados y liberados de las protecciones contra el uso de copias no autorizadas son baratos o incluso gratis. También son ilegales pero es rarísimo y ni tan siquiera se escuchan noticias de persecución o captura de pequeñas redes de piratería. Una vez “crackeada” la protección anticopia, el programa, tratándose de un soporte digital, se convierte en infinitamente reproducible. Incluso los manuales e instrucciones que lo acompañan pueden incluirse como archivos de texto o ser fotocopiados de los originales. Por otro lado los usuarios de la BBS pueden aportar prácticos trucos o consejos en las tácticas a emplear en los juegos. Un joven provisto de un aporte infinito de juegos gratis ciertamente dará la espalda a los amigos sin módem. Además, los tableros ofrecen la ventaja del anonimato, nadie necesita saber que tienes catorce años, con un poco de práctica en el subterfugio puedes hablar a los mayores sobre temas de adultos ¡siendo aceptado y tomado en serio!. Puedes incluso hacerte pasar por alguien del sexo opuesto, o por un anciano o por quien quiera que puedas imaginar. Si encuentras este tipo de engaño gratificante existen amplias posibilidades de demostrar tu talento, aunque puedes agotar la oferta de entretenimiento de las BBS locales. En las BBS se mantienen listas de números de teléfono hacia otras BBS, algunas lejanas, tentadoras y exóticas. ¿Quién sabe dónde se encuentran, en Oregon, Alaska...? Es muy fácil descubrirlo y conectarse – simplemente ordenándoselo al módem a través de su software, tecleando igual que lo harías con un juego. La máquina reacciona velozmente y en pocos segundos estás hablando con un grupo de interesantes personas en otra BBS, al otro lado del océano. ¡Y mientras las facturas por esta simple acción continúan creciendo y tambaleándose! Simplemente por teclear con tus dedos puedes haber hundido a tus padres con cuatrocientos pavos en cargos por conferencias a larga distancia y que se queden en los huesos. Que poco justo parece esto. Puede ser horroroso haber hecho amigos en otro estado y ser privado de su compañía – y de sus programas – ¡sólo porque las compañías de teléfono cobran incomprensibles cantidades de dinero! Que doloroso estar restringido a las BBS de tu distrito – qué puñetas es un “distrito”, ¿qué lo hace tan especial? Unas cuantas quejas, protestas e inocentes preguntas de este tipo acaban a menudo obteniendo la respuesta empática de otro usuario de la BBS – alguien con ciertos códigos robados en mano. Tú dudas un momento, sabes que no está bien, después actualizas tu mente e intentas hacer funcionar los códigos - ¡y funcionan!. De repente haciendo algo que incluso tus padres no podrían hacer. Hace seis meses eras sólo un chico más, ¡Y ahora eres el “Crimson Flash” (conocido criminal)* del distrito 512! ¡Eres malo, eres el enemigo de la nación! Puede que te detengas y quedes satisfecho con unos simples códigos robados. Puede que decidas que después de todo las BBS no son tan interesantes, puede que no te guste el riesgo y puede que pienses que no está bien lo que haces, o... puede que no. El siguiente paso es desarrollar tu propio programa de llamadas capaz de generar tus códigos “robados” personales. (Esto terminó muriendo hace menos de cinco años, hoy en día es mucho más difícil, pero aún no es imposible). Y esos programas de llamadas no son complejos, algunos apenas exceden de las veinte líneas de código fuente. Ahora, tú también puedes intercambiar códigos. Puedes dar tus códigos y aprender a cambio nuevas técnicas. Si eres lo suficientemente avispado para pillarlas (las técnicas) y lo suficientemente obsesivo y atrevido para romper las reglas, entonces te harás mejor, más rápido. Comenzarás a desarrollar una fama. Ascenderás hacia BBS de mayor nivel, BBS donde se respira un ambiente perverso, el tipo de BBS que ni tus compañeros ni tu mismo imaginabais que existieran. Adoptas la jerga hacker y phreaker de la BBS. Lees un poco sobre esta gente – y... ¡hombre!, no habrías podido imaginar llegar a estar fuera de la ley sin ni tan siquiera salir del dormitorio. Sigues jugando a los juegos de computadora, pero ahora tienes un nuevo juego más grande. Uno que te otorgará un estatus diferente al que obtendrías por aniquilar ocho millones de marcianos. El “hacking” es percibido por los hackers como un juego. No es una concepción exclusivamente antisocial o irracional. Puedes ganar o perder con el hacking, lograr o fallar, pero nunca lo sientes “realmente”.

 

No se trata de que jovenzuelos imaginativos a veces tengan problemas en distinguir lo imaginario de la “vida real” ¡El ciberespacio no es real! Son reales objetos físicos como los arboles, los zapatos y los coches. El hacking tiene lugar en una pantalla. Las palabras no son físicas, los números (incluso los números de teléfono y de las tarjetas de crédito) no son materiales. Palos y piedras pueden romper mis huesos, pero los datos nunca me dañarán. La computadora simula la realidad, igual que los juegos de computadora simulan batallas de tanques, aviones o naves espaciales. Las simulaciones son simplemente creíbles, y el material del que están hechas las computadoras no es real.

 

Piensa en ello: si el “hacking” lo tomamos como algo serio, algo real y peligroso, ¿entonces cómo es que un niño de nueve años tiene un módem? No le darías a un niño de nueve años su propio coche, su propio rifle o su propia sierra mecánica – esas cosas son “reales”. La gente considerada como “subversiva” es perfectamente consciente y desaprueba el poder y peligrosidad que pretenden atribuirle al “juego” del hacking.

 

Se habla mucho en los entornos subversivos sobre las “cazas de hackers”. Anunciar estas “cazas” es una de las funciones prioritarias de las BBS pirata, pero no sólo las dan a conocer sino que promulgan una actitud hacia ellas basada en su particular idiosincrasia sobre la justicia. Los usuarios de estas BBS “subversivas” no se quejarán si algún colega es atrapado por destrozar sistemas, distribuir virus, o robar dinero mediante un fraude electrónico. Puede que muestren una sonrisa cómplice, pero nunca defenderán abiertamente estas actividades. Ahora bien, cuando un chico es multado con una suma, pongamos, de: 233.846,14 dólares, por ejemplo, porque él se coló en una computadora y copió algo en un disco que guarda en su casa, eso sí es considerado por los hackers como un signo insano por parte de los acusadores, un signo de que ellos han confundido el juego inmaterial de la computación con su aburrida y material, real, rutina de rico pez gordo de corporación. Es como si esas grandes compañías y sus peloteros abogados pensaran que el mundo de la computación, de la información; les perteneciera, ¡Fijándole un precio como si se tratara de cajas de jabón para la ropa! Pero poner precio a la información es como poner precio al aire o a los sueños.

 

Bien, cualquiera en una BBS pirata sabe lo que la información puede y debe ser, debe ser libre. Las BBS pirata son como pequeños mundos independientes en el ciberespacio, no pertenecen a nadie. Las BBS piratas no las ha traído El Corte Inglés [11] .

 

 Entrar en una BBS del “submundo” (conocido internacionalmente como underground) puede significar una experiencia de liberación, es entrar en un mundo donde, por una vez, el dinero no lo es todo y los adultos no tienen todas las respuestas.

 

Permitidme daros una viva muestra de otro manifiesto hacker. Aquí tenéis algunos extractos de “La Conciencia de un Hacker”, escrito por “El Mentor” (Volumen 1, Capítulo 7, tercer párrafo):

 

Hoy he hecho un descubrimiento. He encontrado una computadora. Esperad, esto es lo mejor. La computadora hacía lo que yo quería. Si cometía un error era porque yo me equivocaba. No porque yo no le gustara. (...) Y entonces ocurrió... una puerta se abrió al mundo, surcando la línea telefónica igual que la heroína surca las venas del adicto, el impulso eléctrico te envía a un refugio a salvo de las incompetencias del día a día... la BBS ha sido encontrada. Es... es a donde pertenezco. Conozco a todo el mundo aquí, incluso sin haberlos visto antes, sin haber hablado con ellos y puede que a algunos no vuelva a verlos jamás... Os conozco a todos... (...) Éste es nuestro mundo... el mundo del electrón y el conmutador, la belleza del baudio. Hacemos uso de un servicio ya existente sin pagar por lo que podría ser gratis si no estuviera en manos de unos glotones aprovechados, y tú nos llamas a nosotros criminales. Nosotros exploramos... y tú nos llamas criminales. Existimos sin color de piel, sin nacionalidad, sin inclinaciones religiosas... y tú nos llamas criminales. Tú que construyes bombas atómicas, tú que haces la guerra, tú asesino, nos engañas y mientes intentando hacernos creer que es por nuestro propio bien, sin embargo somos criminales. Si, soy un criminal. Mi crimen es la curiosidad. Mi crimen es juzgar a la gente por que lo que ellos dicen y piensan, no por como ellos aparentan ser exteriormente. Mi crimen es ser más inteligente que tú, algo por lo que nunca me perdonarás”.

 

Han habido BBSs pertenecientes al mundo underground casi desde el primer momento en el que hubo una BBS. Una de las primeras fue 8BBS, que se convirtió en la "fortaleza" de la elite phreak de la Costa Oeste. Desde que empezó a funcionar en marzo de 1980, fue el "hogar" de "Susan Thunder", "Tuc" y sobre todo de "The Condor". "The Condor" se ganó el dudoso honor de ser el phreak o hacker americano más vilipendiado de todos los tiempos. Diversas organizaciones del underground, hartas del insoportable comportamiento de Condor, acabaron denunciándole a la policía, que ya de por sí iba a por él debido a su fama de hacker furioso con todo y todos. El resultado es que Condor fue mantenido en una celda de aislamiento durante siete meses por temor a que iniciara la Tercera Guerra Mundial lanzando misiles nucleares a través del teléfono público de la prisión. (Habiendo cumplido su condena, Condor vive tranquilo; y así, no ha tenido lugar la Tercera Guerra Mundial).

 

El administrador de 8BBS era un ardiente entusiasta de la libertad de expresión que consideraba que cualquier intento de restringir las conversaciones de sus usuarios era inconstitucional e inmoral. Durante un tiempo, grupos de personas interesadas en la técnica entraban en 8BBS y salían convertidos en phreaks y hackers, hasta que en 1982 un agradecido "alumno" de 8BBS le regaló al administrador un módem que había sido comprado utilizando fraudulentamente una tarjeta de crédito. La policía aprovechó la oportunidad que se le ofrecía para cerrar la BBS y eliminar así lo que consideraba un incordio demasiado atrayente.

 

Plovernet era una potente BBS pirata de la Costa Este a la que se podía acceder en Nueva York y Florida. Propiedad del hacker adolescente "Quasi Moto", que además era el administrador, Plovernet atrajo a quinientos entusiastas usuarios en 1983. "Emmanuel Goldstein" fue durante un tiempo co-administrador de Plovernet, junto con "Lex Luthor", fundador del grupo "Legion of Doom". Plovernet se ganó el distinguido honor de ser el primer hogar de "Legion of Doom", un grupo del que el lector oirá hablar mucho en breve.

 

"Pirate-80", o "P-80", administrada por "Scan Man", entró en el juego en los primeros tiempos, funcionando desde Charleston, y permaneció durante años. P-80 creció tan asombrosamente que incluso sus usuarios más habituales se pusieron nerviosos, y algunos especularon maliciosamente con la posibilidad de que "Scan Man" tuviera alguna relación con el mundo de la seguridad en empresas, una acusación que él siempre negó rotundamente.

 

"414 Private" era el hogar del primer *grupo* que se buscó problemas, los adolescentes de "414 Gang", cuyas intrusiones en el Centro Sloan-Kettering del Cáncer y los ordenadores militares de Los Alamos asombraron a todos en 1982.

 

Aproximadamente por la misma época empezaron a crearse las primeras BBSs dedicadas al pirateo de software, negociando con juegos desprotegidos para el Atari 800 y el Commodore C64. Lógicamente, estas BBS eran muy frecuentadas por adolescentes. Y con el estreno en 1983 de la película de hackers Juegos de Guerra, la situación estalló. Parecía que todos los niños de América habían pedido un módem por Navidad y lo habían conseguido. Muchos de estos novatos acabaron mandando el módem al cuarto de los trastos después de unas pocas semanas, y la mayoría de los que siguieron usándolo fueron cautelosos y procuraron no adentrarse en terrenos peligrosos. Pero algunos otros, tenaces y con talento, consideraban al hacker de Juegos de Guerra un pardillo. No descansarían hasta que hubieran contactado con el underground - o, en caso de no conseguirlo, hasta haber creado el suyo propio.

 

A mediados de los ochenta, las BBSs de ambiente underground se expandieron como si fueran una versión digital de los hongos. ShadowSpan Elite. Sherwood Forest I, II y III. Digital Logic Data Service, de Florida, administrada por nada más y nada menos que por "Digital Logic"; Lex Luthor, de Legion of Doom, era un habitual de esta BBS, dado que estaba dentro del área de su prefijo telefónico. La BBS de Lex, "Legion of Doom", empezó a funcionar en 1984. Neon Knights administraban una red de BBBs de hackers especializados en Apple: Neon Knights Norte, Sur, Este y Oeste. Free World II era administrada por "Major Havoc". En el momento en que se publicó este libro, Lunatic Labs todavía estaba en funcionamiento. Dr. Ripco, de Chicago, una BBS anarquista con una larga y escandalosa historia, fue cerrada por agentes del Servicio Secreto en 1990 durante la Operación Sundevil, pero volvió a ser puesta en marcha al poco tiempo, con nuevos ordenadores y un vigor apenas menguado.

 

La situación en Saint Louis no podía compararse con la de los grandes centros del hacking de América, como Nueva York y Los Ángeles. Pero Saint Louis podían disfrutar de contar con "Knight Lightning" y con "Taran King", dos de los más destacados periodistas pertenecientes al underground. Las BBSs de Missouri, como Metal Shop, Metal Shop Private o Metal Shop Brewery, puede que no fueran las BBSs más importantes en términos de experiencia en actividades ilícitas. Pero se convirtieron en BBSs donde los hackers donde podían enterarse de cotilleos y hacerse una idea de qué demonios estaba ocurriendo a nivel nacional - e internacional. Las charlas de Metal Shop se convirtieron en archivos de noticias, que a su vez crearon una revista electrónica, Phrack, un título formado por la unión de las palabras "phreak" y "hack". Los editores de Phrack sentían una curiosidad por otros hackers tan obsesiva como la que sentían los hackers por las máquinas.

 

Phrack, al ser gratuita y ser una lectura entretenida, empezó a circular por el underground. A la vez que Knight Lightning y Taran King terminaron la secundaria y empezaron el bachillerato, Phrack empezó a aparecer en mainframes conectados a BITNET, y a través de BITNET a Internet, esa insegura pero muy potente red sin fines lucrativos donde máquinas de universidades, del Gobierno y de empresas intercambiaban datos a través del protocolo TCP/IP de UNIX. (El "Gusano de Internet" que apareció entre el 2 y el 3 de noviembre de 1998, creado por el licenciado por Cornell Robert Morris, iba a ser el escándalo por intrusión informática mayor y con más repercusión en los medios hasta aquella fecha. Morris declaró que su ingenioso programa "gusano" estaba diseñado para explorar Internet sin causar daños, pero que debido a errores en la programación, el Gusano empezó a copiarse a sí mismo sin control, y provocó la caída de unos seis mil servidores de Internet. Lo normal entre la élite del underground era un hacking en Internet a menos escala y menos ambicioso).

 

Por entonces, casi en cualquier BBSs underground se podía encontrar toda una serie de números de Phrack - y a veces, otras publicaciones habituales del underground menos conocidas: Legion of Doom Technical Journal, los obscenos y escándalos archivos de Cult of The Dead Cow, la revista P/HUN, Pirate, Syndicate Reports, y quizás Activist Times Incorporated, con un fuerte contenido de anarquismo político.

 

La mera presencia de Phrack en una BBS era ya considerada una evidencia indudable de malas intenciones. Phrack estaba al parecer en todas partes, ayudando, alentando y difundiendo el ideal underground. Y esto no escapó a la atención de las agencias de seguridad de las empresas ni a la de la policía.

 

Entramos así en el delicado asunto de la policía y las BBSs. La policía es la dueña de varias BBSs. En 1989, había BBSs financiadas por la policía en California, Colorado, Florida, Georgia, Idaho, Michigan, Missouri, Texas y Virginia: BBSs como por ejemplo "Crime Bytes", "Crimestoppers", "All Points" y "Bullet-N-Board". Varios agentes de policía entusiastas de la informática, administraban sus propias BBSs en Arizona, California, Colorado, Connecticut, Florida, Missouri, Maryland, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Tennessee y Texas. Estas BBSs de la policía han sido con frecuencia útiles en la relación con la comunidad. Algunas veces se ha informado de delitos en estas BBSs.

 

Otras veces se han cometido delitos en BBSs de la policía. Esto a veces ha ocurrido por accidente, como por ejemplo cuando hackers despistados han entrado en BBSs de la policía y despreocupadamente han empezado a ofrecer códigos telefónicos. Sin embargo, es más frecuente que estos delitos ocurran en las denominadas "sting boards" [12] . En 1985 se crearon las primeras BBSs trampa de la policía: "Underground Tunnel", en Austin, Texas, cuyo administrador, el sargento Robert Ansley, se hacía llamar "Pluto" - "The Phone Company", en Phoenix, Arizona, administrada por Ken MacLeod, de la oficina del Sheriff del Condado de Maricopa - y la BBS del sargento Dan Pasquale, en Fremont, California. Los administradores se hacían pasar por hackers, y rápidamente se ganaban la confianza de los usuarios, que enviaban códigos y software pirateado despreocupadamente.

 

Las BBSs trampa, al igual que el resto de BBSs, tienen un mantenimiento barato, muy barato para lo que suelen ser las operaciones policiales encubiertas. Una vez aceptados por el underground local, será muy normal que se invite a los administradores a entrar en otras BBSs piratas, donde podrán elaborar más informes. Y cuando se descubre la trampa y se detiene a los principales delincuentes, la publicidad conseguida es generalmente gratificante. La paranoia en el underground producto de estas operaciones - que quizás sea mejor descrita como "efecto disuasorio" - tiende a hacer disminuir localmente el número de delitos durante un tiempo.

 

Obviamente, la policía no tiene por qué descubrir el pastel siempre y capturar a los hackers. Al contrario, las cosas pueden seguir sin que se descubra la verdad. Pueden coger a algunos e interrogarlos. Algunos pueden convertirse en útiles informadores. Pueden guiar a la policía hacia BBSs piratas de todo el país.

 

Y las BBSs de todo el país estaban repletas de las "huellas" de Phrack, y del grupo underground que mostraba una actividad más flagrante, "Legion of Doom".

 

El nombre "Legion of Doom" (Legión del Mal) venía de los tebeos. La Legión del Mal, una conspiración de super-villanos dirigida por la ultra-mente criminal, Lex Luthor, causó a Superman una gran cantidad de problemas pintados a cuatro colores durante décadas. Por supuesto, Superman, ese modelo de Verdad, Justicia, y la "American Way", siempre venció en esta larga lucha. Esto no le importaba a los hackers del grupo - no habían escogido el nombre "Legion of Doom" como una referencia a la maldad, no estaba pensado para ser tomado en serio. "Legion of Doom" era un nombre que venía de los tebeos, y se suponía que era divertido.

 

"Legion of Doom" era de todas maneras un nombre muy espectacular. Sonaba bien. Otros grupos, como "Farmers of Doom", muy cercanos a Legion of Doom, reconocieron lo grandilocuente del nombre, e hicieron un chiste con él. Existió incluso un grupo de hackers llamado "Justice League of America", por el nombre del club de superhéroes dirigido por Superman.

 

Pero duraron poco tiempo; sin embargó, Legion sobrevivió.

 

El grupo original, procedente de la BBS Plovernet, de Quasi Moto, eran phone phreaks. No eran muy aficionados a los ordenadores. El propio "Lex Luthor" (que era menor de dieciocho años cuando fundó Legion) era un experto en COSMOS, siglas en inglés de "Sistema Central para el Manejo de Mainframes", una red de ordenadores interna de las compañías de telecomunicaciones. Lex adquirió una gran habilidad en introducirse en mainframes de IBM, pero aunque todos querían a Lex y le admiraban, no era considerado un verdadero intruso informático. Y tampoco era la "cabeza pensante" de Legion of Doom - nunca hubo en el grupo un liderazgo formal. Como habitual usuario de Plovernet y administrador de "Legion of Doom BBS", Lex era el animador y el oficial de reclutamiento de Legion.

 

Legion of Doom fue creado sobre los restos de un grupo de phreaks anterior, The Knights of Shadow. Más adelante, Legion of Doom recibió la incorporación del grupo de hackers "Tribunal of Knowledge". Había gente entrando y saliendo de Legion constantemente; los grupos se separaban y se formaban nuevos.

 

Al poco de formarse, los phreaks de Legion of Doom se hicieron amigos de unos pocos aficionados a la intrusión informática, que formaron el grupo asociado "Legion of Hackers". Entonces, los dos grupos se fusionaron y formaron "Legion of Doom/Hackers", o "LoD/H". Cuando el ala hacker original, "Compu-Phreak" y "Phucked Agent 04", encontraron otras maneras de llenar su tiempo, la "/H" extra fue lentamente desapareciendo del nombre; pero por entonces, el ala phreak, Lex Luthor, "Blue Archer" [13] , "Gary Seven" [14] , "Kerrang Khan", "Master of Impact" [15] , "Silver SPy" [16] , "The Marauder" [17] , y "The Videosmith" [18] , habían alcanzado un grado de experiencia en intrusión informática muy alto y se habían convertido en una fuerza a tener en cuenta.

 

Los miembros de LoD parecían comprender casi instintivamente que la manera de conseguir un poder real en el underground era la publicidad encubierta. LoD era un grupo descarado. No sólo fue uno de los primeros grupos, sino que sus miembros dedicaron mucho tiempo a distribuir por todas partes sus conocimientos ilícitos. Algunos miembros de LoD, como "The Mentor", incluso lo consideraban una misión divina. La publicación Legion of Doom Technical Journal empezó a aparecer en BBSs de todo el underground.

 

LoD Technical Journal fue llamado así como una cruel parodia de la vieja y honorable revista AT&T Technical Journal. El contenido de ambas publicaciones era muy similar - buena parte de él procedente de revistas de distribución pública y de discusiones de la comunidad de ingenieros de telecomunicaciones. Y el estilo de LoD hacía que incluso la información más inocua pareciera siniestra; un escándalo; y peligro claro y real.

 

Para ver por qué ocurría esto, veamos los siguientes párrafos imaginarios como experimento.

 

(A) "W. Fred Brown, Vicepresidente de Desarrollo Técnico Avanzado de AT&T, habló el 8 de mayo ante una audiencia en Washington de la Administración Nacional para las Telecomunicaciones y la Información (NTIA) sobre el proyecto GARDEN de Bellcore. GARDEN (Red Electrónica Distribuida Remota Automática y Generalizada) es una herramienta de programación de centrales de conmutación que hace posible desarrollar nuevos servicios de telecomunicaciones, incluyendo espera y transferencia de mensajes configurable, desde cualquier terminal con teclado, en segundos. El prototipo de GARDEN combina líneas centrex con un minicomputador utilizando el sistema operativo UNIX".

 

(B) "Flash urgente de los informes de los Gangsters de las Líneas Centrex: ¡D00dz [19] , no os vais a creer lo que se acaban de inventar los de esta mierda de GARDEN de Bellcore! Ahora ni siquiera necesitas un asqueroso Commodore para reprogramar un enlace de conmutación - basta con hacer login en GARDEN como técnico, ¡y puedes reprogramarlo con el teclado de cualquier teléfono público! Puedes asignarte a ti mismo servicios de espera y transferencia de mensajes configurable, y lo mejor de todo, todo esto funciona en las (claramente inseguras) líneas centrex usando -atención a esto- ¡UNIX normal y corriente! ¡Ja, ja ja!

 

El mensaje (A), expresado con el típico lenguaje tecno-burocrático, da la impresión de ser aburrido y casi ilegible. El mensaje (B), por otro lado, es algo terrible, una clara evidencia de conspiración, decididamente cualquier cosa menos lo que debería leer tu hijo adolescente.

 

La información, sin embargo, es la misma. Es información pública, presentada ante el gobierno federal en una audiencia pública. No es un "secreto". No es "propiedad" de nadie. Ni siquiera es "confidencial". Al contrario, el desarrollo de sistemas avanzados de software es un asunto al que Bellcore le gusta dar publicidad.

 

Sin embargo, cuando Bellcore anuncia públicamente un proyecto de este tipo, espera una determinada actitud del público - algo del estilo de ooooh, sois grandes, seguid trabajando así, sea lo que sea esto de lo que habláis - y no parodias de sus textos, burlas sobre su trabajo y especulaciones sobre posibles agujeros de seguridad.

 

Ahora, póngase en el lugar de un policía que tiene que enfrentarse a un padre airado, o a un ingeniero de telecomunicaciones, que tiene una copia de la versión (B). Este ciudadano honrado ha descubierto horrorizado que una BBS local contiene textos escandalosos como (B), y que su hijo los estudia con un profundo y obsesivo interés. Si (B) fuera impreso en un libro o en una revista, usted, como agente de la ley americano, sabría que supondría una gran cantidad de problemas intentar hacer algo contra esto; pero no hace falta ser un genio para darse cuenta de que si en su zona hay un ordenador que alberga material como el de (B), va a haber problemas.

 

De hecho, si se dedica a preguntar a su alrededor, cualquier policía que sepa de ordenadores le dirá claramente que las BBSs con información del estilo de (B) son la fuente de problemas. Y la peor fuente de problemas en las BBSs son los cabecillas que elaboran y difunden cosas como (B). Si no fuera por esa gente, no habría ningún problema.

 

Y Legion of Doom estaba en más BBSs que nadie. Plovernet. Legion of Doom Board. Farmers of Doom Board. Metal Shop. OSUNY. Blottoland. Private Sector. Atlantis. Digital Logic. Hell Phrozen Over.

 

Los miembros de LoD también tenían sus propias BBSs. "Silver Spy" montó su propia BBS, "Catch-22", considerada una de las más fuertes. Lo mismo hizo "Mentor", con su "Phoenix Project". Y si no se encargaban de una BBS, se presentaban en las BBSs de otra gente para alardear y presumir. Y allí a donde no iban en persona, iban sus archivos, repletos de maligna información, y de un carácter aún más maligno.

 

Ya en 1986 la policía tenía la vaga impresión de que toda la gente que pertenecía al underground era de Legion of Doom. LoD nunca fue tan grande -incluso era un grupo mucho más pequeño que por ejemplo, "Metal Communications" o "The Administration"- pero LoD aparecía constantemente en la prensa. Especialmente en Phrack, que a veces parecía una revista de fans de LoD; y Phrack estaba en todas partes, especialmente en las oficinas de los especialistas en seguridad en telecomunicaciones. Era imposible que si la policía te cogía por ser un phone phreak, un hacker, o incluso por ser un simple "repartecódigos" o dedicarte al warez, no te preguntaran si eras de LoD.

 

Era una acusación difícil de negar, dado que LoD nunca distribuyó carnets ni certificados de afiliación. Si lo hubieran hecho, en poco tiempo habrían dejado de servir para algo, dado que los miembros del grupo cambiaban constantemente. LoD, más que una banda callejera dedicada a la alta tecnología, era una forma de vida. LoD era la Banda que se Negaba a Morir. Hacia 1990, LoD había cumplido ya diez años, y a la policía le resultaba incomprensible que el grupo estuviera formado constantemente por gente de dieciséis años. Todos estos adolescentes que estaban poco tiempo en el grupo seguían fielmente el lema hacker de "simple curiosidad, sin intenciones criminales". En algún lugar en el centro de esta conspiración tenía que haber varias mentes pensantes adultas y serias, no esta riada al parecer inacabable de chicos de raza blanca miopes y residentes en barrios de la periferia.

 

No se ponía en duda que prácticamente casi todos los hackers americanos arrestados tenían que "conocer" a los de LoD. Sabían los apodos de los redactores del LoD Technical Journal, y lo más probable es que hubieran adquirido sus conocimientos a través de las BBSs y las actividades de LoD. Pero la verdad es que nunca llegaban a conocer personalmente a nadie de LoD. Incluso algunos de los que real y formalmente estaban "en LoD" conocían al resto simplemente a través de los mensajes de la BBS y de los seudónimos. Se trataba de un perfil muy poco convencional para una conspiración criminal. Las redes de ordenadores, y la rápida evolución del underground digital, hacían que la situación fuera confusa y estuviera poco definida.

 

Más aún, tener una gran reputación en el underground digital no coincidía con la voluntad de cometer un delito. La reputación se basaba en la inteligencia y la habilidad técnica. Como resultado, con frecuencia daba la impresión de que cuanto más hábiles eran los hackers, menos probabilidades había de que fueran a cometer cualquier clase de delito común y fácil de llevar a juicio. Algunos hackers podían realmente robar. Y algunos hackers podían realmente practicar hacking. Pero los dos grupos no parecían solaparse mucho, si es que realmente se solapaban. Por ejemplo, la mayoría de la gente del underground consideraba a "Emmanuel Goldstein", de 2600, una especie de semidiós hacker. Pero las publicaciones de Goldstein eran absolutamente legales - Goldstein simplemente imprimía información poco fiable y habla de política, pero no practicaba hacking. Cuando hablabas con él en persona, Goldstein se pasaba la mitad del tiempo quejándose de que la seguridad informática ¡no era lo suficientemente fuerte y de que debía ser mejorada!

 

Los verdaderos hackers, aquellos que poseían una gran habilidad técnica y se habían ganado el respeto del underground, nunca robaban dinero o usaban fraudulentamente tarjetas de crédito. Algunas veces podían hacer un uso ilícito de códigos telefónicos - pero con frecuencia, parece ser que conseguían todo el uso gratuito de teléfono que querían sin dejar ninguna huella.

 

Los mejores hackers, los más poderosos y con mayores conocimientos, no eran profesionales del fraude. Entraban ilegalmente en ordenadores con frecuencia, pero no tocaban ni estropeaban nada. Ni siquiera robaban equipos informáticos - la mayoría tenían trabajos en los que estaban en contacto con hardware, así que podían conseguir de segunda mano por poco dinero todo el equipo que necesitaran. Los auténticos hackers, a diferencia de los novatos adolescentes, no eran unos snobs en el asunto del hardware. Sus máquinas, en lugar de ser caras o espectaculares, solían ser cacharros de segunda mano con todo tipo de añadidos y cubiertos por multitud de cables y chips de memoria. Algunos de ellos eran adultos que trabajaban diseñando software o como analistas, y que se ganaban la vida sobradamente con ello. Algunos de ellos incluso trabajaban para la compañía telefónica - y para estos últimos, los "hackers" que estaban bajo las faldas de Mamá Bell, no iba a haber piedad en 1990.

 

Durante mucho tiempo ha sido un artículo de fe en el underground que a los "mejores" hackers nunca se les coge. Supuestamente son muy listos. Nunca les cogen porque nunca presumen ni hacen alarde de sus habilidades. Estos semidioses puede que lean información de BBSs del underground (con una sonrisa condescendiente), pero nunca dicen nada allí. Los "mejores" hackers, según la leyenda, son profesionales de la informática adultos, como por ejemplo administradores de sistemas de mainframes, que conocen de sobra las entradas y salidas de su sector de seguridad particular. Ni siquiera el "mejor" hacker puede entrar en cualquier ordenador aleatoriamente: el conocimiento de agujeros de seguridad es algo demasiado especializado, variando distintamente de un software a otro y de un hardware a otro. Pero si hay gente que trabaja manteniendo, por ejemplo, un mainframe con UNIX o una máquina VAX/VMS, tienden a aprender sobre seguridad en su ambiente. Armados con este conocimiento, pueden echarle un vistazo a los UNIX o VMS del resto de la gente sin muchas dificultades si quieren. Y, de acuerdo con la leyenda hacker, por supuesto, quieren hacerlo, así que lo hacen. Simplemente no presumen de lo que han hecho. Y así, nadie logra averiguarlo.

 

También es un artículo de fe en el underground que los profesionales de las telecomunicaciones se dedican al phreaking como locos. Por supuesto pinchan las llamadas telefónicas de Madonna - Quiero decir, ¿no lo haría usted en su lugar? Por supuesto, hacen llamadas de larga distancia gratis - ¡por qué demonios deberían pagar ellos si son los que se encargan de todo el tinglado!

 

En tercer lugar, durante mucho tiempo ha sido un artículo de fe en el underground que un hacker que sea cogido puede librarse de una pena dura si confiesa cómo lo hizo. Parece que los hackers creen que las agencias gubernamentales y las grandes compañías vagan por el ciberespacio dejándose llevar, como peces ciegos o medusas. Creen que estas grandes pero patéticamente estúpidas organizaciones les estarán muy agradecidas por su labor, y que quizás incluso les darán un puesto de trabajo en seguridad con una buen sueldo, si les revelan el genio superior de su modus operandi.

 

En el caso del miembro veterano de LoD "Control-C", esto es realmente lo que sucedió más o menos. Control-C había hecho que Michigan Bell iniciara su persecución, y cuando le cogieron en 1987, resultó ser un brillante y aparentemente inofensivo joven fascinado por los teléfonos. No había la más mínima posibilidad de que Control-C pagara las enormes sumas en servicio de larga distancia que le debía a Michigan Bell. Podría haber sido acusado por fraude o por acceso ilegal a un ordenador, pero parecía haber poca base en esto- no había dañado físicamente ningún ordenador. Se había declarado culpable, y habría recibido el tirón de orejas correspondiente, pero llevar el caso adelante habría sido un enorme lío para Michigan Bell. Pero incorporándole a la plantilla, al menos mantendría fuera del sistema de Michigan Bell a sus compañeros.

 

Realmente era útil. Por ejemplo, se mostró a un arrepentido Control-C en los carteles de Michigan Bell que se ponían en las oficinas de la empresa, carteles en los que advertía a los empleados que rompieran los papeles que tiraran a la basura. Siempre consiguió la mejor información a través del "basureo" ("trashing") - buscando en los contenedores de la compañía datos útiles tirados a la basura sin precaución. Incluso firmaba estos carteles. Control-C se había convertido en una especie de mascota de Michigan Bell. Y de hecho, Control-C mantenía a raya a otros hackers. Los hackers pequeños temían a Control-C y a sus amigos de Legion of Doom. Y los grandes hackers eran sus amigos y nunca harían nada que le pusiera en una situación peor.

 

No importa lo que uno pueda decir de LoD, siempre hacían piña. Cuando "Wasp", un hacker de New York con, al parecer, verdaderas malas intenciones empezó a reventar máquinas de Bellcore, Control-C recibió la rápida ayuda de "the Mentor" y del ala de Georgia de LoD, formada por "The Prophet", "Urvile" y "Leftist". Utilizando la BBS de Mentor Phoenix Project para coordinarse, los de LoD ayudaron a los de seguridad de la compañía a capturar a Wasp, conduciéndole hacia una máquina que tenía instalada un localizador. Wasp perdió. ¡LoD ganó! Y cómo presumieron de ello.

 

Urvile, Prophet y Leftist estaban altamente preparados para esta tarea, probablemente incluso más que el hábil Control-C. Los chicos de Georgia sabían todo sobre las centrales telefónicas de conmutación. Aunque eran relativamente nuevos en Legion of Doom, eran considerados como algunos de los miembros más capacitados del grupo. Tenían la suerte de vivir en el área de Atlanta o cerca de ésta. Y Atlanta era la sede de la adormilada y aparentemente tolerante RBOC Bellsouth.

 

Según el nivel de seguridad de las otras RBOCs, Bellsouth estaba en el nivel "pan comido". Los de US West (que abarca Arizona, las Montañas Rocosas y el Pacífico Noroeste) eran duros y agresivos, posiblemente la RBOC más dura de todas. Los de Pacific Bell, de California, eran cuidadosos, poseían alta tecnología, y eran unos veteranos de las guerras con los phreaks de Los Ángeles. NYNEX tenía la desgracia de encargarse del área de Nueva York, así que estaban preparados para casi cualquier cosa. Incluso Michigan Bell, una división de la RBOC Ameritech, tuvo al menos el conocimiento suficiente para contratar a su propio hacker como un espantapájaros de lo más útil. Pero lo del Bellsouth, aunque su presidente proclamara que tenían "Todo lo que Usted Espera de un Líder", era patético.

 

Cuando los rumores sobre los grandes conocimientos que poseía LoD sobre la red de conmutación de Georgia llegaron a oídos de Bellsouth a través de Bellcore y de expertos en seguridad, al principio se negaron a creerlo. Si prestabas atención a todos los rumores que circulaban sobre esos chicos hackers, empezarías a oír todo tipo de tonterías conspiratorias: que la NSA vigilaba todas las llamadas telefónicas de América, que la CIA y la DEA controlaban el tráfico de información en las BBSs con programas de análisis de palabras, que Condor podría provocar la Tercera Guerra Mundial desde una cabina...

 

Si había hackers en las centrales de conmutación de Bellsouth, entonces, ¿cómo es que no había ocurrido nada? Nadie había sido herido. Las máquinas de Bellsouth no estaban cayendo. Bellsouth no estaba sufriendo robos de llamadas fuera de lo normal. Los clientes de Bellsouth no se quejaban. Bellsouth tenía su sede en Atlanta, una metrópolis ambiciosa de la nueva Sunbelt, de alta tecnología; y Bellsouth estaba actualizando su red a pasos agigantados, haciendo avanzar el trabajo por todos lados. Difícilmente se les podría haber considerado torpes o ingenuos. La experiencia técnica de Bellsouth era de primera.

 

Pero entonces ocurrió lo de Florida.

 

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El 13 de Junio de 1989, aquellos que llamaban al Departamento de Libertad Condicional de Palm Beach, se encontraron envueltos en una interesante conversación con una empleada de una línea de teléfono erótico llamada "Tina" en el estado de Nueva York. De alguna forma, cualquier llamada a esta oficina de libertad condicional cercana a Miami era instantánea- y mágicamente transportada sobre las líneas estatales, sin cargo adicional para el cliente, a una hotline pornográfica de teléfono erótico a cientos de millas de distancia.

 

Esta broma pesada puede parecer de lo más divertida en un primer momento, y ciertamente hubo gran cantidad de risas ahogadas en los círculos de "phone phreakers", incluido el ejemplar de Otoño de 1989 de 2600. Pero para Southern Bell (la division del Bellsouth RBOC "Compañía Regional Operadora de Bell" ofreciendo servicio local a Florida, Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur), era una evidencia clara de peligro. Por primera vez, un intruso informático había entrado en la estación de conmutación de la oficina central de BellSouth, ¡y la había reprogramado!

 

O eso pensó BellSouth en Junio de 1989. En realidad, miembros de "Legion of Doom" habían estado enredando inofensivamente en los conmutadores de BellSouth desde Septiembre de 1987. La proeza del 13de Junio - redireccionar un numero mediante la manipulación de una estación de conmutación - fue un juego de niños para hackers tan comprometidos como el ala de Georgia de la "Legion of Doom".

 

Conmutar llamadas entre estados suena a algo grande, pero tan solo fueron necesarias cuatro líneas de código para llevarlo a cabo. Un sencillo truco, aunque más discreto, sería redireccionar otro numero a tu propia casa. Si fueses cuidadoso y considerado, y cambiases el software posteriormente, ni un alma se enteraría.

 

Con excepción de ti. Y aquellos ante los que te jactaras.

 

  Como en el caso de BellSouth, aquello que no sepan, no les hará daño. Excepto que esta vez alguien había sacado todo a la luz, y BellSouth lo sabía. En aquel caluroso verano de 1989, BellSouth, ahora alerta y considerablemente paranoica, empezó a revisar conmutadores de cabo a rabo en busca de irregularidades. No menos de cuarenta y dos empleados fueron asignados en turnos de doce horas, veinticuatro horas al día, durante dos meses completos, examinando registros y monitorizando ordenadores en búsqueda de cualquier signo de acceso sospechoso. Estos cuarenta y dos expertos sobrecargados de trabajo eran conocidos como el "Grupo Especial contra accesos informáticos ilegales" ("Intrusion Task Force") de BellSourth.

 

Lo que los investigadores encontraron les asombró. Bases de datos propietarias de compañías de telecomunicaciones habían sido manipuladas: números de teléfono habían sido creados de la nada, sin nombres de usuario o direcciones. Y quizá lo peor de todo, sin cobros ni registros de uso.

La nueva utilidad digital de diagnóstico ReMOB (Observación Remota), había sido extensivamente modificada - los hackers habían aprendido a reprogramar el software ReMOB, ¡de forma que podían escuchar cualquier llamada conmutada a placer! Estaban usando propiedad de compañías telefónicas para espiar!

 

Las electrizantes noticias se propagaron por todo el imperio de las fuerzas de seguridad en 1989. Nunca se le había ocurrido realmente a nadie de BellSouth que sus nuevas estaciones de conmutación digital, de primera clase, pudiesen ser reprogramadas. Por supuesto, estas estaciones de conmutación eran "ordenadores," y todos sabían que a los hackers les gusta acceder ilegalmente a ordenadores: pero los ordenadores de la gente de telecomunicaciones eran diferentes de aquellos de la gente normal.

 

La razón exacta de ser "diferentes" era bastante indefinida.

 

Ciertamente no era el alcance de su seguridad. La seguridad en esos ordenadores de BellSouth era desastrosa; los ordenadores AIMSX, por ejemplo, ni siquiera tenían contraseñas. Pero no había duda de que BellSouth estaba profundamente convencida de que sus ordenadores eran realmente muy diferentes. Y si había criminales ahí fuera que no habían cogido el mensaje, BellSouth estaba determinada a asegurarse de que el mensaje fuera aprendido.

 

Después de todo, una estación de conmutación 5ESS no era un mero sistema de contabilidad para una cadena local de floristerías. El servicio público dependía de esas estaciones. La seguridad pública dependía de esas estaciones.

 

Cualquier hacker, ocultamente redireccionando llamadas o "ReMOBeando" (ReMobbing), podría espiar a cualquiera en el arrea local! Podrían espiar a los funcionarios de telecomunicaciones Podrían espiar las estaciones de policía. Podrían espiar las oficinas locales del Servicio Secreto...

 

En 1989, policías electrónicos y rastreadores de hackers comenzaron a usar secráfonos (teléfonos cifrados analógicamente) y líneas seguras. Era simplemente sensato. No se podía saber quien se había infiltrado en esos sistemas. Fuese quien fuese, causaba pavor.

 

Aquel era un nuevo nivel de atrevimiento antisocial. Podrían ser hackers de la Alemania del Oeste a sueldo de la KGB. Aquello también había parecido una teoría extravagante y exagerada, hasta que Clifford Stoll había aguijoneado y removido la perezosa burocracia de imposición de la ley en Washington para investigar un acceso ilegal informático que resultó ser exactamente eso - ¡hackers, a sueldo de la KGB! Stoll, el administrador de sistemas de un laboratorio de Internet en Berkeley, California, acabó en la primera página del New York Times, proclamado héroe nacional en la primera historia real de espionaje informático internacional. Los esfuerzos de contraespionaje de Stoll, los cuales relata en su libro, éxito de ventas, The Cuckoo's Egg (El huevo del cuco), en 1989, habían restablecido la credibilidad de "hacking" como una posible amenaza a la seguridad nacional. El Servicio Secreto de los Estados Unidos no pierde el tiempo en tonterías cuando sospecha una posible acción de un aparato de inteligencia extranjero. Los secráfonos y líneas seguras del Servicio Secreto supusieron un serio freno para la capacidad del sistema para el cumplimiento de la ley para operar libremente; para distribuir información, cooperar, evitar malentendidos. Pese a ello, 1989 difícilmente parecía el momento para medias-soluciones. Si la policía y el Servicio Secreto no eran operacionalmente seguros, entonces como podrían razonablemente pedir medidas de seguridad a empresas privadas? Al menos, la inconveniencia hizo a la gente consciente de la seriedad de la amenaza.

 

Si era necesario un nuevo estimulo para poner a la policía en movimiento, este fue el descubrimiento de que el sistema 911 de emergencia era vulnerable. El sistema 911 tiene su propio software especializado, pero se ejecuta sobre los mismos sistemas digitales de conmutación que el resto de la red telefónica. El 911 no es físicamente diferente de la telefonía normal. Pero, ciertamente, es culturalmente diferente, porque este es el área del ciberespacio telefónico reservado para la policía y los servicios de emergencia.

 

El policía medio puede no saber mucho sobre hackers y "phone-phreaks". La gente de los ordenadores es extraña; incluso los policías informáticos son extraños; lo que hacen es difícil de entender. Pero una amenaza al sistema 911 no es en absoluto una amenaza abstracta. Si el sistema 911 se cae, gente puede morir.

 

Imagina estar en un accidente de tráfico, tambalearte hasta la cabina de teléfono, marcar 911, ¡y oír a "Tina" descolgando el teléfono de la línea erótica en algún lugar de Nueva York! De alguna forma, la situación deja de resultar divertida.

 

Y era posible algo así? Sin duda. Los hackers habían atacado sistemas 911 anteriormente. "Phreaks" pueden saturar sistemas 911 simplemente dirigiendo un puñado de módems a ellos simultáneamente, marcando sus números una y otra vez hasta que se atasquen. Es algo bastante bruto y poco sofisticado, pero aun así un asunto serio.

 

Había llegado el momento de actuar. Era tiempo de tomar medidas severas contra el "underground". Era tiempo de recomenzar, atar los cabos sueltos, abandonar las falsas posturas de superioridad, era tiempo de ponerse en marcha y empezar a trabajar coordinadamente y con seriedad. Los hackers no eran "invisibles". Ellos pensaban que lo eran, pero lo cierto era que simplemente habían sido tolerados demasiado tiempo.

 

Bajo continuada atención policial durante el verano del 89, el "underground" digital comenzó a ser desentrañado como nunca anteriormente.

 

El primer gran golpe en el caso llegó bastante pronto: en julio de 1989, el mes siguiente. El autor del incidente de "Tina" fue detenido, y confesó. Su nombre era "Fry Guy" [20] un joven de 16 años en Indiana. Fry Guy había sido un joven muy perverso.

 

Fry Guy había ganado su mote a través de una proeza relacionada con las patatas fritas. Fry Guy había robado la clave de acceso de un gerente de un MacDonald's local y se había introducido en el ordenador central de MacDonald's en el sistema Sprint Telenet. Actuando como gerente, Fry Guy había alterado los registros de MacDonald's y había dado a varios adolescentes amigos suyos, empleados friendo hamburguesas, generosos aumentos. No fue cogido.

 

Envalentonado por el éxito, Fry Guy pasó al abuso de tarjetas de crédito. Fry Guy era un orador bastante efectivo; con talento para la "ingeniería social". Si se es bueno en "ingeniería social" - charla fácil, engaños, hacerse pasar por otro, persuadiendo - entonces el abuso de tarjetas de crédito resulta fácil. (No ser cogido a la larga es otra cosa). Fry Guy había conocido a "Urville" de la "Legion of Doom" en el foro de conversación ALTOS en Bonn, Alemania. ALTOS era un foro de conversación sofisticado, accesible a través de redes de ordenadores de extensión mundial como BITnet, Tymnet y Telenet. ALTOS era muy frecuentado por miembros del "Chaos Computer Club" alemán. Dos hackers del "Chaos" que participaban en ALTOS, "Jaeger" y "Pengo," habían sido villanos principales del caso CUCKOS'S EGG de Clifford Stoll: conchabados en Berlín del Este con un espía experto de la KGB, y que, a sueldo de esta, accedieron ilegalmente a ordenadores americanos, a través de Internet.

 

Cuando miembros de la "Legion of Doom" [LoD] leyeron la historia del pillaje de Jaeger en el libro de Stoll, no quedaron especialmente impresionados técnicamente hablando. En el foro favorito de la LoD en aquel momento, "Black Ice," (Hielo Negro) miembros de la LoD se jactaron de que ellos podrían haber realizado todos los ataques del "Chaos" en una única semana! De cualquier forma, la LoD quedó impresionada, aunque de mala gana, por la reputación de "Chaos", el puro atrevimiento de hackers anarquistas y fumadores de hachís que se habían codeado con los temibles chicos importantes del espionaje comunista internacional. Miembros de la "Legion of Doom" de vez en cuando intercambiaban información con hackers alemanes amistosos en ALTOS - números de teléfono de ordenadores VAX/VMS vulnerables en Georgia, por ejemplo. Phone phreaks daneses y británicos, y la camarilla australiana "Phoenix," "Nom," y "Electron", también eran habituales de ALTOS. En círculos underground moverse por ALTOS era considerado signo de pertenecer a la élite, un hacker sofisticado de la jet-set digital internacional.

 

Fry Guy aprendía rápidamente como robar información de agencias de atención al usuario de tarjetas de crédito. Tenía más de cien números de tarjetas de crédito robadas en sus notas, y más de un millar de códigos de acceso a larga distancia también birlados. Sabía como entrar en ALTOS y como hablar la lengua del underground convincentemente.

 

Esta vez sacó a Urvile información sobre trucos relativos a estaciones de conmutación, en ALTOS.

 

La combinación de esos dos tipos de información permitió a Fry Guy abrirse camino hacia una nueva forma de fraude electrónico.

 

Primero birló números de tarjetas de crédito de ordenadores de compañías de crédito. La información obtenida incluía nombres, direcciones y números de teléfono de usuarios aleatorios de tarjetas.

 

Entonces, Fry Guy, haciéndose pasar por poseedor de una tarjeta, llamo a Western Union y solicitó un adelanto en metálico a cargo de "su" tarjeta de crédito. Western Union, como garantía de seguridad, devolvería la llamada al usuario, a su casa, para verificar la transacción.

 

Pero, tal y como había conmutado la oficina de libertad condicional de Florida a "Tina" en Nueva York, Fry Guy redireccionó el número del propietario de la tarjeta a un teléfono público local.

 

Allí esperaría al acecho, embrollando sus huellas direccionando y redireccionando la llamada, a través de conmutadores tan lejanos como Canadá. Cuando la llamada llegase, practicaría descaradamente "ingeniería social", es decir, persuadiría a la gente de Western Union de que era el dueño legítimo de la tarjeta. Puesto que había contestado al otro extremo del número de teléfono correcto, el engaño no era muy difícil. El dinero de Western Union era entonces enviado a un cómplice de Fry Guy en su ciudad en Indiana.

 

Fry Guy y su grupo de apoyo, usando técnicas de la "Legion of Doom", robaron seis mil dólares de Western Union entre diciembre de 1988 y julio de 1989. También hicieron sus pinitos encargando el envío de bienes robados mediante fraude de tarjetas. Fry Guy estaba intoxicado con el éxito. El chico de dieciséis años fantaseaba exageradamente frente a hackers rivales, alardeando de haber usado dinero estafado ara alquilar una gran limosina, y haber conducido fuera del estado con n fanático de su banda de heavymetal favorita, Motley Crue. Armado con conocimiento, poder, y un gratificante flujo de dinero negro, Fry Guy llevó la situación mas allá de sí mismo y llamó a los representantes locales de seguridad de Indiana Bell, pavoneándose, jactándose y profiriendo tormentosas advertencias, que sus poderosos amigos en la notoria "Legion of Doom" podían hacer caer la red telefónica nacional.

 

Fry Guy incluso nombró una fecha para el acontecimiento: el cuatro de julio, una fiesta nacional.

 

Este atroz ejemplo del síndrome "arrésteme por favor", fue seguido por su pronto arresto. Después de que la compañía telefónica de Indiana descubrió quien era, el Servicio Secreto instaló DNRs - Dialed Numer Recorders [21] - en las líneas telefónicas de su casa. Estos aparatos no son escuchas y no pueden grabar el contenido de las llamadas, pero graban los números telefónicos de todas las llamadas tanto hacia fuera como desde fuera.

 

Rastrear estos números demostró el fraude de códigos de larga distancia llevado a cabo por Fry Guy, sus extensas conexiones a BBS piratas, y numerosas llamadas personales a sus amigos de la "Legion of Doom" en Atlanta. Para el 11 de Julio de 1989, el Servicio Secreto también había instalado grabadoras de números (pen registers) en las líneas de Prophet, Urville y Leftist.

 

El Servicio Secreto se presentó en gran número en la casa de Fry Guy el 22 de julio de 1989, para el horror de sus padres, completamente ignorantes del asunto. Los agentes eran liderados por un agente especial del Servicio Secreto de la oficina de Indianapolis. Sin embargo, fueron acompañados y aconsejados por Timothy M. Foley de la oficina del Servicio Secreto de Chicago (un caballero del que pronto oiremos un montón).

 

Utilizando técnicas contra el crimen informático federal que habían sido estándar desde comienzos de los 80, el Servicio Secreto registró concienzudamente la casa y confiscó todo el equipo electrónico de Fry Guy y cuadernos de notas. Todo el equipamiento de Fry Guy salió por la puerta bajo custodia del Servicio Secreto, lo que puso un rápido fin a sus correrías.

 

El Servicio Secreto de los Estados Unidos (USSS) interrogó largamente a Fry Guy. Su caso fue puesto a cargo de Deborah Daniels, la abogada federal de EE.UU. para el distrito sur de Indiana. A Fry Guy se le imputaron once cargos de fraude informático, acceso no autorizado a ordenadores, y fraude telefónico. La evidencia era exhaustiva e irrefutable. Por su parte, Fry Guy acusó de su corrupción a la "Legion of Doom" y se ofreció a testificar contra ellos.

 

Fry Guy insistía en que la "Legion" pretendía tirar abajo el sistema telefónico durante una festividad nacional. Y cuando AT&T falló estrepitosamente durante el día de Martin Luther King en 1990, esto concedió cierta credibilidad a su denuncia, logrando alarmar genuinamente a la seguridad de la compañía telefónica y al Servicio Secreto. Finalmente, Fry Guy se declaró culpable el 31 de mayo de 1990. El 14 de septiembre fue sentenciado a cuarenta y ocho meses de libertad condicional y a cuatrocientas horas de servicio social.

 

Lo podría haber tenido mucho peor; pero era sensato por parte de los acusadores el ser suave con este adolescente menor de edad, y centrar la atención en los notorios miembros principales de la "Legion of Doom".

 

Pero el caso contra la "LoD" tenía defectos reticentes.

 

Pese a los mayores esfuerzos de los investigadores, era imposible probar que la "Legion" había tirado el sistema telefónico el 15 de enero, por que ellos, ciertamente, no lo habían hecho. Las investigaciones de 1989 sí que mostraron que ciertos miembros de la "Legion of Doom "habían obtenido un poder sin precedentes sobre las estaciones de conmutación de las compañías telefónicas, y que estaban activos conspirando para obtener todavía más poder. Privadamente, los investigadores estaban convencidos de que la "Legion of Doom" pretendía hacer cosas horribles con su conocimiento, pero la mera intención de maldad no era suficiente para llevarles a la cárcel.

 

Y aunque los "tres de Atlanta" - Prophet, Leftist, y especialmente Urville - habían enseñado mucho a Fry Guy, ellos mismos no cometían fraude con tarjetas de crédito. Lo único que habían "robado" era servicio de larga distancia - y puesto que habían hecho buena parte de ello mediante manipulación de la conmutación telefónica, no había forma sencilla de juzgar cuanto habían "robado", o incluso si esta práctica era "robo" de algún tipo fácilmente clasificable.

 

El robo de códigos de larga distancia por parte de Fry Guy les salió muy caro a las compañías telefónicas. El robo de servicio alarga distancia puede ser una "pérdida" bastante teórica, pero cuesta dinero y tiempo reales para borrar todos aquellos códigos robados, y reasignar otros nuevos a los inocentes dueños de aquellos códigos corruptos. Los propios dueños de aquellos códigos se convierten en víctimas, y pierden tiempo y dinero y tranquilidad con el follón. Y luego, también había que tratar con las víctimas de tarjetas de crédito y Western Union. Cuando se trataba de estafa, Fry Guy era un ladrón mucho mayor que la "Legion of Doom". Era solo cuando se trataba de verdadera habilidad informática, cuando Fry Guy resultaba ser insignificante.

 

La Legion de Atlanta pensaba que la mayor parte de las "reglas" del ciberespacio eran para perdedores y gente que acepta todo lo que le mandan sin cuestionarlo, pero ellos también tenían reglas. Ellos nunca tiraban abajo nada, y nunca tomaban dinero. Estas eran simples reglas genéricas y principios bastante dudosos cuando se trata con sutilidades éticas del ciberespacio, pero permitían a los "tres de Atlanta" operar con una conciencia relativamente limpia (aunque nunca con tranquilidad de mente).

 

Si no hacías de hacker por dinero, si no robabas a la gente su dinero - dinero en el banco, se entiende - entonces nadie era realmente perjudicado, en opinión de la "Legion of Doom". "Robo de servicio" era una hipocresía, "propiedad intelectual" un mal chiste. Pero la LoD tan solo sentía un desdén elitista hacia los artistas de la estafa, y ladrones. A sí mismos se consideraban limpios.

 

En su opinión, si no desorganizabas ni tirabas sistemas - (bueno, no intencionadamente, de cualquier forma - accidentes ocurren, pregunta a Robert Morris) entonces era totalmente injusto llamarte "vándalo" o "cracker". Cuando estabas dando una vuelta "on-line" con tus "camaradas" en el sistema de seguridad de las compañías de telecomunicaciones, podías mirarlos con superioridad desde el plano superior de moralidad hacker. Y podías burlar a la policía desde las alturas arrogantes de tu búsqueda, como hacker, del puro conocimiento.

 

Pero desde el punto de vista de la policía y departamentos de seguridad de compañías de telecomunicaciones, sin embargo, Fry Guy no era realmente peligroso. Los "tres de Atlanta" eran peligrosos.

 

No eran los crímenes que estaban cometiendo, sino el peligro, el riesgo potencial, el poder técnico absoluto que la "Legion of Doom" había acumulado, que hacia la situación insostenible.

 

Fry Guy no pertenecía a la LoD. Nunca había visto personalmente a ningún miembro; sus únicos contactos con ellos habían sido electrónicos.

 

Los miembros del núcleo de la "Legion of Doom" solían reunirse físicamente en convenciones que tenían lugar aproximadamente cada año, para emborracharse, intercambiar el saludo de los hackers, encargar pizzas y arrasar habitaciones de hotel. Fry Guy nunca había participado. Deborah Daniels lo valoró con bastante exactitud como un "quiero y no puedo ser un LoD".

 

En cualquier caso, los crímenes de Fry Guy fueron directamente atribuidos a la "Legion of Doom" en buena parte de la futura propaganda policial. La LoD sería descrita como "un grupo realmente cerrado" involucrado en "numerosas actividades ilegales" incluyendo "robar y modificar historiales de crédito de personas", y "obtener dinero y bienes fraudulentamente". Fry Guy lo hizo, pero no los "tres de Atlanta"; ellos simplemente no se dedicaron al robo, sino más bien al mero acceso ilegal. Esto causó un extraño giro en la estrategia de los acusadores. La "Legion of Doom" fue acusada de "diseminar información sobre el ataque a ordenadores a otros hackers informáticos con la intención de desplazar el esfuerzo del sistema judicial hacia esos otros hackers y lejos de la Legion of Doom."

 

Esta ultima acusación (cogida directamente de una rueda de prensa del Grupo Especial de Chicago contra el Abuso y Fraude Informático) suena particularmente cogida por los pelos. Se podría concluir en este punto que los investigadores habían sido aconsejados que siguieran adelante y "desplazaran su esfuerzo" apartándolo de la "Legion of Doom." Quizá deberían concentrarse en "esos otros hackers" - aquellos que realmente robaban dinero y bienes materiales.

 

Pero la "Caza del Hacker" de 1990 no era una simple acción policial.

 

Pretendía simplemente hacerse notar en el ciberespacio - era un caza, un intento deliberado de dejar en claro el núcleo de la operación, de enviar un mensaje potente y fatal que pusiera freno al incontrolado underground digital.

 

Según este razonamiento, Fry Guy no era mucho más que el equivalente electrónico a un camello barato en una esquina. Mientras los cerebros de la LoD siguieran operando flagrantemente, amontonando sin límites su conocimiento ilícito, y fomentando entusiasmo por infringir flagrantemente la ley, habría un suministro infinito de Fry Guys.

 

Debido a que la "Legion of Doom" era flagrante, habían dejado huellas por todas partes, que serian seguidas por el sistema legal en Nueva York, Indiana, Florida, Texas, Arizona, Missouri, incluso Australia.

 

Pero la guerra de 1990 contra la "Legion of Doom" fue dirigida desde Illinois, por el Grupo Especial de Chicago contra el Abuso y Fraude Informático.

 

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El grupo especial de fraude y abuso informático, liderado por el fiscal federal Willian J. Cook, comenzó su andadura en 1987 y fulgurantemente se convirtió en una de las más agresivas unidades locales de crímenes informáticos. Chicago era el hogar más natural para un grupo como ese. El primer sistema de BBS se inventó en Illinois. El estado de Illinois tenía una de las primeras y más rigurosas leyes para crímenes informáticos de toda la nación. La policía estatal de Illinois estaba bajo una conspicua alerta sobre posibles delitos de guante blanco y fraudes electrónicos.

 

Y Willian J. Cook, particularmente, era una joven promesa entre los perseguidores del delito electrónico. El y sus colegas fiscales federales en la oficina del fiscal en Chicago, tenían una estrecha relación con el servicio secreto, especialmente con el agresivo agente de base en Chicago Timothy Foley.

 

Mientras While Cook y sus colegas del departamento de justicia planeaban la estrategia, Foley era su hombre en la calle.

 

A lo largo de los ochenta, el gobierno federal dio a los fiscales un arsenal de herramientas legales nuevas y nunca probadas, destinadas a la lucha contra el crimen informático. Cook y sus colegas fueron pioneros en la aplicación a la vida real de esos nuevos estatutos gestados en los juzgados federales.

 

El dos de Octubre de 1986, el senado de los estados unidos aprobó, tristemente por unanimidad, el acta “ Fraude y Abuso informático” aunque había pocos convencidos acerca de la utilidad de este estatuto. El grupo de Cook tomó su nombre de esta acta, ya que estaban decididos a transformar esa poderosa pero teórica acta del congreso en un auténtico motor legal de destrucción contra defraudadores y criminales informáticos.

 

No era solo un asunto meramente de descubrir delitos, investigarlos y tratar de castigar a sus perpetradores. El grupo de Chicago, como la mayoría de los implicados en el asunto, ya sabían quienes eran los chicos malos: la “Legion of Doom”, y los escritores y editores de Phrack. El trabajo que tenían que hacer era encontrar alguna forma legal de encerrar a esas personas.

 

Esta aproximación pudiera parecer un tanto dudosa a alguien que no estuviese muy al tanto de la dura realidad del trabajo fiscal. Sin embargo los fiscales no mandan a la gente la cárcel por delitos que han cometido; sino que mandan a gente a la cárcel por delitos que pueden probar que han cometido. La policía federal de Chicago encarceló a Al Capone por un fraude en los impuestos.

 

Chicago es una gran ciudad con una tradición de rápidas acusaciones y mano dura en ambos lados de la ley.

 

Fry Guy mantuvo el caso al aire libre y alertó a la seguridad de la compañía telefónica del alcance del problema. Pero los delitos de Fry Guy no colocaron a los tres de Atlanta detrás de los barrotes y mucho menos al excéntrico submundo de los redactores de Phrack. Así, el 22 de Julio de 1989, el mismo día que Fry Guy fue cazado en Indiana, el servicio secreto fue a por los tres de Atlanta.

 

Era prácticamente inevitable. En el verano de 1989, servidores de la ley se estaban acercando a los tres de Atlanta desde, por lo menos, seis direcciones a la vez. Primero, tenían las pistas que les había dado Fry Guy, el cual había permitido que se instalasen registradores de DNR en las líneas de los tres de Atlanta. Solamente las pruebas que aportaba el DNR hubieran acabado con ellos mas tarde o más temprano. En segundo lugar, los colegas de Atlanta eran ya bien conocidos por Control-C y sus patrocinadores en la seguridad de la compañía telefónica. Los contactos de LoD con la gente de seguridad de la compañía telefónica se hicieron de manera poco segura e incluso mas orgullosamente que normalmente; ellos creían que tenían poderosas amistadas en las altas esferas, y que eran ampliamente tolerados por la gente de seguridad telefónica. Pero la unidad de intrusión de Bellsouth estaba tras de LoD sin reparar en esfuerzos ni gastos.

 

Los nombres de los tres de Atlanta habían sido identificados e incluidos en los exhaustivos ficheros anti-hacker mantenidos y vendidos por John Maxfield, detective de seguridad privada de Chicago. Maxfield, que tenía extensos contactos dentro de la seguridad de la compañía telefónica y otros soplones del underground era la bestia negra de la gente de Phrack, y el desagrado era mutuo.

 

Los tres de Atlanta habían escrito artículos para Phrack. Este acto de provocación no podía escapar a la atención de los telecos y de los agentes de la ley.

 

“Knightmare” un hacker de Arizona en edad del instituto, era un amigo cercano y discípulo de la LoD de Atlanta, había sido capturado por la formidable Unidad para la lucha contra el Crimen organizado y la extorsión. Knightmare frecuentaba una de las BBS favoritas de LoD “Black ice” en particular y estaba al tanto de sus secretos. Y tener a Gail Thackeray, el ayudante del fiscal general de Arizona, en tu busca era un terrible riesgo para cualquier hacker.

 

Y quizás lo peor de todo, Prophet había cometido un gran error al pasar una copia ilícita de un fichero de BellSouth a “Knight Lightning”, que lo publicó en Phrack. Esto, tal como veremos, fue un acto que trajo consecuencias directas a casi todos los relacionados en el caso.

 

El 22 de Julio de 1989, el Servicio Secreto apareció en la casa de Leftist, donde vivía con sus padres. Una enorme escuadrilla de veinte oficiales rodearon el edificio: El servicio secreto, los comisarios federales, la policía local, posiblemente la seguridad telefónica de BellSouth; era difícil de saber en medio del ataque. El padre de Leftist, mientras trabajaba en su oficina del sótano de la casa, notó, para empezar, cómo un musculoso extraño vestido en ropa normal cruzaba por el patio trasero amartillando una pistola. Según más extraños fueron entrando en la casa, el padre de Leftist asumió, naturalmente, que se trataba de un robo a mano armada.

 

Como muchos de los padres de hackers, el padre y la madre de Leftist solo tenían una muy vaga noción de lo que Leftist había estado haciendo todo ese tiempo. Leftist tenía un trabajo diurno reparando ordenadores. Su obsesión por los ordenadores parecía un poco rara, pero en absoluto dañina, e incluso destinada a terminar en una bien pagada carrera. La repentina y abrumadora incursión dejó traumatizados a los padres de Leftist.

 

Leftist había estado tomando un par de jarras de margarita con los compañeros después del trabajo. Según sus pies, anestesiados de tequila, le iban transportando por la calle, transportando una bolsa llena de disquetes, advirtió un gran número de coches sin distintivos aparcados en su calle. Todos los coches tenían pequeñas antenas de microondas.

 

El servicio secreto había arrancado la puerta principal de sus bisagras casi aplastando a su madre.

 

Dentro, Leftist fue arrestado por James Cool, agente especial del servicio secreto, oficina de Atlanta. Leftist estaba alucinado. Nunca antes se había encontrado con un agente del servicio secreto. No podía imaginar que hubiera hecho algo que mereciera la atención federal. El siempre había creído que si sus actividades llegaban a ser intolerables, uno de sus contactos en seguridad telefónica le haría una llamada privada y le diría que lo dejase.

 

Pero lo cierto era que Leftist estaba siendo registrado por curtidos profesionales, y su bolsa de disquetes era rápidamente confiscada. Él y sus padres fueron conducidos a habitaciones separadas y esposados mientras un equipo de oficiales buscaba en la casa cualquier cosa electrónica.

 

Leftist se horrorizó según su atesorado PC, IBM AT con sus cuarenta megas de disco, y su recientemente comprado 80386 clónico con un descomunal disco duro de cien megas, eran rápidamente transportados fuera de la casa en custodia del Servicio Secreto. También confiscaron todos sus discos, todas sus libretas de notas, y un enorme botín de desgastados documentos de la compañía telefónica que Leftist había rescatado de contenedores de basura.

 

Leftist pensaba que se trataba de una gran equivocación. El nunca había entrado en ordenadores militares. No era un espía ni un comunista. Simplemente era uno de los viejos y buenos hackers de Georgia, y solo quería ver a toda aquella gente fuera de su casa. Pero parecía que eso no iba a ocurrir hasta que aceptase alguna clase de acuerdo.

 

De esta manera colaboró con ellos. Y según diría más tarde desde su prisión federal de Talladega, Alabama, fue un gran error.

 

Atlanta era una zona única, en la que tres miembros de “Legion Doom” vivían mas o menos en la misma localidad. A diferencia del resto de la LoD, que tendía a asociarse por teléfono y ordenador, La LoD de Atlanta estaba estrechamente unida. No fue ninguna sorpresa que los agentes del servicio secreto que detuvieron a Urvile en el laboratorio de ordenadores de Georgia Tech, también encontraran a Prophet junto él.

 

Urvile de 21 años, un estudiante de química de polímeros en Georgia Tech, se convirtió en un caso problemático para los agentes de la ley. Urvile también conocido como “Necron 99” y otros alias que solía cambiar cada mes era tanto un experto hacker como un fanático de los juegos de rol.

 

Los juegos de rol no son un hobby muy habitual, pero los hackers son gente poco habitual, y sus pasatiempos favoritos tienden a ser algo fuera de lo normal. El juego de rol más conocido en América es probablemente “Dungeons & Dragons”, un juego hablado multijugador que se juega con papel, mapas, lápices, tablas estadísticas y una gran variedad de dados de formas raras. Los jugadores representan personajes heroicos explorando un mundo de fantasía completamente inventado. Los mundos de fantasía de los juegos de rol son normalmente escenarios pseudomedievales de espada y brujería, magos lanzadores de hechizos, caballeros en armadura, unicornios y dragones, demonios y goblins.

 

Urvile y sus compañeros de juego preferían fantasías altamente técnicas. Ellos usaban un juego basado en “G.U.R.P.S.” (“sistema genérico de juegos de Rol” siguiendo las siglas en inglés), editado por una compañía llamada Steve Jackson Games (SJG).

 

“G.U.R.P.S.” funciona como una superestructura para crear una gran variedad de mundos fantásticos artificiales. Steve Jackson Games publicó una estantería de libros llenos de detallada información y sugerencias, que eran usados para completar la estructura básica de GURPS con muchos trasfondos fantásticos.

 

Urvile hizo uso extensivo de dos libros de SJG llamados “GURPS High-Tech” y “GURPS Special Ops”.

 

En el artificial mundo de fantasía de “GURPS Special Ops”, los jugadores vivían un contemporáneo mundo de intrigas fantásticas y espionaje internacional. Al principio del juego, los jugadores comienzan siendo pequeños e inofensivos, quizás agentes de la CIA de segunda división, o vendedores de armas de tres al cuarto. Pero si los jugadores persisten a través de una serie de sesiones (las sesiones de juego duran generalmente varias horas, o más aún: se elaboran campañas que para terminarse necesitan de meses) entonces pueden adquirir nuevas habilidades, nuevos conocimientos, nuevo poder. Podrían llegar a dominar nuevas habilidades como francotirador, karate, pinchar líneas o apertura de puertas. También llegan a adquirir muchos tipos diferentes de botines imaginarios, como Berettas, cocteleras de martini, o deportivos con asientos eyectables y ametralladoras en los faros. Como se puede imaginar dada la complejidad de este juego, las notas de Urvile eran muy detalladas y extensas.

 

Urvile era un “director de juego” [22] , que inventaba escenarios para que sus compañeros de juego; gigantescas simulaciones de aventuras con enigma que sus amigos debían desvelar.

 

Las notas de juego de Urvile abarcaban docenas de páginas con todo tipo de exóticas locuras repletas de raids ninja a Libia y rupturas de cifrados superordenadores de la China roja. Sus notas estaban escritas en papel de desecho y guardadas en archivadores de hojas sueltas.

 

El papel de desecho más accesible eran los muchos kilos de documentos e impresiones propiedad de BellSouth que había robado de las papeleras de la compañía telefónica. Sus notas estaban escritas en el reverso de propiedad privada de la compañía telefónica. Por si esto no fuera suficientemente malo, las notas del juego estaban mezcladas caóticamente con notas garabateadas de Urvile acerca de las instrusiones informáticas que había cometido.

 

No solamente era prácticamente imposible separar las notas del juego de Urvile de la realidad “ciberespacial”, sino que el propio Urvile no tenía muy clara la distinción entre ambos mundos. No es exagerado decir que para Urvile todo era un juego. Urvile era muy inteligente, altamente imaginativo, y poco al tanto de las nociones de otras personas sobre la propiedad privada. Su conexión con la “realidad” no era algo que le preocupase demasiado. Hackear era un juego para Urvile. Era una diversión mas, algo que hacía por divertirse. Y Urvile era un joven obsesionado. El no podía dejar de hackear tanto como no podía dejar a mitad un puzzle o parar en mitad de la lectura de una trilogía de fantasía de Stephen Donalson. (El nombre “Urvile” esta sacado de una los novelas de Donaldson más vendida)

 

A los interrogadores de Urvile les molestó mucho la irreal y a prueba de balas actitud de Urvile. Para empezar el no consideraba que hubiese hecho nada malo. No había ni la más ligera sombra de remordimiento en él. Por el contrario, estaba convencido que los interrogatorios policiales eran parte de un demente mundo de fantasía de su propiedad. Se podría afirmar con toda seguridad que era así ya que Urvile se comportaba de un modo demasiado educado y cooperante.

 

Por ejemplo, la habilidad de la LoD para monitorizar las llamadas telefónicas del Servicio Secreto y la policía. Urvile estaba de acuerdo que era posible hacerlos y que no era gran problema para la LoD. De hecho, el y sus amigos habían lanzado la idea en el tablón de “Black Ice” igual que otras muchas ideas atrayentes, tales como construir lanzallamas portátiles y puñados de granadas caseras. Tenían cientos de números de acceso informático a agencias gubernamentales que había obtenido muestreando teléfonos de Atlanta, o que había extraído de mainframes VAX/VMS asaltados.

 

En realidad, nunca habían intentado escuchar a los polis porque la idea no era lo suficientemente interesante como para molestarse en ello. Además, si ellos hubieran pinchado las llamadas del Servicio Secreto, obviamente nunca habrían sido capturados ¿No?

 

El Servicio Secreto estaba poco satisfecho con esa caballeresca lógica hacker.

 

Estaba, sin embargo, el asunto de la caída del sistema telefónico. No hubo problemas, Urvile lo admitió claramente. La LoD de Atlanta podía echar abajo todo el sistema telefónico del estado cuando quisiera. ¿incluso el servicio 911?

 

No hay nada especial en eso, explico Urvile pacientemente. Poniendo el interruptor sobre sus rodillas, que significa “usando el bug makedir de UNIX”, y el 911 deja de funcionar también con toda seguridad. El sistema 911 no era algo muy interesante, francamente. Era tremendamente interesante para la policía (por oscuras razones de su exclusiva incumbencia), pero como desafío técnico el servicio del 911 era algo aburrido. De esa forma los tres de Atlanta habrían podido bloquear el servicio, haberlo desactivado a todo lo largo del territorio BellSouth, si hubiesen trabajado un poco sobre ello. Pero la LoD de Atlanta no eran crashers. Solo los perdedores y ratas eran crashers. LoD era la élite.

 

Urvile estaba íntimamente convencido que compartir su experiencia técnica le dejaría libre de todo tipo de problemas. Por lo que a él le correspondía, el estatus de élite en el underground digital le había colocado permanentemente detrás de la morralla intelectual de policías y gente común. Urvile tenía mucho que aprender.

 

De los tres de la LoD, Prophet era el que tenía problemas más importantes.

 

Prophet era un experto en programación UNIX que huroneaba dentro y fuera de Internet de forma habitual. Empezó su carrera como hacker alrededor de los 14, interfiriendo con un mainframe UNIX de la Universidad de Carolina del Norte.

 

Prophet escribió el fichero de “Legion of Doom” llamado “UNIX, uso y seguridad de principio a fin” UNIX (pronunciado como “you-nicks”) es un potente y flexible sistema operativo, para máquinas multiusuario y multitarea. En 1969, cuando nació UNIX en los laboratorios Bell, esos ordenadores eran exclusividad de grandes corporaciones y universidades, pero hoy UNIX corre en miles de potentes ordenadores personales. UNIX esta particularmente adaptado a la programación de telecomunicaciones y se ha convertido en un standard de ese campo. Naturalmente, UNIX también se convirtió en un standard de la élite hacker y phreaker.

 

Ultimamente, Prophet no había sido tan activo como Leftist y Urvile, pero Prophet era reincidente. En 1986, cuando tenía dieciocho, Prophet fue declarado culpable de “acceso no autorizado a una red de ordenadores” en Carolina del Norte. Fue descubierto entrando ilegalmente en la red de datos de Southern Bell, una red interna UNIX supuestamente cerrada al público. Obtuvo una típica sentencia hacker: seis meses de suspensión, 120 horas de servicios comunitarios y tres años de libertad condicional.

 

Después de esa humillación, Prophet se deshizo de la mayoría de sus toneladas de datos ilícitos phreak y hacker, e intentó actuar honradamente. Estaba en libertad condicional después de todo. Pero, en el otoño de 1988 la tentación del ciberespacio demostró ser demasiado para el joven Prophet, y trabajo hombro con hombro con Urvile y Leftist en los mas arriesgados sistemas a los que tenían acceso.

 

A principios de septiembre de 1988, entró en el sistema centralizado y automático de BellSouth, AIMSX o “Advanced Information Management System” [23] AIMSX era una red interna de negocios perteneciente a BellSouth, donde los empleados de la compañía almacenaban su correo electrónico, bases de datos, notas y calendarios, y también donde construían sus documentos de texto. Como AIMX no tenía accesos telemáticos públicos se consideraba que era desconocida y por eso no estaba bien asegurada, nunca requirió passwords. Prophet se hizo con una cuenta creada conocida como “waa1,” la cuenta personal de una desadvertido empleado de la compañía. Disfrazado como el dueño de waa1, Prophet hizo alrededor de una decena de visitas a AIMSX.

 

Prophet no hizo daño ni borró nada del sistema. Su presencia en AIMSX fue inofensiva y casi invisible. Pero no se conformó con eso.

 

Una parte del texto procesado en AIMSX fue un documento de la compañía conocido como “ Bell South Standard Practice 660-225-104SV Control Office Administration of Enhanced 911 Services for Special Services and Major Account Centers dates March 1988” [24]

 

Prophet no estaba buscando ese documento. Simplemente era uno entre cientos de documentos similares y con impenetrables títulos. Sin embargo, habiéndolo conseguido en el curso de uno de sus ilícitos vagabundeos en AIMSX, decidió llevárselo como un trofeo. Demostró ser bastante útil en futuras sesiones de vanagloria. Así, una vez en Septiembre del 1988, Prophet ordenó al mainframe de AIMSX que copiase y transfiérese al ordenador de su casa el documento (llamado a partir de ahora “el documento E911”).

 

Nadie se dio cuenta que Prophet hizo eso. De alguna manera había robado el documento E911, pero la noción de propiedad en el ciberespacio es algo dificultosa. Bellsouth no advirtió nada raro, porque Bellsouth mantenía todavía la copia original. El no había “robado” el documento en sí mismo. Muchas personas supuestamente copiaron el documento, gente que trabajaba para alguno de los diecinueve “servicios especiales y centros de cuentas grandes BellSouth” repartidos a los largo y ancho del sudeste de los Estados Unidos. Esto fue posible porque estaba ubicado en una red de ordenadores: para que fuera copiado y leído por los empleados de la compañía. En aquella ocasión los datos habían sido copiados por alguien que se suponía no podía leerlo.

 

Prophet obtuvo su trofeo. Después decidió almacenar otra copia del documento E911 en el ordenador de otra persona. Esta persona inocente era un entusiasta de los ordenadores llamado Richard Andrews que vivía cerca de Joliet, Illinois.

Richard Andrews era un programador profesional en UNIX, y administraba una potente BBS UNIX llamada “Jolnet” instalada en el sótano de su casa.

 

Prophet, usando el alias “Robert Johnson” obtuvo una cuenta en el ordenador de Richar Andrews. Y allí, en su sección privada del ordenador de Andrew, escondió una copia del documento E911.

 

¿Por qué hizo Prophet eso? Si Prophet hubiera eliminado el documento E911 de su propio ordenador, y guardado este a cientos de millas de distancia, en otra maquina y bajo un alias, entonces hubiera estado razonablemente seguro de que no lo persiguieran y descubrieran aunque esta acción poco ética hubiera puesto en peligro al confiado Richard Andrews.

 

Pero, como muchos hackers, Prophet era un vicioso de los datos ilícitos. Cuando los comprimió para almacenarlos no pudo apartarlo de su trofeo. Cuando a casa de Prophet en Decatur, Georgia, fue asaltada en Julio de 1989, encontraron el documento E911, una evidencia condenatoria. Y allí estaba Prophet, en las manos del Servicio Secreto, haciendo lo mejor que podía para explicar”.

 

Nuestra historia nos lleva ahora lejos de los tres de Atlanta y sus asaltos en l verano de 1989. Debemos dejar a los tres de Atalanta “cooperando plenamente” con sus numerosos investigadores. Y los tres cooperaron, tal como explicaba el memorándum de la sentencia del juzgado del distrito del norte de Georgia, justo antes de que los tres fuesen condenados a varias prisiones federales en Noviembre de 1990.

 

Debemos ahora capturar los otros aspectos de la guerra de “Legion of Doom”. La guerra de la Legion era una guerra en una red de hecho, una red de tres redes las cuales se entrelazaban e interrelacionaban de una manera muy compleja. La Legion en si misma, incluida la LoD de Atalanta, y su añadido de Fry-Guy se movían en la primera red. La segunda red era la revista Phrack y sus editores y colaboradores. La tercera red involucrada era el círculo electrónico cercano a un hacker conocido como “Terminus”.

 

La guerra contra las redes de este hacker la llevo a cabo por una red de fuerzas policiales. LoD de Atalanta y Fry Guy fueron perseguidos por agentes de los Servicios Secretos de los Estados Unidos y fiscales federales de Atlanta, Indiana y Chicago. “Terminus” se encontró acosado por el Servicio Secreto y los fiscales federales de Baltimore y Chicago. Y la guerra contra Phrack era casi completamente, una operación de Chicago.

 

La investigación de Terminus involucró una gran cantidad de energía, la mayoría procedente del grupo de Chicago, pero esto es la parte menos conocida y publicitada de las operaciones contra hackers. Terminus, que vivía en Maryland, era un programador en UNIX y un consultor bastante conocido (bajo su nombre real) en la comunidad UNIX, como un reconocido experto en miniordenadores AT&T. Terminus idolatraba AT&T, especialmente Bellcore, y mucho más que su reconocimiento como un experto en UNIX, su mayor ambición era trabajar para los Bell labs.

 

Pero Terminus tenía amigos oscuros y una historia oculta. Terminus fue una vez el protagonista de una admirativa entrevista en Phrack (volumen II, ejemplar 14, Phile 2- Marzo 1987). En este articulo, el coeditor de Phrack Taran King describió a “Terminus” como un ingeniero electrónico, de 1,75 m, de pelo castaño, nacido en 1959 a los 28 años de edad, bastante maduro para un hacker.

 

Terminus fue una vez el sysop de una BBS phreak/hack llamada “MetroNet”, que funcionaba en un Apple II. Después reemplazó “MetroNet” por una BBS underground llamada “MegaNet” especializada en IBMs. En sus días jóvenes, Terminus había escrito uno de los primeros y más elegantes programas buscadores de códigos para PC IBM. Este programa se había extendido ampliamente entre la comunidad underground. Contables legiones de Poseedores de un PC, phreakers y hackers usaron el rastreador de Terminus para romper los códigos de las compañías telefónicas. Este hecho no escapó de la atención de la seguridad de las compañías telefónicas; cosa lógica ya que el primer alias que Terminus empezó a manejar "Terminal Technician" [25] estaba orgullosamente escrito en el programa.

 

Cuando llego a ser un profesional a tiempo completo (especializado en programación de telecomunicaciones) adoptó el alias Terminus, indicando que “había alcanzado la cima del hacker eficiente”. Cambió a “Netsys” una BBS basada en UNIX acerca de ordenadores AT&T, con cuatro líneas telefónicas y unos impresionantes 240 Mb de capacidad. “Netsys” almacenaba los ejemplares completos de Phrack, y Terminus estaba familiarizado con sus editores, Taran King y Knight Lightning.

 

A principios de los ochenta, Terminus era un visitante regular en Plovernet, Pirate-80, Sherwood Forest y Shadowland, todas BBS piratas bien conocidas, todas muy frecuentadas por la “Legion of Doom”. Como así ocurrió, Terminus nunca estuvo oficialmente “en LoD”, porque nunca se le había dado la alta insignia oficial de la LoD y formalmente investido por el experto de la Legion Lex Luthor. Terminus nunca se encontró físicamente con LoD. Pero eso no importaba demasiado: ninguno de los tres de Atlanta nunca fueron oficialmente sancionados por Lex- Cuando los agentes de la ley se implicaron sus intenciones eran claras. Terminus era un profesional a tiempo completo y adulto con habilidades propias en software y hardware de AT&T- aunque Terminus pertenecía en cuerpo y alma a la Legion of Doom y el underground.

 

El uno de Febrero de 1990 medio mes después de la caída del sistema el día de Martin Luther King Los agentes del servicio secreto Tim Foley de Chicago, y Jack Lewis de la oficina de Baltimore, acompañados por el oficial de seguridad de AT&T Jerry Dalton, viajaron hasta Middle Town, Maryland. Allí esposaron a Terminus en su domicilio (ante el terror de su mujer y sus hijos pequeños) y, de la forma habitual, transportaron sus ordenadores fuera de la casa.

 

La máquina de Netsys demostró contener una plétora de arcanos programas UNIX, código fuente oficialmente propiedad de AT&T. Software tal como: UNIX SV release 3.2; UNIX SV release 3.1; software de comunicaciones UUCP; Shell KORN; RFS; IWB; WWB; DWB; el lenguaje de programación C++; PMON; TOOL CHEST; QUEST; DACT; y S FIND.

 

En la antigua tradición pirata underground, Terminus había estado comerciando con su software ilícitamente copiado dentro de un pequeño circulo de amigos programadores de UNIX. Muy desafortunadamente, había almacenado siete años de su correo electrónico en su máquina Netsys el cuál documentaba todos los acuerdos amistosos que había hecho con sus variados colegas. Terminus no había bloqueado el sistema telefónico de AT&T el 15 de Enero. Sin embargo descuidadamente había creado un altruista circulo de piratería de software AT&T. No era una actividad que AT&T encontrase divertida. El oficial de seguridad de AT&T Jerry Dalton valoró esa propiedad “robada” por encima de trescientos mil dólares.

 

La entrada de AT&T en el entramado de la empresa privada se complicó por las nuevas y vagas reglas de la economía de la información. Hasta la división de Ma Bell [26] , AT&T tenía prohibido vender hardware o software de ordenadores. Ma Bell era la compañía telefónica; a Ma Bell no le estaba permitido el uso de sus enormes ingresos provenientes del servicio telefónico para financiar en el mercado de ordenadores.

 

AT&T, sin embargo, inventó el sistema operativo UNIX. Y de alguna manera AT&T encontró la manera de hacer de UNIX una fuente menor de ingresos.

 

Asombrosamente UNIX no era vendido como software de ordenadores, entraba en los catálogos como una oscura excepción que permitía la venta de chatarra y material de subasta. Cualquier intento de promocionar la venta de UNIX hubiera producido una furiosa oposición legal por parte de las compañías de software.

 

En vez de eso, se concedieron licencias de UNIX para universidades, en pequeñas cantidades, donde el ácido de la libertad académica ataba firmemente los derechos de propiedad de AT&T.

 

Al llegar la división, AT&T se dio cuenta que UNIX era una mina de oro en potencia. En ese momento grandes pedazos del código de UNIX no habían sido creados por AT&T y era vendido por otros. Un sistema operativo UNIX completo rival había aparecido en Berkley, California (una de las más grandes fuentes de ideología sobre el mundo hacker). Hoy en día los hackers consideran que “Berkeley UNIX” es técnicamente superior al AT&T “System V UNIX”, pero AT&T no iba a permitir que la mera elegancia técnica se tuviese en cuenta en el mundo real de la venta de software de negocios de carácter propietario. AT&T había construido su propio código de forma deliberadamente incompatible con el UNIX de los demás, y había escrito el código de forma que se pudiese probar su copyright, incluso si el código hacía algo insignificante - “un apaño”. Las licencias de usuario del UNIX AT&T eran acuerdos comerciales muy serios, repletos de declaraciones y cláusulas de rescisión muy claras.

 

AT&T no consiguió arrimar el ascua del UNIX a su sardina, pero mantuvo el control en el tema con cierto éxito. Para los estándares rampantes y explosivos de la piratería del software, el código fuente del software UNIX AT&T estaba lleno de derechos y licencias, bien protegido. UNIX ha funcionando tradicionalmente solo en mainframes propiedad de grandes grupos de profesionales de traje y corbata, en vez de en maquinas de dormitorio donde la gente pudiese actuar malignamente.

 

Y el código fuente del UNIX de AT&T es seria programación de alto nivel. El número de expertos programadores UNIX con motivos para robar el código fuente UNIX es pequeño. Ridículo, comparado con las decenas de miles listos para destripar juegos de entretenimiento para PC tal como “Leisure Suit Larry”

 

Pero en 1989, los tipos del underground, representados por Terminus y sus amigos estaban trasteando con AT&T UNIX. Y la propiedad en cuestión no se había vendido por veinte dólares en el mostrador de Babbage's or Egghead's [27] ; se trataba de un código corporativo masivo, sofisticado, con multilíneas y multiautores que valía cientos de miles de dólares.

 

Hay que reconocer en este punto que la supuesta red de piratas de programas UNIX de Terminus nunca había obtenido dinero por sus supuestos crímenes. La cifra de 300000 dólares esgrimida en relación a los contenidos del ordenador de Terminus no significaba que Terminus tuviera de hecho una posesión ilícita de trescientos mil dólares de AT&T. Terminus enviaba software arriba y abajo, de forma privada, de persona a persona, gratis. No estaba llevando a cabo un negocio, ni tampoco pirateaba. No había pedido dinero, no recibía dinero. Vivía de forma modesta.

 

Los empleados de AT&T, así como los trabajadores freelance como Terminus, trabajaban normalmente con software "propietario" de AT&T, tanto en la oficina como en casa, en sus máquinas privadas. AT&T rara vez enviaba agentes de seguridad a registrar los discos duros de sus empleados. Los trabajadores freelance baratos de UNIX eran muy útiles para AT&T; no tenían que pagar seguridad social o pensión, por no hablar de sindicarse en la Communication Workers of America [28] . Eran humildes conserjes digitales, paseando con su cubo y fregona por el Gran Templo Tecnológico de AT&T; pero cuando el Servicio Secreto llegó a su casa, ¡parecía que estuvieran comiendo con los cubiertos de plata de la compañía y durmiendo en las sábanas de la compañía! De forma insultante, se comportaban como si ¡las cosas con las que trabajaban cada día les pertenecieran!

 

Y no hablamos de meros hackers adolescentes con sus manos llenas de papel de la basura y sus narices apretadas a las ventanas corporativas. Estos tipos eran magos del UNIX, y no sólo tenían datos de AT&T en sus máquinas y sus cabezas, sino que los transmitían también por red, en máquinas mucho más poderosas que cualquier cosa imaginada antes, y en manos privadas. ¿Cómo tener gente disponible y al mismo tiempo asegurarte de que respetan de forma absoluta tu propiedad? Se trataba de un dilema.

 

Buena parte del código UNIX es de dominio público, gratis. Buena parte del UNIX "propietario" había sido reescrito de forma extensa, quizás tan alterado que se había convertido en un nuevo producto -o quizás no. Los derechos a la propiedad intelectual de los desarrolladores de software eran, y son, extraordinariamente complejos y confusos. Y la piratería de software, al igual que la copia privada de videos, es uno de los "crímenes" más practicados en la actualidad en el mundo.

 

El Servicio Secreto no era experto en UNIX o en cómo usarlo. El Servicio Secreto de los Estados Unidos, considerado como un todo no disponía de un una sola persona que supiera programar en entorno UNIX. No, ni uno. El Servicio Secreto estaba haciendo un uso extensivo de ayuda externa, pero los "expertos" que había escogido eran agentes de seguridad de AT&T y Bellcore, las víctimas de los supuestos crímenes de la investigación, la misma gente que tenía un interés más pronunciado en el software "propietario".

 

El seis de febrero de 1990, Terminus fue arrestado por el agente Lewis. Finalmente, Terminus iba a ser enviado a la prisión por su uso ilícito de software de AT&T.

 

El tema del software pirateado a AT&T dio todavía que hablar durante la batalla con la Legion of Doom. Una media docena de los conocidos de Terminus, incluyendo gente en Illinois, Texas y California habían acabado detenidos por el Servicio Secreto en conexión con la copia ilícita de software. Con la excepción de Terminus, ninguno había sido acusado de ningún crimen. Ninguno de ellos compartía su peculiar prominencia en el underground de los hackers.

 

Pero ello no quería decir que esta gente no acabara tuviendo problemas. La transferencia de datos ilícitos en el ciberespacio es una práctica nebulosa y poco definida, con peligros paradójicos para todo el que estuviera relacionado: hackers, transmisores de señal, propietarios de BBS, polis, fiscales, incluso peatones desprevenidos. A veces, intentos bienintencionados de evitar los problemas o castigar lo mal hecho traían más problemas que la simple ignorancia, indiferencia o impropiedad.

 

La BBS de Terminus "Netsys! no era la típica BBS, aunque tenía la mayoría de las funciones típicas de una BBS. Netsys no era una sola máquina, sino parte de la red cooperativa UUCP que se extendía por el globo. La red UUCP utilizaba un conjunto de programas de software UNIX llamados "Unix-to-Unix Copy", que permitía a los usuarios de UNIX a enviarse datos entre sí a altas velocidades a través de la red telefónica pública. UUCP es una red descentralizada radicalmente, sin ánimo de lucro, de computadoras en UNIX. Hay decenas de millares de estas máquinas UNIX. Algunas son pequeñas, pero muchas son poderosas y también se conectan a otras redes. UUCP tiene ciertos links arcanos a redes importantes como JANET, EasyNet, BITNET,

 

JUNET, VNET, DASnet, PeaceNet y FidoNet, así como a la gigantesca Internet. (La así llamada "Internet" no es una red en sí misma, sino más bien una "InterRed" de conexiones que permite que varias redes mundiales de computadoras se comuniquen entre sí. Los lectores fascinados por la singularidad y complejidad de las modernas redes de computadoras pueden disfrutar de la autorizada descripción de John S. Quarterman de 719 páginas en The Matrix, Digital Press 1990).

 

Un usuario habilidoso de la máquina UNIX de Terminus podría enviar y recibir correo de casi cualquier red de ordenadores del mundo. Netsys no era conocida como una "BBS" per se, sino más bien como un "nodo". Los "nodos" son más grandes, rápidos y sofisticados que las simples "BBS", y para los hackers, dejarse caer por un "nodo" era un avance importante en relación a dejarse caer por "BBS locales".

 

El nodo Netsys de Terminus en Maryland tenía una serie de conexiones directas a otros nodos similares de la UUCP, mantenidos por gente que compartía sus intereses y algo de su actitud libertaria. Uno de estos nodos era Jolnet, propiedad de Richard Andrews, quien al igual que Terminus, era un consultor UNIX independiente. Jolnet también corría sobre UNIX, y podía contactarse a alta velocidad desde mainframes de todo el mundo. Jolnet era una obra bastante sofisticada, técnicamente hablando, pero seguía siendo mantenida por un individuo, como un hobby privado sin ánimo de lucro. Jolnet era mayormente usada por otros usuarios de UNIX, para correo, almacenamiento y acceso a otras redes. Jolnet ofrecía acceso a redes para unas doscientas personas, así como un instituto local.

 

Entre sus diversas características y servicios, Jolnet también almacenaba la revista Phrack.

 

Siguiendo su instinto, Richard Andrews sospechaba de un nuevo usuario llamado "Robert Johnson". Richard Andrews inmediatamente echó un vistazo a ver qué estaba almacenando "Robert Johnson" en JOlnet. Y así Andrews encontró el documento E911.

 

"Robert Johnson" era Prophet de la Legion of Doom, y el documento E911eran datos copiados de forma ilícita tras el asalto de Prophet a las computadoras de BellSouth.

 

El documento E9111, un fragmento particularmente ilícito de propiedad digital estaba listo para reasumir su larga, compleja y desastrosa carrera.

 

A Andrews le pareció muy sospechoso que alguien que no fuera un empleado de telefónica tuviera un documento sobre el "sistema ampliado del 911". Además, el documento en sí mismo contenía una advertencia obvia:

 

"ATENCION: NO SE USE O MUESTRE FUERA DE BELLSOUTH O UNA DE SUS SUBSIDIARIAS A MENOS QUE EXISTA UN ACUERDO ESCRITO"

 

Este tipo de etiquetados de no mostrar fuera se añaden a menudo a todo tipo de material corporativo. Los telecos como especie son particularmente famosos por ponerle el sello de "no se use o muestre" a cualquier cosa que esté a la vista. Sin embargo, este tipo específico de datos se refería al sistema 911. Ello le sonó muy mal a Rich Andrews.

 

Andrews no estaba preparado para ignorar un problema así. Pensó que sería inteligente pasar el documento a un amigo de la red UNIX para consultarle. Así, en septiembre de 1988, Andrews envió una copia más del documento E911 electrónicamente a un empleado de la AT&T, un tal Charles Boykin, que mantenía un nodo llamado "attctc" en Dallas, Texas.

 

"Attctc" era propiedad de AT&T y se dirigía desde el Centro de Tecnología para el Usuario de AT&T, de ahí el nombre de "attctc" [29] "Attctc" era más conocida como "Killer", el nombre de la máquina que corría el sistema. "Killer" era una máquina poderosa, modelo AT&T 3B2 500, multiusuario, multi tarea y con unos 3.2 alucinantes gigabytes de almacenamiento. Cuando Killer legó por primera vez a Texa en 1985 la 3B2 había sido la gran esperanza blanca de AT&T para ponerse a la par con IBM para el mercado corporativo de hardware informático. "Killer" había sido enviada desde el Centro de Tecnología para el Usuario en el Infomart de Dallas, básicamente un centro comercial de alta tecnología, y allí reposaba; un modelo de demostración.

 

Charles Boykin, un veterano en el hardware de AT&T y un experto en comunicaciones digitales, era un técnico local de repuesto para el sistema 3B2 de AT&T. En tanto que modelo en exposición en el centro comercial de Infomart, tenía poco que hacer, y resultaba vergonzoso desperdiciar la capacidad del sistema. Así pues, Boykin escribió un ingenioso software tipo BBS para "Killer" y conectó la máquina a la red telefónica local. El debut de "Killer" hacia finales de 1985 la convirtió en la primera máquina UNIX de alcance público en el estado de Texas. Cualquier que quisiera jugar era bienvenido.

 

Inmediatamente, la máquina atrajo a la comunidad electrónica. Se unió a la red UUCP, y ofrecía conexiones en red a más de 80 computadoras, todas las cuales dependían de Killer para conectarse al gran mundo del ciberespacio. Y no se trataba sólo de los peces gordos; las computadoras personales también almacenan programas freeware para Amiga, Apple, IBM y Macintosh en los vastos 3200 megas en archivos. En un cierto momento, Killer tenía la más grande biblioteca de software de dominio público para Macintosh en Texas.

 

Finalmente, Killer atrajo a unos 1.500 usuarios, todos muy ocupados comunicándose, cargando y descargando, recibiendo mail, cotilleando y conectándose a redes arcanas y distantes.

 

Boykin no recibió ninguna paga por mantener Killer. Consideraba que era una buena publicidad para el sistema 3B2 de AT&T (cuyas ventas eran un poco menos que estelares), pero lo cierto es que también disfrutaba de la vibrante comunidad que su habilidad había creado. Regalo el software para BBS en UNIX que había creado, sin ningún gasto.

 

En la comunidad de programadores de UNIX, Charlie Boykin tenía la reputación de ser un tipo cálido, abierto y estable. En 1989, un grupo de profesionales de UNIX tejanos votó por Boykin como el "administrador de sistemas del año". Se le consideraba como un tipo en el que podías confiar.

 

En septiembre de 1988, sin avisar, el documento E911 aterrizó en la vida de Boykin, reenviado por Richard Andrews. Boykin reconoció inmediatamente que el documento era una patata caliente. No era un hombre dedicado a la comunicación por voz, y sabía muy poco de los ires y venires de las babybells, pero sin duda sabía qué era el sistema 911 y le enfurecía ver datos confidenciales en manos de un don nadie. Sin duda se trataba de un caso de seguridad entre telecos. Así, el 2 de septiembre de 1988, Boykin hizo una copia más del documento E911 y se lo pasó a un conocido suyo por temas profesionales, un tal Jerome Dalton, del servicio de Seguridad Informativa de AT&T. Jerry Dalton era el mismo tipo que más tarde llevaría a cabo el registro en la casa de Terminus.

 

Desde la división de seguridad de AT&T, el documento fue a parar a Bellcore.

 

Bellcore o ( BELL COmmunications REsearch [30] ) fue una vez el laboratorio central del sistema de Bell. Los trabajadores en los laboratorios de Bell habían inventado el sistema operativo UNIX. Ahora Bellcore era casi independiente, y actuaba como el brazo investigador de las siete Baby Bells. Bellcore estaba en buena posición para coordinar las tecnologías en seguridad y para actuar de consultor, y el caballero a cargo de todo este esfuerzo era Henry M. Kluepfel, un veterano de los sistemas Bell que había trabajado durante 24 años.

 

El 13 de octubre de 1998, Dalton pasó el documento E911 a Henry Kluepfel. Kluepfel, un veterano experto en fraude de las telecomunicaciones se había encontrado ciertamente ante problemas mucho más graves que éste. Reconoció que era realmente el documento, un trofeo de una intrusión de hackers.

 

Sin embargo, cualquiera que fuera el daño causado por la intrusión sin duda era agua pasada. En este momento parecía que no había gran cosa que hacer. Kluepfel tomo nota cuidadosa de las circunstancias y archivó el problema para otro momento.

 

Pasaron meses enteros.

 

 Llegó el febrero de 1989. Los tres de Atlanta seguían trasteando con los interruptores de Bell South, y aún no habían encontrado la horma de su zapato. Pasaron unos seis meses bien buenos desde la intrusión de Prophet al AIMSX. Prophet, según sucede a los hackers, empezaron a subírsele los laureles. "Knight Lightning" y "Taran King", los editores de Phrack, estaban siempre pidiendo a Prophet material para publicar. Prophet decidió que los ánimos ya se debían haber calmado y que podía volver a chulear de forma segura.

 

Así pues envió una copia del documento E911 -otra más- desde la máquina Jolnet de Rich Andrews a la cuenta BITNet de Knight Lightning en la Universidad de Missouri.

 

Revisemos el destino del documento hasta aquí.

 

0. El documento E911 original. Se encuentra en el sistema AIMSX en una computadora mainframe en Atlanta, al alcance de cientos de personas, pero todos ellos, presumiblemente, son empleados de BellSouth. Un número desconocido de ellos tiene sus propias copias del documento, pero todos son profesionales y la compañía telefónica confía en ellos.

 

1. La copia ilícita de Prophet, en su casa, en su propio ordenador en Decatur, Georgia.

 

2. La copia de seguridad de Prophet, almacenada en la máquina Jolnet de Rich Andrew, que se encuentra en el sótano de la casa de Rich Andrew cerca de Joliet Illinois.

 

3. La copia de Charles Boykin en la máquina "Killer" en Dallas, Texas, enviada por Rich Andrews desde Joliet.

 

4. La copia de Jerry Dalton en Seguridad informativa de AT&T en New Jersey, enviado por Charles Boykin en Dallas.

 

 5. La copia de Henry Kluepfel en Seguridad en el cuartel general de en New Jersey, enviado por Dalton.

 

6. La copia de Knight Lightning, enviada por Prophet desde la máquina de Rich Andrews y ahora en Columbia, Missouri.

 

Podemos ver que la situación por lo que hace a la "seguridad" del documento, una vez extraído del AIMSX, resultó ser bastante bizarra. Sin que haya habido dinero circulando, sin ningún esfuerzo especial, estos datos han sido reproducidos al menos seis veces y se han extendido por todo el continente. Pero lo peor aún estaba por venir.

 

En febrero de 1989, Prophet y Knight Lightning empezaron a realizar un regateo electrónico en relación al destino de su trofeo. Prophet quería chulear, pero, al mismo tiempo, no tenía ningún interés especial en que lo atraparan.

 

Por su lado, Knight Lightning se moría de ganas de publicar el documento. KnightLightning estaba licenciado en ciencias políticas y sentía un especial interés en cuestiones relacionadas con la libertad de información. Publicaría alegremente cualquier cosa que reflejara la gloria del underground y ridiculizara a los telecos. Sin embargo, el propio Knight Lightning tenía contacto con la seguridad de los telecos, y a veces les consultaba sobre material que recibía y sobre el que dudaba a la hora de publicarlo.

 

Prophet y Knight Lightning decidieron editar el documento E911 para borrar cualquier rastro identificativo. En primer lugar, había que quitar la advertencia "NO SE USE O MUESTRE". Luego había otras cuestiones. Por ejemplo, se listaban los teléfonos de diversos especialistas en el 911 de BellSouth en Florida. Si esos números de teléfono se publicaran en Phrack, seguramente los empleados implicados serían molestados por los phone phreaks, y ello conseguiría enfadar sin mesura a BellSouth, y representaría un claro peligro operacional para Prophet y Phrack.

 

Así pues, Knight Lightning cortó el documento casi por la mitad, retirando los números de teléfono y las informaciones más sensibles y específicas. Se lo volvió a enviar electrónicamente a Prophet; Prophet todavía estaba nervioso, así que Knight Lightning cortó un poquillo más. Finalmente decidieron que ya estaba listo, y que se publicaría en Phrack bajo el seudónimo de "El escucha" [31] .

 

Y todo esto se hizo el 25 de febrero de 1989.

 

El número 24 de Phrack ofrecía una entrevista verbosa con el co-editor y phone-phreak "Chanda Leir," tres artículos sobre BITNET y sus conexiones a otras redes de computadoras y un artículo sobre los números 800 y 900 escrito por "Usuario desconocido" .Un artículo de "VaxCat'" sobre cuestiones básicas de telecos (mordazmente titulado "Levantado el velo secreto a Ma Bell"), y las típicas "Noticias Mundiales de Phrack"

 

La sección de noticias, con dolorosa ironía, ofrecía una descripción detallada de la sentencia para "Shadowhawk," un hacker de dieciocho años de Chicago que había acabado en prisión gracias al mismo William J. Cook.

 

Y entonces aparecieron los dos artículos de "El Escucha". El primero era el documento E911 editado, ahora titulado "Oficina de control y administración de los servicios 911 mejorados para servicios especiales y grandes centros de contabilidad". El segundo artículo de Eavesdropper era un glosario de términos explicando los crípticos acrónimos telecos y las palabras técnicas del documento E911.

 

El documento había sido distribuido, según la usual rutina de Phrack, a unos ciento cincuenta sites. No a ciento cincuenta personas -atención- sino a ciento cincuenta sites, algunos de los cuales estaban conectados a nodos UNIX o BBS, los cuales a su vez tenían decenas, docenas o incluso centenares de lectores.

 

Estamos en febrero de 1989. De momento no sucedió nada. Llegó el verano, y el grupo de Atlanta fue cazado por el Servicio Secreto. Se detuvo a Fry Guy. Pero nada sucedía todavía con Phrack. Salieron seis números más de Phrack, 30 en total, más o menos según una periodicidad mensual. Ni a Knight Lightning ni al co-editor Taran King se les tocó ni un pelo.

 

Phrack tendía a agacharse y cubrirse siempre que las cosas se caldeaban. Durante las detenciones de hackers en el verano de 1987 (las detenciones de hackers tienden a ser en verano, quizás porque es más fácil encontrarlos en casa que en el instituto o la universidad) Phrack dejó de publicar durante varios meses, y permaneció oculto. Algunos miembros de la LoD habían sido arrestados, pero nada había sucedido a la gente de Phrack, los más famosos del underground. En 1988, Phrack tenía un nuevo editor "Crimson Death" [32] un joven aficionado a los ficheros anarquistas.

 

 

1989, sin embargo, parecía el año de obtener un buen botín para el underground. Knight Lightning y su co-editor Taran King volvieron a tomar las riendas y Phrack floreció a lo largo del verano de 1989. La LoD de Atlanta sufrió unos golpes duros el verano de 1989, pero Phrack continuó su curso felizmente. El documento E911 de Prophet no parecía que pudiera causar ningún daño a Phrack. Para enero de 1990, ya llevaba casi un año al alcance de cualquiera. Kluepfel y Dalton, oficiales de seguridad Bellcore y AT&T habían tenido el documento en sus manos desde hacía dieciséis meses; de hecho, lo habían conseguido incluso antes que Knight Lightning y no habían hecho nada en particular para detener su distribución. Ni siquiera les habían dicho a Rich Andrews o a Charles Boykin que borraran las copias de sus nodos UNIX, Jolnet y Killer.

 

Pero entonces llegó el monstruo de la caída del sistema el día de Martin Luther King, el 15 de enero de 1990.

 

Sólo tres días después, el dieciocho de enero, cuatro agentes aparecieron en la residencia de Knight Lightning. Uno era Timothy Foley, el otro Barbara Golden, los dos eran agentes del Servicio Secreto de la sede en Chicago. También estaba un oficial de seguridad de la universidad de Missouri, y Reed Newlin, un agente de seguridad de la Southwestern Bell, la compañía con jurisdicción sobre Missouri.

 

Foley acusó a Knight Lightning de provocar la caída nacional del sistema telefónico.

 

Knight Lightning alucinó ante tal alegación. A primera vista, la sospecha no era totalmente implausible, aunque Knight Lightning sabía perfectamente que él no había sido. Un montón de hackers come hot-dog había chuleado de que podrían haberlo hecho, sin embargo. Por ejemplo, "Shadowhawk," el hacker de Chicago que William Cook había metido recientemente entre rejas, había chuleado varias veces en BBS de que él podría "hacer caer todo el sistema público de AT&T".

 

Y ahora resultaba que este evento, o algo que se le parecía mucho, acaba de tener lugar. La Caída había encendido una hoguera bajo los pies del Grupo de Chicago. El consenso entre la seguridad de los telecos -que ya estaban aterrorizados ante la habilidad de los intrusos en BellSouth- era que el underground digital se había salido de madre. LoD y Phrack tenían que desaparecer.

 

Y al publicar el documento E911 de Prophet, Phrack había ofrecido al brazo de la ley lo que parecía ser una poderosa arma legal.

 

Foley interrogó a Knight Lightning acerca del documento E911.

 

Knight Lightning se acorbadó. Empezó a "cooperar de forma completa", según la típica tradición del underground digital.

 

Dio a Foley una colección impresa completa de Phrack. Le ofreció la lista completa de los subscritos a la lista electrónica de Phrack. Knight Lightning recibió el tercer grado por Foley y su gente. Knight Lightning admitió que Prophet le había pasado el documento E911, y admitió que sabía que era botín robado de un asalto de hackers a la compañía telefónica. Knight Lightning firmó una declaración en relación a estas cuestiones, y aceptó, por escrito, a cooperar con los investigadores.

 

Al día siguiente -19 de enero de 1990, un viernes- el Servicio Secreto volvió con una orden de registro y buscó por todo el apartamento de Knight Lightning en la residencia de estudiantes. Se llevaron todos sus floppies aunque, curiosamente, le dejaron en posesión de su ordenador y su módem. (El ordenador no tenía disco duro y, según el criterio de Foley, no contenía pruebas). Pero esto era sólo un pequeño rayo de luz entre los problemas que se iban acumulando en la vida de Knight Lightning. Estaba metido en un buen lío, y no sólo con la policía federal, fiscales, investigadores de telecos y la seguridad de la universidad, sino también con sus colegas de más edad en el campus, que se sentían ultrajados al saber que habían estado conviviendo con un criminal federal informático.

 

El lunes llevaron a Knight Lightning a Chicago, donde volvió a ser interrogado por Foley y el agente veterano del servicio secreto Barbara Golden, esta vez delante de un abogado. Y el martes fue llevado formalmente a juicio ante el gran jurado.

 

El juicio a Knight Lightning tuvo lugar entre el 24 y el 27 de julio de 1990, y fue el juicio más crucial de la Caza de Hackers. Examinaremos ese juicio con detalle en la parte cuarta de este libro.

 

Mientras tanto, tenemos que continuar con nuestra búsqueda del documento E911.

 

Para enero de 1990 tenía que estar claro que el documento E911, en la forma en que Phrack lo había publicado en febrero de 1989 se debía haber desplazado a la velocidad de luz en al menos ciento cincuenta direcciones diferentes. Intentar volver a meter este genio electrónico en la botella era claramente imposible.

 

Y, sin embargo, el documento E911 seguía siendo propiedad robada, tanto legal como formalmente. Cualquier transferencia electrónica de este documento, por cualquier persona no autorizada a tenerlo, podría interpretarse como un acto de fraude electrónico. La transferencia interestatal de mercancía robada, incluyendo la propiedad electrónica, era un crimen federal.

 

El Grupo de Chicago para la investigación en fraude informático había recibido la información de que el documento E911 valía una suma enorme de dinero. De hecho, había sido estimado su valor por el personal de seguridad de BellSouth en 79.449 dólares. Una suma así debería garantizar una persecución vigorosa. Incluso si no se pudiera deshacer el daño, al menos una suma tal ofrecería un buen pretexto legal para dar un castigo ejemplar a los ladrones. Desde luego impresionaría a los jueces y a los jurados. Y podría usarse en el tribunal para barrer a la Legion of Doom.

 

El grupo de Atlanta ya estaba en el saco en el momento en que el Grupo de Chicago dedicaba su atención a Phrack. Pero la legión era una hidra de muchas cabezas. A finales del 89 un nuevo equipo director de la Legion of Doom "Proyecto Fénix" había aparecido en Austin, Texa. Proyecto Fénix tenía como operador de sistema nada más y nada menos que al propio Mentor, asistido por un estudiante de la Universidad de Texas y ardiente doomero "Erik Bloodaxe" [33]

 

Tal y como hemos visto en su manifiesto en Phrack, el Mentor era un hacker zelote que consideraba que la intrusión en ordenadores era prácticamente una obligación moral. El Proyecto Fénix era un esfuerzo ambicioso, que intentaba revivir el underground digital que Mentor consideraba totalmente florecido a principios de los ochenta. El equipo directo de Fénix también intentaría encarar a la élite hacker con la oposición "teleco". En "Fénix", los hackers más inteligentes supuestamente pondrían en ridículo a esos cabezas cuadradas y sus actitudes inmovilistas, y quizás los convencerían de que la élite de la Legion of Doom eran unos tipos legales. La premiere del "Proyecto Fénix" fue anunciada a bombo y platillo por Phrack, y el Proyecto Fénix incluía la colección completa de los números de Phrack, incluyendo el documento E911 según lo había publicado Phrack.

 

El Proyecto Fénix era uno de los muchos -posiblemente centenares- de nodos y BBS que por toda América poseían el documento E911, pero Phoenix era una desvergonzada BBS de la Legion of Doom. Bajo la dirección de Mentor, se reían en la cara del personal de seguridad de los telecos. Aún peor, intentaba activamente atraerlos a la causa de la élite del underground digital. Fénix no tenía ni tarjetas ni códigos. La elite hacker lo consideraba al menos técnicamente legal. Pero Fénix era una influencia corruptora, en la que la anarquía hacker se iba comiendo poco a poco, como un ácido digital, los cimientos de la propiedad corporativa.

 

El Grupo de Chicago contra el fraude informático estaba preparado para bajar a Austin, Tejas.

 

Curiosamente, no había un sólo rastro, sino dos, apuntando a Austin. La ciudad de Austin, como la de Atlanta, formaba parte del Cinturón del Sol de la Era de la Información, y tenía una fuerte presencia de investigación universitaria, y un buen número de compañías electrónicas innovadoras, incluyendo Motorola, Dell, CompuAdd, IBM, Sematech y MCC.

 

Allí donde van las máquinas informáticas, normalmente los hackers van detrás. Austin no sólo contenía el "Proyecto Fénix", en la actualidad la BBS underground más flagrante, sino además un buen número de nodos UNIX.

 

Uno de estos nodos era "Elephant", mantenido por el consultor de UNIX Robert Izenberg. Izenberg, a la búsqueda de un estilo de vida sureño y relajado y un menor coste de vida, había migrado recientemente a Austin desde New Jersey. En New Jersey, Izenberg había trabajado para una compañía de forma independiente, programando código UNIX para la propia AT&T. "Terminus" había sido un usuario frecuente del nodo Elephant mantenido de forma privada por Izenberg.

 

Habiendo entrevistado a Terminus y examinado los registros de Netsys, el grupo de Chicago estaba convencido de que habían descubierto una banda underground de piratas de software para UNIX, de los que se podía demostrar que eran culpables en traficar interestatalmente con código fuente copiado ilícitamente a AT&T. Izemberg fue arrastrado a la red alrededor de Terminus, el autoproclamado hacker definitivo.

 

 

Izenberg, en Austin, tenía un trabajo relacionado con el UNIX en la rama tejana de IBM Izenberg ya no trabajaba para AT&T, pero tenía amigos en New Jersey, y todavía se conectaba a ordenadores UNIX de AT&T en New Jersey, más o menos cuando le apetecía. Las actividades de Izenberg resultaban bastante sospechosas para el Grupo. Izenberg podría estar entrando ilegalmente en computadoras de AT&T, copiando software de AT&T y pasándoselo a Terminus y otros posibles colegas, a través del nodo en red de UNIX. Y sus datos no valían meramente 79.499 dólares, ¡sino centenares de miles!

 

El veintiuno de febrero de 1990, Robert Izenberg llegó a casa desde su trabajo en IBM y se encontró con que todos los ordenadores habían desaparecido de forma misteriosa de su apartamento en Austin. Naturalmente, supuso que se los habían robado. Su nodo "Elephant", las otras máquinas, sus blocs de notas, su floppies, sus cintas, ¡Todo había desaparecido! Sin embargo, nada aparecía desordenado. Su apartamento no había sido saqueado.

 

El enigma aún se volvió más extraño cinco minutos más tarde. El agente del Servicio Secreto de los Estados unidos Al Soliz, acompañado por el oficial de seguridad del campus de la Universidad de Tejas Larry Coutorie y el ubicuo Tim Foley aparecían ante la puerta de Izenberg. Vestían ropa casual: cazadoras, polos. Entraron, y Tim Foley acusó a Izenberg de pertenecer a la Legion of Doom.

 

Izenberg les dijo que nunca había oído hablar de la Legion of Doom." ¿Y qué sabía de cierto documento E911 robado que representaba una amenaza directa a las líneas policiales de emergencia? Izenberg afirmó que tampoco había oído hablar de él.

 

Sus interrogadores lo encontraron difícil de creer. ¿No conocía a Terminus?

 

¿A quien?

 

Le dijeron el verdadero nombre de Terminus. Ah, sí, dijo Izenberg. Conocía a ese tipo. Era el líder en discusiones en Internet sobre ordenadores AT&T, especialmente el 3B2 de AT&T.

 

AT&T había confiado en tener éxito al poner esta máquina en el mercado, pero, como mucho otros intentos de AT&T de entrar en la arena de la computación, el proyecto 3B2 no fue precisamente un éxito. El mismo Izenberg había sido contratado por la división de AT&T que se encargaba del 3B2. Toda la división se había ido al garete.

 

En aquellos momentos, la forma más barata y rápida de obtener ayuda con esa desfasada pieza de maquinaria era unirse a uno de los grupos de discusión de Terminus en Internet, en la que hackers con conocimiento y amigables te ayudaban gratis. Desde luego, los comentarios dentro de este grupo no eran precisamente amables en relación a la Estrella de la Muerte [34] . ¿Era ese el problema?

 

Foley le dijo a Izenberg que Terminus había estado obteniendo software a través de su máquina, la de Izenberg's.

 

Izenberg se encogió de hombres. En su site de UUCP pasaban cada día unos buenos 8 megabytes. Los nodos de UUCP despedían datos como si fueran mangueras de bombero. Elephant estaba directamente conectado a Netsys -lo cual no es sorprendente, pues Terminus era un experto en 3B2 e Izenberg había trabajado para el 3B2.

Izenberg también estaba conectado con "attctc" y con la Universidad de Tejas. Terminus era un experto en UNIX bien conocido y podría haber hecho las mil y uno en Elephant. Y no había nada que Izenberg pudiera hacer para remediarlo. Era físicamente imposible. Como la aguja en un pajar.


En un tercer grado de cuatro horas, Foley urgía a Izenberg de que limpiara su conciencia y admitiera que formaba parte de la conspiración con Terminus y que era un miembro de la Legion of Doom.

 

Izenberg lo negó. No era ningún hacker adolescente colgado. Tenía treinta y dos años, y ni siquiera tenía un "nick". Izenberg había sido un técnico en televisores y especialista en electrónica que se había decantado por la consultoría en UNIX cuando ya era un adulto. Izenberg nunca se había encontrado con Terminus, físicamente hablando. Sin embargo, una vez le compró un módem de alta velocidad barato.

 

Foley le dijo que ese módem (un Telenet T2500) con una velocidad de 19,2 kilobaudios, y que acabada de desaparecer de la casa de Izenberg para quedar bajo la custodia del Servicio Secreto, era seguramente una propiedad "caliente". Izenberg se sorprendió al oír esto, pero, de hecho, la mayoría del equipo de Izenberg, como pasa en casi todos los profesionales freelance de esta industria, pasaba de mano en mano a través de varios tipos de regateos y mercados grises. No había ninguna prueba de que el módem fuera robado, y si lo hubiera sido, Izenberg no podía entender como eso les daba derecho a llevarse todo el equipo electrónico de su casa.

 

Así y todo, si el Servicio Secreto de los Estados Unidos consideraba que necesitaban su computadora por razones de seguridad nacional -o vaya usted a saber qué-, entonces Izenberg se tenía que callar. Le pareció que, de alguna forma, tendría que sacrificar sus veinte mil dólares en equipo profesional en aras de la cooperación absoluta y en ser un buen ciudadano.

 

Robert Izenberg no fue arrestado. No se le acusó de ningún crimen. Su nodo UUCP, lleno con 140 megabytes de ficheros correo y datos, tanto suyos como de su docena de usuarios, todos absolutamente inocentes, salieron por la puerta como "evidencia". Entre los floppies y las cintas, Izenberg había perdido unos 800 megabytes de datos.

 

Pasaron seis meses hasta que Izenberg decidió llamar al Servicio Secreto y preguntar cómo iba el caso. Esta fue la primera vez que Robert Izenberg oyó el nombre de William Cook. En enero de 1992, dos años después de la apropiación, Izenberg, sin estar todavía acusado de ningún crimen, aún estaba luchando en el tribunal, con la esperanza de recuperar los miles de dólares de su equipo retenido.

 

Mientras tanto, el caso de Izenberg no tuvo ningún eco en la prensa. El Servicio Secreto había entrado en una casa de Austin, se había llevado una BBS en UNIX y no había tenido ninguna dificultad operacional para hacerlo.

 

Con la excepción de que el rumor de una caza se estaba distribuyendo por la Legion of Doom. "El Mentor" de forma voluntaria cerró el "Proyecto Fénix". La verdad es que era una lástima, especialmente porque empleados en seguridad de telecos habían aparecido por Fénix, tal y como él había esperado, junto a los típicos duros de LoD, phreaks, hackers y novatos. Estaba "Sandy" Sandquist de la seguridad de US SPRINT y un tipo llamado Henry Kluepfel, ¡de la misma Bellcore! Kluepfel había sido amistoso con los hackers en Fénix desde el 30 de enero (dos semanas después de la caída del sistema el día de Martin Luther King). La presencia estelar de un oficial teleco así parecía el empuje que necesitaba el Proyecto Fénix.

 

Así y todo, Mentor podía observar el ambiente. Atlanta en ruinas, Phrack con graves problemas, algo raro sucedía en los nodos UNIX. Lo más recomendable era la discreción. El Proyecto Fénix fue desconectado.

 

Desde luego, Kluepfel había estado monitorizando esta BBS de la LoD por motivaciones propias, y las del Grupo de Chicago. Al menos desde 1987, Kluepfel se había estado conectando a una BBS underground de Tejas llamada "Phreak Klass 2600." Allí descubrió a un jovenzuelo llamado "Shadowhawk," chuleando acerca de agarrar ficheros informáticos de AT&T y presumiendo de sus intenciones de sabotear computadoras de Bellcore con caballos de troya. Kluepfel le pasó las noticias a Cook en Chicago, y las computadoras de Shadowhawk habían salido por la puerta hacia la custodia del Servicio Secreto, y el mismo Shadowhawk había acabado entre rejas.

 

Ahora era el turno del Proyecto Fénix. El Proyecto Fénix afirma basarse en la "legalidad" y en un "mero interés intelectual". Dentro estaba Phrack. Contenía el documento E911. Había mucha plática acerca de irrumpir en sistemas, incluyendo toda una serie de comentarios atrevidos y malignos acerca de un supuesto "servicio de descifrado" que Mentor y sus amigos planeaban poner en marcha, para ayudar a crackear contraseñas cifradas en sistemas hackeados.

 

Mentor era una persona adulta. Había una BBS también en su lugar de trabajo. Kleupfel se conectó a esa BBS también, y descubrió algo llamado "Illuminati". Estaba dirigido por una compañía llamada Steve Jackson Games.

 

El 1 de marzo de 1990 la caza en Austin puso la quinta marcha.

 

La mañana del 1 de marzo -un jueves- el estudiante de 21 años de la Universidad de Tejas "Erik Bloodaxe," co-operador de sistemas del Proyecto Fénix y miembro de la Legion of Doom, se despertó con un revolver policial apuntado a su cabeza.

 

Bloodaxe observó, desamparado, como los agentes del Servicio Secreto se apropiaban de su terminal de 300 baudios y, rebuscando entre sus ficheros, descubrieron su atesorado código fuente del gusano de Internet de Robert Morris. Pero Bloodaxe, un operador astuto, sospechaba que una cosa así podría pasar. Todo su mejor equipo estaba escondido en otro lado. Sin embargo, los saqueadores se llevaron todo el equipo electrónico, incluyendo su teléfono. Les entró flojera al ver su máquina de marcianitos a lo PacÇman y la dejaron en su sitio. Era demasiado pesada como para moverla.

 

Bloodaxe no fue arrestado. No fue acusado de ningún crimen. Dos años después, sin embargo, la policía sigue custodiando lo que se le llevaron.

 

El Mentor no tuvo tanta suerte. El registro en el amanecer les cogió a él y a su mujer en paños menores y seis agentes del Servicio Secreto, acompañados por un policía de Austin y el mismo Henry Kluepfel, llevaron a cabo un buen requisamiento. Todo acabó en la minivan Chevrolet blanca de los agentes: un clon de IBM PC-AT con 4 megs de RAM y un disco duro de 120 megas: una impresora Hewlett-Packard LaserJet II un sistema operativo Xenix 286 completamente legítimo y muy caro, floppies y documentación de Pagemaker y el programa de procesamiento de texto Microsoft Word. La mujer de Mentor tenía su tesis doctoral inacabada almacenada en el disco duro, y de allí se fue, junto al teléfono de la pareja. Dos años después todas estas propiedades siguen en custodia de la policía.

 

Mentor permaneció bajo arresto en su apartamento mientras los agentes se preparaban para asaltar Steve Jackson Games. El hecho de que el cuartel general de este negocio no fuera una residencia privada no detuvo a los agentes. Todavía era muy temprano. No había nadie trabajando aún. Los agentes ya estaban preparados para romper la puerta, pero el Mentor, escuchando a hurtadillas las conversaciones por el walkie-talkie, les pidió que no lo hicieran, y les ofreció su llave del edificio.

 

Los detalles exactos siguen sin estar claros. Los agentes no dejaron que nadie más entrara en el edificio. Su orden de registro, cuando se mostró, no estaba firmada. Por lo visto desayunaron en el "Whataburger [35] " local, pues se encontraron restos de la hamburguesa en el interior del edificio. También se apoderaron de los caramelos de un empleado de SJG. Alguien arrancó de la pared un adhesivo de "Dukakis for President".

 

Los empleados de SJG, dirigiéndose de forma diligente al trabajo, se encontraron en la puerta con agentes del Servicio Secreto de los Estados Unidos que los interrogaron brevemente. Los empleados observaron asombrados como los agentes sacaban llaves inglesas y destornilladores y empezaban a surgir con máquinas cautivas. Atacaron almacenamientos exteriores con cutters. Los agentes llevaban anoraks con las letras de "Servicio Secreto" en la espalda, calzados con zapatillas de tenis y vistiendo tejanos.

 

La compañía de Jackson perdió tres ordenadores, varios discos duros, cientos de floppies, dos monitores, tres módems, una impresora láser, varios cables y adaptadores (y, curiosamente una pequeña bolsa con tornillos y tuercas). La requisación de la BBS Illuminti dejó a SJG sin programas, ficheros de texto y correo electrónico privado de la BBS. La pérdida de otros dos ordenadores de SJG fue también un duro golpe, pues había causado la pérdida de contratos almacenados electrónicamente, proyecciones financieras, direcciones, listas de correo, ficheros personales, correspondencia comercial y, no menos importante, los bosquejos de nuevos juegos y libros de juego.

 

No se arrestó a nadie de Steve Jackson Games. Nadie fue acusado de ningún crimen. No se presentaron cargos. Todo lo requisado fue guardado oficialmente como "evidencia" de crímenes que nunca fueron especificados.

 

Después del juicio-vista de Phrack, el escándalo de Steve Jackson Games scandal fue el más estrambótico incidente de la Caza de Hackers de 1990. Este asalto del Grupo de Chicago contra el editor de juegos de ciencia-ficción iba a activar una horda de cuestiones sobre derechos civiles, y generó una controversia que se iba complicando cada vez más, y creciendo según aumentaban sus implicaciones, unos dos años después.

 

La búsqueda del documento E911 terminó con el asalto a Steve Jackson Games. Tal y como hemos visto, había cientos, quizás miles de usuarios de computadoras en Estados Unidos que habían tenido entre manos el documento E911. Teóricamente, Chicago tenía todo el derecho legal a asaltar a cualquiera de estas personas y podrían haber requisado las máquinas de cualquiera que hubiera estado subscrito a Phrack. Sin embargo, no había ninguna copia del documento E911 en la BBS de Illuminati de Jackson. Y allí los asaltantes de Chicago se quedaron bien parados; ya no han asaltado a nadie más desde entonces.

 

Podría suponerse que Rich Andrews y Charlie Boykin que habían presentado el documento E911 ante la seguridad de los telecos, se podrían haber ahorrado cualquier sospecha oficial. Pero, tal y como hemos visto, el deseo de "cooperar completamente" no ofrece mucha -por no decir ninguna- seguridad contra una persecución federal anti-hackers.

 

Richard Andrews se encontró ante graves problemas, gracias al documento E911. Andrews vivía en Illinois, los pastos nativos del Grupo de Chicago. El tres y el seis de febrero, su casa y el lugar de trabajo fueron registrados por el Servicio Secreto. Sus máquinas también se fueron por la puerta y le aplicaron el tercer grado un buen rato (aunque no fue arrestado). Andrews demostró ser culpable de estar en posesión de: UNIX SVR 3.2; UNIX SVR 3.1; UUCP; PMON; WWB; IWB; DWB; NROFF; KORN SHELL '88; C++; y QUEST, entre otros items. Andrews había recibido este código propietario - que AT&T valoraba oficialmente en más de 250.000 dólares- a través de la red UNIX, buena parte de la cual suministrada como favor personal por Terminus, probablemente. Aún peor, Andrews admitió haberle devuelto el favor, al pasarle a Terminus una copia del código fuente propietario de STARLAN.

 

Hasta el mismo Charles Boykin, un empleado de AT&T, se metió en problemas hasta las orejas. En 1990 ya casi se había olvidado del problema del E911 que él había denunciado en septiembre del 88. De hecho, desde esa fecha, había pasado dos alertas de seguridad más a Jerry Dalton, en relación a temas que Boykin consideraba peores que el documento E911.

 

Pero en 1990, el año del crackdown, el Servicio de Seguridad Informativa Corporativa de AT&T estaba harta ya de "Killer". Esta máquina no daba dividendos a AT&T, y proveía de ayuda y confort a una nube de colgados sospechosos de fuera de la compañía, algunos de los cuales eran activamente maliciosos contra AT&T, su propiedad y sus intereses como corporación. Sin importar ya la buena voluntad y la publicidad que se hubiera podido ganar con Killer, sus 1500 usuarios devotos eran un riesgo a la seguridad demasiado importante como para seguir haciendo la vista gorda. El 20 de febrero de 1990, Jerry Dalton llegó a Dallas y simplemente desconectó los cables telefónicos, ante la sorpresa y alarma de muchos de los usuarios tejanos de Killer. Killer quedó permanentemente desconectada, con la pérdida de vastos archivos de programas y una enorme cantidad de correo electrónico. El servicio nunca se restauró. AT&T no mostró ningún interés por la "propiedad" de esas 1500 personas.

 

Cualquiera que fuera la "propiedad" que los usuarios habían estado almacenando en el ordenador de AT&T lo cierto es que se desvaneció completamente.

 

Boykin, quien había denunciado el problema del documento E911 se encontró también bajo una nube de sospecha. En una repetición de la jugada de las apropiaciones del Servicio Secreto, pero con seguridad privada, la gente de seguridad de AT&T Security visitó la casa de Boykin y sus máquinas salieron también por la puerta.

 

Sin embargo, había unas características especiales bien marcadas en el caso de Boykin. Los floppies de Boykin y sus ordenadores personales fueron detalladamente examinados por empleados corporativos y devueltos amablemente al cabo de dos días (al contrario del Servicio Secreto, que normalmente tarda meses, incluso años). Boykin no fue acusado de ningún crimen o actividad incorrecta y siguió con su trabajo en AT&T (aunque se retiró de AT&T en septiembre de 1991, a la edad de 52 años).

 

Es interesante observar que el Servicio Secreto de los Estados Unidos de alguna forma no pudo requisar el nodo "Killer" y sacar por la puerta los ordenadores de AT&T. Ni tampoco pudieron asaltar la casa de Boykin. Parecía que aceptaban la palabra de la seguridad de AT&T de que el empleado de AT&T y el nodo "Killer" de AT&T estaban libres de contrabando de hackers y con todo correcto.

 

Ahora ya todo es agua pasada, pues los 3.200 megas de Killer, propiedad de la comunidad electrónica tejana, fueron borrados en 1990, y "Killer" fue enviado fuera del estado.

 

Pero las experiencias de Andrews y Boykin, y de los usuarios de sus sistemas, continuaron siendo cuestiones menores. No asumieron la importancia social, política y legal que habían obtenido, lenta pero inexorablemente, en relación al tema del asalto a Steve Jackson Games.

 

Ahora debemos dirigir nuestra atención a la compañía de Juegos Steve Jackson Games (SJG), sí, esta misma, y explicar qué fue lo que en realidad hizo? Y como esto estuvo manejado? este conflictivo e irónico problema. El lector puede recordar que esta no es la primera vez sino la segunda que la compañía es nombrada en esta narración, Steve Jackson Games comercializa GURPS, el pasatiempo favorito de los grupos de Hackers en Atlanta y jugadores de ciencia ficción, confundiendo y dándoles doble sentido a las intrusiones en computadoras.

 

 

Primero de todo hay que decir que Steve Jackson Games, Inc, no era una empresa creadora de juegos para computadora, si no que SJG creaba juegos de rol; juegos de salón para jugar en papel, utilizando lápices, dados, manuales de instrucciones que contenían diferentes reglas de juego y tablas para jugar en ellas. No había ningún computador involucrado en estos juegos. Cuando usted compraba a SJG, usted no recibía ningún disquete de Software para instalar, Lo que usted recibía era una bolsa plástica con algunas tablas de juegos, fichas y posiblemente algunos mapas o cartas. La mayoría de sus productos eran libros.

 

Como sea, Las computadores se fueron metiendo en el negocio de SJG, como en casi todos los modernos creadores de Juegos, Steve Jackson y sus quince empleados usaron computadoras para escribir textos, almacenar las cuentas y para casi todas las operaciones de la empresa. También usaron un computador para correr su sistema oficial de BBS para SJG, una BBS llamada iluminati. Cualquier jugador que poseyera un ordenador y un módem podía conectarse y negociar, debatir la teoría y practica de los juegos y a su vez se podía trasmitir las noticias de la compañía y anuncios de sus productos.

 

Iluminati fue una BBS modestamente popular, corría con un pequeño computador con capacidad limitada, solamente una línea telefónica y no tenia conexiones para grandes computadoras de trabajo en red; Tenía de todas formas cientos de usuarios, muchos de los cuales eran jugadores a tiempo completo que intentaban llamar desde fuera del estado.

 

Illuminati no fue un Juego clandestino. Este no daba insinuaciones para tener acceso ilegal a computadoras, archivos, correos, tarjetas de crédito, o códigos de acceso. Algunos de los usuarios de Iluminati, eran miembros de la Legion of Doom y también uno de ellos fue un antiguo empleado de Steve Jackson: el Mentor. El Mentor escribía también para Phrack, e hizo una BBS clandestina para el proyecto Fénix, pero el Mentor no era un profesional de las computadoras.

 

El Mentor trabajaba como editor para la compañía SJG y era un diseñador profesional de juegos para comercializarlos. Los miembros de LoD no usaban Illuminati para facilitar sus actividades como Hacker, sino para sus actividades como jugadores, de hecho, se dedicaron más a simular juegos que en actividades de hackers.

 

Illuminati tenia este nombre por un juego de cartas de SJ, inventada y creada por ellos mismos. Este juego de cartas con múltiples jugadores fue la creación del Sr. Jackson más conocida, exitosa y tecnológicamente más innovadora. Iluminati era un juego de conspiración paranoica en el cual varios cultos antisociales secretamente querían dominar al mundo. Illuminati era un juego alegre y divertido, en el cual había platillos voladores, la CIA, la KGB, compañías de teléfonos, el Ku Klux Klan, la mafia de Sudamérica, los Carteles de la Cocaína, los Boy Scouts y una decenas más de grupos disidentes surgidos de la mente retorcida del señor Jackson, de una ferviente imaginación. Para el inexperimentado público la discusión del Juego illuminati sonaba completamente amenazador o completamente loco.

 

 

Y aquí se ubica la "Guerra de Carros" de SJG donde había carros fuertemente blindados, con lanzacohetes y ametralladoras pesadas, peleándose en las carreteras americanas del futuro. En la excitante discusión de la "Guerra de Carros " en la BBS Illuminati se insinuaban meticulosas y cuidadosas informaciones acerca del efecto de los explosivos, minas de tierra, lanzallamas y napalm. Parecía como un archivo ilegal de hackers pero aún más bestia.

 

El Señor Jackson y sus colaboradores se ganaban el pan diario creando aventuras fantásticas e ideas extrañas. Cuanto más extrañas, mejor.

 

Los juegos de simulación son un pasatiempo raro, pero los jugadores no han tenido que pedir el permiso del Servicio Secreto para poder jugar. Los juegos de guerra y de rol son un viejo y honroso pasatiempo honrado por adultos, muy defendido por estrategas profesionales y belicosos. Actualmente los juegan centenares de miles de entusiastas en todo Norte América, Europa y Japón.

 

Los libros de juego dejaron de ser un pasatiempo restringido a ser populares para venderse enérgicamente en franquicias como de B. Dalton y Waldenbooks.

 

Steve Jackson Games, Inc. , de Austin, Tejas, era una compañía de juegos dentro de la media. En 1989, SJG ganó alrededor de un millón de dólares. Jackson obtuvo una buena reputación en su industria como un talentoso e innovador diseñador de juegos más bien poco convencionales, pero su compañía fue algo menos que un titán del campo - claro que no como la compañía multimillonario TSR , o el gigante Británico "Games Workshop".

 

Los cuarteles generales de SJG en Austin era un modesto bloque de oficinas de dos pisos, en ladrillo, atestada de teléfonos, fotocopiadoras, máquinas de fax y computadoras. Mostraba una actividad semi-organizada y llena de carteles promocionales y novelitas de ciencia ficción. Junto a las oficinas había un almacén de techo metálico con una pilas de hasta veinte pies de cajas de cartón llenas de juegos y libros. A pesar de todas las invenciones calenturientas que corrían por allí, el cuartel general de SJG era un lugar bastante cotidiano. Parecía lo que era, el espacio de un editor.

 

Tanto "Guerras de Carros" como "Illuminate" eran juegos bien conocidos y populares, pero lo principal de la organización de Jackson era su Sistema de Juego de Rol Genérico Universal [36] . El sistema GURPS se consideraba como algo sólido y bien diseñado. Pero quizás el rasgo más popular de GURPS era que permitía que los amos del juego -los directores- pudieran diseñar escenarios que recordaran de cerca libros, películas y otras obras de fantasía bien conocidas. Jackson había obtenido las licencias y adaptado obras de muchos autores de ciencia ficción y fantasía. Había un GURPS Conan, un GURPS Mundo del Río, un GURPS los clanes del caballo, un GURPS Mundo de las brujas, nombres perfectamente familiares para los lectores de ciencia-ficción. Y también había un GURPS Operaciones Especiales, sobre el mundo del espionaje fantástico y la guerra no convencional.

 

Y también había un GURPS Cyberpunk.

 

"Cyberpunk" es un término que se usa para describir a ciertos escritores de ciencia-ficción que entraron en el género hacia los ochenta. "Cyberpunk," tal y como implica la etiqueta, tiene dos características diferenciadas: en primer lugar, los escritores tienen un gran interés por las tecnologías de la información, un interés muy cercano a la fascinación que sentían los primeros escritores de ciencia-ficción con el viaje espacial. Y en segundo lugar, esos escritores eran "punks", con todos los rasgos distintivos que ello implica: bohemios, aficionados al arte, jóvenes desmadrados y un aire deliberado de rebelión, ropas y pelo curiosos, unas ideas políticas peculiares, cierta afición por el rock and roll abrasivo. En una palabra: problemas.

 

Los Escritores de CF "cyberpunk" eran un pequeño grupo de personas, la mayoría de las cuales tenían educación universitaria, blancos de clase media cultivada y distribuidos por los Estados Unidos y Canadá. Sólo uno, Rudy Rucker, un profesor de ciencias de la computación en Silicon Valley, podría acercarse a ser un humilde hacker informático. Pero con la excepción del profesor Rucker, los autores "cyberpunk" no eran ni programadores ni expertos en hardware; ellos se consideran artistas (y también el profesor Rucker). Sin embargo, todos estos escritores son propietarios de ordenadores y se tienen un interés público intenso en las ramificaciones sociales de las industrias de la información.

 

Los ciberpunks tenían muchos seguidores entre la generación global que había crecido en un mundo de ordenadores, redes multinacionales y televisión por cable. Su perspectiva se considera mórbida, cínica y oscura, pero, de todas formas, también es la perspectiva de sus compañeros de generación. Los ciberpunks, como cualquier otra generación, maduró y aumentó en fuerza e influencia. Por lo que hace a su trabajo como escritores de ciencia-ficción, lo cierto es que les iba bastante bien. Hacia finales de los 80, su trabajo había atraído la atención de las compañías de juegos, incluyendo Steve Jackson Games, que planeaba una simulación de cyberpunk para el floreciente sistema de juego GURPS.

 

Parecía que los tiempos ya estaban maduros para un proyecto así, que ya había sido probado en el mercado. Ya había una primera compañía, con un producto atrevidamente llamado "cyberpunk", como desafiando posibles violaciones de propiedad intelectual. Se trata de un grupo que acababa de empezar, llamado R. Talsorian. El Cyberpunk de Talsorian era un juego bastante decente, pero los mecanismos de simulación dejaban mucho que desear. De todas formas, comercialmente al juego le fue bien.

 

El siguiente juego cyberpunk todavía tuvo más éxito. Se trataba de Shadowrun* de la FASA Corporation. Los mecanismos de este juego no estaban mal, pero el escenario se había estupidizado al incluir elementos de fantasía casposa como elfos, trolls, magos y dragones, algo ideológicamente muy incorrecto, según los estándares duros y de alta tecnología de la ciencia-ficción cyberpunk.

 

Otros diseñadores de juegos estaban interesados en el mercado. Entre ellos resultaba prominente el Mentor, un caballero, que al igual que la mayoría de sus amigos de la Legion of Doom, era un auténtico devoto del cyberpunk. Mentor creía que ya había llegado la hora para un libro juego cyberpunk real, uno en el que los príncipes de la maldad computacional de la Legion of Doom pudieran jugar sin morirse de risa. Este libro, GURPS Cyberpunk, tendría autenticidad cultural on-line.

 

Mentor estaba particularmente bien cualificado para una tarea así. Desde luego, sabía mucho más de intrusión en ordenadores que cualquier otro autor de cyberpunk. No sólo eso, además era bueno en su trabajo. Una imaginación vívida, combinada con una afinidad instintiva con los sistemas y, especialmente, con los bucles que hay en ellos, son excelentes cualidades para el diseñador profesional de juegos

 

Hacia el uno de marzo, GURPS Cyberpunk ya estaba prácticamente listo, preparado para ir a la imprenta y empezar a distribuirse. Steve Jackson esperaba que se vendiera muy bien, lo cual permitiría mantener a su compañía a flote durante varios meses. GURPS Cyberpunk, como los otros "módulos" GURPS no era un "juego" como el Monopoly, sino un libro. Un libro con el tamaño de una revista, con portada en color y páginas llenas de texto, ilustraciones, tablas y notas. Se anunciaba como un juego, y se usaba como ayuda para jugar, pero era un libro con su número de ISBN, publicado en Texas, con copyright y que se venía en librerías.

 

Y ahora, este libro, que estaba almacenado en un ordenador, se había ido por la puerta, en custodia del Servicio Secreto.

 

El día después del raid, Steve Jackson visitó los cuarteles generales del Servicio Secreto local con un abogado. Allí se enfrentaron con Tim Foley (que todavía estaba en Austin por aquel entonces) y pidió que le devolvieran su libro. Pero hubo problemas. GURPS Cyberpunk -según alegaba un agente del Servicio Secreto ante el atónito hombre de negocios Steve Jackson- era un "manual para el crimen informático".

 

"Es sólo ciencia-ficción"- dijo Jackson.

 

"No, es real". Esta frase fue repetida varias veces, por diferentes agentes. El ominosamente correcto juego de Jackson había pasado de ser una fantasía a baja escala, pura y oscura, para convertirse en la fantasía impura, ampliamente comentada y a larga escala de la Caza de Hackers.

 

No se hizo ninguna mención a las razones reales de la investigación. Según la orden de registro, los asaltantes esperaban encontrar el documento E9111 en la BBS de Jackson. Pero la orden de registro estaba sellada, un procedimiento que la mayoría de agencias del orden usarían sólo cuando claramente hay vidas en peligro. Los verdaderos motivos de los asaltantes no se descubrieron hasta que los abogados de Jackson consiguieron retirarle el sello a la orden de registro. El Servicio Secreto y el Grupo de abuso y fraude informático de Chicago no dijeron nada a Steve Jackson de una amenaza al sistema policial del 911. No dijeron nada de los tres de Atlanta, nada acerca de Phrack o de Knight Lightning, nada sobre Terminus.

 

Se dejó a Jackson que creyera que sus ordenadores habían sido incautados porque intentaba publicar un libro de ciencia-ficción que la policía consideraba demasiado peligroso como para publicarse.

 

Esta confusión se repitió una y otra vez, durante meses, ante una audiencia cada vez más grande. No se trataba del verdadero caso, pero según pasaban los meses, y esta confusión se imprimía para el público una y otra vez, se iba convirtiendo en uno de los "hechos" conocidos públicamente acerca de la misteriosa Caza de Hackers. El Servicio Secreto había incautado un ordenador para detener la publicación de un libro de ciencia-ficción cyberpunk.

 

La segunda sección de este libro "El Underground Digital", está ya casi acabada. Hemos conocido ya a las figuras principales de este caso que realmente pertenecían al meollo de la intrusión informática. Ya sabemos algo de su historia, sus motivos, el modus operandi general. Ahora sabemos, o al menos eso espero, quienes son, de donde vienen, y más o menos lo que quieren. En la siguiente sección de este libro "Ley y orden", dejaremos ese meollo y entraremos directamente en el mundo de la policía de crímenes informáticos de América.

 

Pero en este momento hay otro personaje que quiero presentar: yo mismo.

 

Me llamo Bruce Sterling. Vivo en Austin, Texas, donde trabajo como escritor de ciencia-ficción. Más específicamente: un escritor de ciencia-ficción "cyberpunk".

 

Como mis colegas "cyberpunk" en los Estados Unidos y Canadá, nunca me he sentido completamente feliz con esta etiqueta literaria, sobre todo al convertirse en un sinónimo de criminal informático. Pero una vez edité un libro con cuentos de mis colegas, llamado MIRRORSHADES: the Cyberpunk

Anthology, [37] y me he dedicado durante un tiempo a escribir manifiestos de crítica literaria sobre ciberpunks. No soy un "hacker" en ninguno de sus sentidos, aunque tengo lectores dentro del underground digital.

 

Cuando tuvo lugar el asalto a Steve Jackson Games, evidentemente me generó un interés intenso. Si los libros "cyberpunk" eran prohibidos por la policía federal en la ciudad en la que vivía, me empecé a preguntar si yo mismo podría ser el siguiente. ¿Se incautaría de mis ordenadores el Servicio Secreto? En aquel momento estaba en posesión de un anciano Apple IIe que ni tenía disco duro. Si me iban a asaltar acusado de ser un autor de manuales de crimen informático, la pérdida de mi procesador de texto tampoco generaría muchas simpatías.

 

Conocía desde hacía años a Steve Jackson, como colegas, pues frecuentábamos las mismas convenciones de ciencia-ficción. He jugado con los juegos de Jackson y reconozco su inteligencia, pero desde luego nunca me había dado la impresión de ser una mente criminal especializada en la informática.

 

También sabía un poquito de las BBS. A mediados de los 80 había tenido un papel activo en una BBS de Austin llamada "SMOF-BBS", una de las primeras BBS dedicadas a la ciencia-ficción. Tenía un módem, y en alguna ocasión me había conectado a Illuminati, que siempre me había parecido como algo muy colgado, pero también inofensivo.

 

En el momento del registro de Jackson, no tenía ninguna experiencia en BBS underground. Pero sabía que nadie de Illuminati hablaba de entrar ilegalmente en sistemas, o de robar a las compañías telefónicas. Illuminati ni siquiera ofrecía juegos de ordenador pirateados. Steve Jackson, como muchos otros artistas creativos, era muy sensible al tema de robo de propiedad intelectual.

 

Me parecía que o bien Jackson era claramente sospechoso de un crimen -en cuyo caso le acusarían pronto y tendría que ir a los tribunales- o bien era inocente, en cuyo caso el Servicio Secreto le devolvería enseguida su equipo, y todos nos echaríamos unas risas. Esperaba más bien las risas. La situación no dejaba de tener su lado cómico. El raid, conocido como "el asalto cyberpunk" en la comunidad de la ciencia-ficción, estaba ganando mucha publicidad a nivel nacional, tanto por el mismo Jackson como por los otros escritores de ciencia-ficción "cyberpunk".

 

Además, es típico malinterpretar a la gente de la ciencia-ficción. La ciencia-ficción es una ocupación colorista, llena de aspectos extraños y, desde luego, por eso nos gusta. Las flipadas pueden ser un accidente de trabajo en nuestra profesión. La gente que lleva disfraces de Halloween a veces se confunden con monstruos.

 

Érase una vez, allá por 1939 en Nueva York, los escritores de ciencia-ficción y el Servicio Secreto de los Estados Unidos chocaron en un caso cómico de confusión de identidad. Este extraño incidente implicaba un grupo literario bastante famoso en la ciencia-ficción, conocido como los "futurianos", entre cuyos miembros figuraban genios futuros del género como Isaac Asimov, Frederik Pohl y Damon Knight. Los futurianos eran tan raros y flipados como cualquiera de sus descendientes espirituales, incluyendo a los ciberpunks, y se dedicaban a la vida en común, actuaciones espontáneas de opereta y exhibiciones nocturnas de esgrima en el césped. Los futurianos no tenían BBS, pero tenían el equivalente tecnológico de 1939, mimeogramas y una imprenta privada. Las usaban continuamente, produciendo un río de fanzines de ciencia-ficción , manifiestos literarios, y artículos raros, que recogían de lugares grasientos extraños jovenzuelos con gabardinas.

 

Los vecinos se empezaron a alarmar ante el comportamiento de los futurianos y los denunciaron al Servicio Secreto como posibles falsificadores. Era el invierno de 1939 y una patrulla de agentes del Servicio Secreto de los Estados Unidos con las pistolas desenfundadas asaltaron la "Casa futuriana", preparados para confiscar los billetes falsos y las imprentas ilegales. Allí descubrieron un fan de la ciencia-ficción llamado George Hahn, un invitado de la comuna futuriana que acababa de llegar a Nueva York. George Hahn intentó explicar lo que él y sus compañeros hacían, y el Servicio Secreto decidió dejar a los futurianos en paz a partir de entonces. (Desafortunadamente, Hahn murió en 1991, justo antes de que descubriera este sorprendente paralelo, así que no pude entrevistarle para este libro).

 

Pero el caso de Jackson no llegó a un final cómico. No llegaron respuestas rápidas ni para mí ni para él, en ningún momento se nos tranquilizó diciendo que todo iba bien en el mundo digital. En mi papel alternativo de periodista de ciencia popular, entrevisté a Jackson y su equipo para un artículo en una revista británica. Los detalles extraños del raid me dejaron aún más preocupado que antes. Sin sus ordenadores, la compañía esta indefensa financiera y operacionalmente. La mitad de la fuerza de trabajo de SJG, un grupo de personas completamente inocentes, habían tenido que ser despedidas, perdiendo su estilo de vida tras la incautación. Empezó a apuntar en mi cabeza la sospecha de que los autores -los escritores americanos- podrían perder sus ordenadores, al incautarlos mediante órdenes de registro, sin ningún cargo criminal y eso, como Steve Jackson había descubierto, no tenía una solución fácil. No era ninguna broma; no era ciencia-ficción: era real.

 

Decidí dejar a un lado la ciencia-ficción hasta que descubriera qué había pasado y de donde venían los problemas. Era el momento de entrar en el mundo real de la libertad de expresión electrónica y del crimen informático. De ahí este libro. De ahí el mundo de los telecos, el mundo del underground digital y, después el mundo de la policía.

 

 

 

 

 



[1] Literalmente, "diablo solar".

[2] En inglés "bulletin boards". El término más utilizado a lo largo de este texto para referirse a estos sistemas será el de BBS, siglas de "Bulletin Board Systems".

[3] Es decir, Partido Internacional de la Juventud.

[4] Es decir, "Programa de Asistencia Técnica".

[5] En ingles “know-how”.

 

[6] Literalmente “phone-trunks”.

[7] En inglés "Backups".

[8] Es decir, "el señor molestador".

[9] En inglés, Bulletin Board Systems.

[10] Recordemos que en Estados Unidos existe tarifa plana, de forma que las llamadas locales resultan gratis.

[11] En el original “Procter & Gamble”.

 

[12] Es decir “BBS trampa”.

 

[13] “Arquero Azul”

[14] Gary Siete

[15] Amo/Señor del impacto

[16] Espía de plata

 

[17] El Intruso

 

[18] El Videocerrajero.

 

[19] Transcripción en jerga hacker de la expresión americana “dudes”, que podríamos traducir por “tíos”.

 

[20] Literalmente “tipo del freir”

[21] es decir, Grabadoras de numeros marcados.

[22] En inglés “dungeon master” que literalmente significa “señor de los calabozos”.

 

[23] Es decir “sistema avanzado de procesamiento de la información”.

[24] Que significa: (Manual de normas practicas BellSouth 660-225-104SV de administracion de oficina del servicio mejorado 911 para servicios especiales y centros de grandes cuentas, fecha marzo del 1988).

[25] Literalmente “Técnico Terminal”

[26] Literalmente “mamá campana”, aunque este el nombre irónico que muchos americanos dan a la compañía telefónica Bell Telephone Systems.

 

[27] Concidas tiendas de artilugios informáticos y programas en Estados unidos

[28] Es decir, trabajadores en comunicaciones de América.

[29] Por las siglas en inglés, claro está:AT&T Costumer Technology Center.

[30] Es decir, Investigación en Comunicaciones de Bell.

[31] En inglés, "Eavesdropper".

[32] Literalmente, "Muerte carmesí".

[33] Es decir, "Erik hacha sangrienta".

[34] Es decir, AT&T, por la similitud entre el logo de esta compañía y la nave de la película La Guerra de las Galaxias.

[35] Literalmente "Vayahamburguesa"

[36] GURPS son sus siglas en inglés, y la expresión que utilizaremos para referiros a este juego a partir de ahora.

[37] Es decir: Gafas de espejuelos: la antología ciberpunk.

 

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