EMIGRACION CROATA A CHILE - IVO BORIC
(7/10)

La colonia en el sur de Chile

La llegada de primeros emigrantes croatas al sur de Chile tuvo lugar al promediar el siglo XIX. En ese tiempo el estrecho de Magallanes fue la única, vía de comunicación entre el Atlántico y el Pacífico. Por esa vía, transportando producto y mercancías a Chile y Perú, surcaban veleros españoles, genoveses, triestinos, ingleses y, según afirmaciones de viejos navegantes, también los de Dubrovnik. Al llegar a Punta Arenas, posiblemente atraídos por el oro, cuya existencia en Magallanes no era desconocida por europeos, era inevitable que algunos tripulantes de veleros desembarcaran allí. Entre aquellos tripulantes casi siempre hubo croatas; lo que no resultará difícil explicar si se tiene en cuenta la secular tradición marítima croata,, pues ya en los comienzos del siglo X Croacia fue una potencia marítima de primer orden. En consecuencia, los hombres de las costas de Dalmacia y del litoral croata todo, siempre eran atraídos por el mar.

El capitán Bozo Bogunovic, nacido en Bacina, distrito de Makarska, quien llegó al Río de la Plata en 1873, y murió en Buenos Aires cincuenta y cinco años después, afirmaba que marinos dálmatas, istrianos y litoraleños croatas, tripulantes de veleros de distintas banderas europeas, fueron los fundadores de pequeñas colonias croatas en la Argentina, Uruguay y Chile.

En la época señalada el territorio de Magallanes contaba solo con una escasa población, y Punta Arenas era un pequeño poblado. Por entonces las autoridades no oponían obstáculos al ingreso de extranjeros, y solo se llevaba sobre ellos un control rutinario. Pero debido a aquella falta de control siempre ha resultado difícil obtener datos respecto a los inmigiantes croatas, u otros, establecidos en el sur chileno en la primera hora.

Hilvanando relatos de viejos residentes, y de descendientes de aquellos que se establecieron allí en aquella primera hora, se llega a la conclusión que entre los primeros -posiblemente los primeros- croatas llegados a Punta Arenas figuraba el piloto Pedro Zambelic y el capitán Mateo Paravic, oriundos ambos del litoral de Croacia. Y fue en 1866. En los años siguientes, nuevos tripulantes desembarcaron en aquel poblado, y se inició la inmigración propiamente dicha de familiares y coterráneos de los ya establecidos. Por encontrarse Punta Arenas en aquel entonces en un proceso de organización, algunos de los inmigrados participaron desde el primer momento en ese proceso, interviniendo en obras de progreso y formando parte de instituciones locales. Tal era el caso, entre otros, de Simón Paravic (hijo de Mateo), Andrés Svilicic, Mateo Mihaic, Natalio Foretic, Pedro Sgombic, Esteban Bundolic, Simón Pisulic, Jorge Skarmeta, Tomislav Goic, los hermanos Radulovic, Los Kordic, Misetic y Radulic.

El piloto Pedro Zambelic, después de efectuar peligrosas exploraciones, y realizar prolongados estudios, confecciona y luego entrega a las autoridades locales la hasta entonces más completa carta topográfica de Magallanes. Natalio Foretic inicia la construcción de primeros edificios y viviendas que el proceso transformador de una aldea en ciudad reclamaba, figurando en primer lugar el edificio del "Banco de Tarapaca y Argentina", la maestranza naval, el apostadero naval y la Administración del Puerto. Simultáneamente, Simón Pisulic organiza los primeros hornos de ladrillos; mientras que los hermanos Radulovic se dedican a la búsqueda de oro.

En 1874 el número de croatas afincados en Punta Arenas se acercaba a 200, y algo menor era el del resto de Magallanes. Ese mismo año Pedro Zambelic había adquirido el cuter "Juanito", en el que transportaba mercaderías en general entre aquel estrecho y el puerto de Valparaíso. Su ejemplo lo sigue Esteban Bundolic, con su cuter "Dalmacia", transportando carga general entre Punta Arenas y los canales sureños. Mateo Paravic, y su hijo Simón, con sus cuters "Bakar" y "Kvarner, realizan viajes regulares entre el sur de Chile y la Patagonia argentina. Por su parte, Andrés Svilicic, propietario de la goleta "Sara" y del cuter "Jadran" inagura su propia línea de transportes, entre Punta Arenas y los puertos intermedios hasta Valparaíso. A la misma ruta se incorporan Radulovic y Misetic, con su goleta "Rosario", y los hermanos Kordic, con su cuter "Josefina". Si se tiene en cuenta la fragilidad de las embarcaciones utilizadas en esas travesías, en la mayoría de los casos impulsadas solo por velas, más la peligrosidad de los mares sureños, la intrepidez de aquellos marinos croatas es apenas creíble.

A fines de la década de 1890, el número de croatas establecidos en Punta Arenas y el resto del territorio de Magallanes era de cerca de dos mil. Tal fue la cifra registrada por la "Sociedad Dálmata" de la nombrada ciudad. Los nombres de la mayor parte de establecidos en la misma década quedaron en el anonimato al desaparecer dicha institución. De algunos, sin embargo, y debido a que se destacaron en el quehacer del territorio, no solo quedaron bien registrados sus nombres, sino que, a lo largo de varios decenios eran recordados con respeto y cariño por los pobladores. Se trata de Natalio Simunovic, Francisco Brzovic, Gregorio Tomasevic, Juan Ansic, Juan Depolo, Jorge Jordan, Vicente Kusanovic, Antonio Tafra, Felipe Turina, Antonio Mimica, Jorge Smirak, Antonio Marusic, los hermanos Zamjanovic, los hermanos Bonacic Doric, los Domic, Goic, Boric, Katunaric, Mladineo, Peric y Pedro Hrdalo.

Studia Croatica, año 1978, vol. 70-71, pág. 141.